Recordando The Order 1886, uno de los mejores juegos peor tratados de la pasada generación

Recordando The Order 1886, uno de los mejores juegos peor tratados de la pasada generación

1 febrero, 2021 0 Por Jaime Brotons
Share this...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

Dando un repaso a la trayectoria de Ready at Dawn, se da cuenta uno de que ahí había (o hay) talento. Una empresa nacida en 2003 de la mano de un antiguo trabajador de Naughty Dog, y dos ex componentes de Blizzard Entertainment, palabras mayores. Lo dicho, talento. Empezaron desarrollando Daxter para PSP en 2006, plataforma en la que se quedaron para hacer God of War: Chains of Olympus en 2008, mientras llevaban Okami a Wii, y God of War: Ghost of Sparta en 2010. Su buen trabajo con el Dios de la guerra les valió la confianza de Sony para ser los encargados de crear una de las primeras súper producciones de PlayStation 4, The Order 1886, que acabaría viendo la luz en 2015 junto a una gran campaña de marketing y unos valores de producción altísimos. Había pasta ahí, vaya. Tras esto hicieron Deformers en 2017, sin demasiado éxito, para posteriormente crear la saga Echo (Lone Echo, Echo Arena, Echo Combat y Lone Echo II), exclusivos todos ellos del sistema de Realidad Virtual, Oculus Rift, esta vez sí con muy buena acogida y críticas. Pero detengámonos en 2015 para hablar de The Order.

The Order 1886 llegó para ser una muestra del músculo de la nueva consola Sony, de “mira lo que podemos hacer con sólo 1 año en el mercado”, y de hecho a día de hoy sigue siendo un juego gráficamente ESPECTACULAR, pese a las famosas “bandas” negras, que a mí personalmente no sólo no me molestaron, si no que te olvidabas de que existían, y que debieron funcionar bien porque no me comí ni un bug en todo el juego, y los 1080 y 30 fps eran más rocosos que la América de Death Stranding.

Crear una nueva IP no siempre es fácil, y aquí Ready At Dawn como solemos decir vulgarmente, se la sacó. La idea de que la Orden de los Caballeros de la Mesa Redonda había perdurado durante los siglos, luchando contras las fuerzas del mal, y que sus diferentes miembros asumían el nombre del caballero del cual ocupan su sitio en la mesa, me pareció sencillamente brutal. A esto hay que sumarle una llamativa ambientación steampunk, con esa reimaginación del Londres victoriano, el toque sobrenatural de las criaturas de la noche, y unos personajes bien construidos, tanto principales como secundarios, no sobraba nadie, y qué bueno Tesla como inventor de armas y gadgets haciendo de Q (James Bond), y joder, qué buenas las armas.

Los combates con armas de fuego eran una delicia, épicos, tensos, la inteligencia de los enemigos bastante buena, ya que nos flanqueaban, se cubrían de forma oportuna, y en el caso de los escopeteros venían directitos a por nosotros. Es más, recuerdo que se cubrían entre ellos mientras uno de ellos estaba recargando. Enfrentamientos por cierto, que se disfrutaban más si le subíamos un puntito la dificultad y quitábamos el apuntado automático, con lo que teníamos tiroteos intensos a la par que exigentes, en los que reconozco que morí no pocas veces.

Sus mayores defectos. Duración, unas 10 horas siendo completistas, donde las cinemáticas yo diría que ocupan una cuarta parte del juego, que sinceramente habiendo jugado a Metal Gear Solid 4 (reverencia), no me pareció tanto. Además, aquí cumplen un papel fundamental, ya que en ningún momento se hacen pesadas, y te ayudan a meterte de lleno en una historia que te dejaba con ganas más, no por su corta duración (que también), si no porque quedaba todo dispuesto para una secuela que nunca llegó. Pero claro, cosas como que un capítulo entera sea únicamente una cinemática… da bajona. Otra, QTE mal metidos. Lo siento, pero no estoy de acuerdo, o no del todo. Para nada se abusa de ellos cuando se utilizan en combate cuerpo a cuerpo contra híbridos, o los asesinatos en modo sigilo. Eso sí, al César lo que es del César, los enfrentamientos contra jefes no les salieron todo lo bien que me hubiera gustado, precisamente por basarse 100% en los QTE, y aunque el primero en el hospital me gustó mucho, visto uno, vistos todos. Que por cierto, hablando de híbridos y de jefes, The Order 1886 tiene los que para mí son los mejores hombres lobo que jamás he visto en un videojuego, y si me apuras, en cualquier medio audiovisual. Más cosas, también se dijo que era una experiencia muy encorsetada y pasillera, y es cierto, es casi un shooter sobre raíles. Y por último, se le achacó poca originalidad, en el sentido de que el sistema de coberturas, cambio de armas, y tipo de cámara era (y lo es), totalmente Gears of War.

Dejando de lado estos pormenores (aunque para mucho fueron su sentencia de muerte), y como comentaba al principio, los valores de producción eran altos, y Sony no se cortó a la hora de aparcar camiones de dinero en la puerta de las oficinas de Ready At Dawn. De hecho es de los pocos juegos que “sufrieron” upgrade en la pasada generación, desde que muestran sus primeros tráilers hasta que salen a la venta. Pero como digo, ya no sólo es una cuestión de músculo gráfico, que en iluminación es de lo mejor que he visto, las físicas de los diferentes tejidos y materiales, o lo cuidado que estaba cada detalle de la ciudad, el interior de las casas, los cuadros, el papel pintado de las paredes, las fotos… Y es que además, para componer la BSO contrataron a Jason Graves, que tal vez os suene de otros títulos como Dead Space o Tomb Raider, y a Austin Wintory, el compositor de Journey al que hemos escuchado recientemente en el brillante The Pathless. Y por si los nombres supieran a poco, el trabajo se grabó en un pequeño estudio ubicado en la callde londinense Abbey Road. ¿Sabéis quién grababa ahí? Pues eso. Y el doblaje, qué bueno. Eso sí, pese a que Eduardo del Hoyo hace un gran trabajo con Galahad, yo hubiera elegido una voz más madura, con más poso, de señor con bigote. Doblaje al castellano por cierto, que dirigió Álex de La Iglesia.

Dentro de unos días, el próximo 20 de febrero, se cumplirán 6 años de lanzamiento de The Order 1886, que para mí es uno de los juegos más injustamente tratados por la prensa (un 63 en Metacritic). Aunque tal vez el raro sea yo, quién sabe. Está tirado de precio, nuevo, seminuevo, físico o en digital, y si no me falla la memoria también lo tenéis incluido en la PS Plus Collection en PS5, así que no hay excusa, jugadlo.