Dune Parte 2, crítica

Dune Parte 2, crítica

1 marzo, 2024 0 Por Javier Garcia
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Más Melange, es la guerra!

La primera vez que escuché la palabra Arrakis se refería a un proveedor de Internet, en aquella época donde los módems eran ruidosos como cotorras argentinas y si tus padres cogían el teléfono, fijo por supuesto, te cortaban la conexión. Sí, confieso que, a pesar de ser la ciencia ficción mi género favorito, no me había leído la novela de Frank Herbert.

Más tarde supe que era el nombre de un planeta desértico poblado por gusanos XXXL donde se producía una especia más valiosa que el azafrán, con propiedades mágicas, y que había gente muy rara tanto en ese planeta como en otros a su alrededor, que formaban parte de un vasto imperio galáctico con tintes feudales enmarcado en un futuro remoto. Además de no haber leído la novela, tampoco estoy seguro de haber visto completa la película que salió de la mente algo trastornada de David Lynch, sin embargo si que tengo imágenes en mi memoria de escenas futuristas muy bizarras, con Kyle MacLachlan peleando contra un extraño robot lleno de pinchos extensibles, señores con cejas enormes, un personaje muy desagradable, gordo, con pústulas en la cara y la capacidad de flotar en el aire, y Sting vestido de negro y con los pelos como el canijo de Érase una vez el hombre. O sea, que quizá sí que la vi, pero luego mi cerebro prefirió olvidarla en un esfuerzo ¿vano? por mantenerme cuerdo. Disculpas a los fans acérrimos que la consideren una obra de culto.
Afortunadamente, la adaptación que ha hecho Villeneuve de la obra original es excelente, como ya pudimos comprobar en la primera parte, estrenada en el 2021. Hay mucha expectación por ver si ha sabido mantener el nivel, y en mi opinión es así. Realmente no es una segunda parte, sino la segunda mitad de una película que no podía estrenarse íntegra por tener más de cinco horas de metraje. La coherencia visual y narrativa se mantiene de manera impecable, y la espectacularidad de las imágenes unida a la tremenda banda sonora de Hans Zimmer son un goce para los sentidos. Los actores dan también lo mejor de sí mismos y consiguen hacer creíbles a unos personajes sometidos a un guión complejo de dimensiones épicas, de modo que el resultado final no hace aguas por ningún sitio
Poco quiero decir de la trama porque si conoces la historia no te voy a contar nada que no sepas, y si has conseguido mantenerte en la ignorancia hasta ahora no seré yo quien te saque de ella. Hay momentos en los que Paul me recuerda a Neo, un Mesías que está donde está porque otros creen en él, obligado por el destino a liderar la liberación de los Fremen, con Bardem como Morpheus, su madre, más que Chani, en el rol de Trinity, y los Harkonnen como agentes de Matrix, aquí las Bene Gesserit. Me hizo gracia el encontronazo entre Jessica Atreides y Chani, por lo arquetípico de la mala relación entre nuera y suegra, espero que no tengan que hacer muchas reuniones familiares.
En definitiva, espectáculos como éste demuestran que todavía es posible hacer productos que devuelven el CINE al lugar que se merece, un sueño colectivo que te saca de tu realidad cotidiana durante un par de horas (casi tres en este caso) y te transporta a un mundo alternativo donde tu única preocupación es dejarte llevar.
Javier Garcia
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