Ori and the Blind Forest: Definitive Edition

Ori and the Blind Forest: Definitive Edition

10 octubre, 2019 0 Por Jaime Brotons
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Análisis Nintendo Switch

Cuando pienso en todo lo que me estoy perdiendo por no haber adquirido una Xbox, obviamente me vienen a la cabeza grandes sagas como Halo, Gears, e incluso Forza, sin ser yo un gran fan del mundo de motor, pese a que trabajo en él (qué cosas), pero también pienso en otros títulos más pequeños pero con mucho encanto como Cuphead, o como el que nos atañe, Ori and the Blind Forest. No diré que hubiera sido capaz de comprarme una Xbox sólo para jugarlo, o un PC que mueva algo más que el buscaminas y office (como es mi caso), pero sí que era una espinita clavada que tenía la intención de quitarme tarde o temprano. Por suerte, y tras cuatro años y medio de espera, los usuarios de Nintendo Switch ya podemos disfrutar de esta joya que nos trajo Moon Studios en 2015, gracias al acuerdo entre Nintendo y Microsoft para ir trayendo juegos del gigante americano a la híbrida de Nintendo.

De Moon Studios poco podemos decir, es un estudio independiente con sede en Austria, formado por Thomas Mahler, que venía de trabajar como artista en las cinemáticas de Blizzard, y ya conocemos todos de sobra el nivel de estas, y por Gennadiy Korol, que había trabajado en el estudio de animación Animation Lab. Dos artistas que se encargarían de reunir a un equipo de programadores y diseñadores de distintas países para llevar a cabo este proyecto. Y no es la primera vez que vemos algo así, un estudio nacido de artistas, en lugar de programadores de videojuegos, que nos recuerda al caso de Fumito Ueda y su Team ICO. Desde luego tienen algo en común, saben hacer juegos.

Lo que nos cuenta Ori and the Blind Forest es muy sencillito, no pretende mostrarnos una historia grandilocuente, ni impresionarnos con un apabullante lore oculto a través de la descripción de objetos y enemigos. Esto es un cuento, una fábula narrada a través de una voz en off, pero sobre todo a a través de su jugabilidad, en la que empezamos controlando a Naru, una criatura que no sabríamos muy bien cómo describir… ¿Una especie de oso-lechuza con cara de espíritu al estilo Ghibli? Bueno, podría ser. En fin, una raza que pertenece al bosque de Nibel, y que un buen día durante una tormenta se encuentra a Ori, que ha caído del gran árbol, y que lo adopta como hijo, al que protege y alimenta hasta que algo malo sucede en el bosque. Esto se explicará después, pero vemos como el Árbol Espíritu emite una potente luz, entendemos que para llamar o recuperar a Ori, lo que de algún modo provoca que una gran búho de sombras llamado Kuro, podríamos decir que el “villano” del juego, robe la luz del bosque, lo que provocará la corrupción del bosque, aparición de nuevas criaturas, que se llene todo de zarzas repletas de espinas, y que lo más importante, que los alimentos comienzan a secarse, lo que desencadena en la muerte de Naru, dejando solo a Ori… Este será el punto de partida para que nuestro protagonista salga a explorar y conozca a Sein, que se presenta como la luz y los ojos del gran Árbol Espíritu, y que será digamos nuestro “disparo” contras los enemigos. Juntos comenzaran un peligroso viaje con el fin de curar al bosque y recuperar la luz del Árbol Espíritu, y para ello serán necesarios tres elementos: agua, viento y calor. A través de distintos escenarios y de los seres que los custodian, iremos conociendo mejor la historia, y tendremos más de un giro inesperado y un final delicioso, todo ello presentado con una narrativa perfectamente integrada con la jugabilidad, ágil y sin a penas cinemáticas ni diálogos, y aún así, empatizaremos con unos personajes adorables y con momentos realmente emocionantes.

Análisis de Ori and the Blind Forest: Definitive Edition para NIntendo Switch

En lo jugable tenemos entre manos un metroidvania con todos los elementos típicos del género, esto es, un enorme mapa con zonas interconectadas y zonas secretas, que iremos descubriendo y ampliando conforme vayamos avanzando en la historia y obteniendo nuevas habilidades que nos hagan llegar donde antes no podíamos, o acceder a lo que antes era inalcanzable. Además de las habilidades que se nos van dando con el progreso del juego y obtención de objetos especiales, como el doble salto, la escalada, etc, disponemos de un sencillo árbol de habilidades con tres ramas bien definidas que potenciar: movimientos ofensivos, búsqueda de secretos, o mejora de supervivencia. Un servidor se ha decantado por la parte ofensiva, potenciando el poder de disparo de Sein, dado mi escaso interés por el completismo y los secretos, y en parte también porque me gusta ser el más chulo del bosque. Dicho esto, hay que tener en cuenta que pese a que tenemos exploración y combates, Ori and the Blind Forest es un juego muy enfocado al plataformeo, y se nota, entre otras cosas por la perfecta precisión de sus controles, imprescindible para el género, por el uso de habilidades que vamos adquiriendo, directamente relacionadas con las plataformas, y también por uno de los aspectos más originales del juego como es su sistema de guardado, en el que nosotros seremos los que creamos nuestros propios puntos de guardado consumiendo esferas de luz,un bien muy preciado. Una mecánica no sólo curiosa y original, si no que muy inteligente, ya que Ori and the Blind Forest, pese a no ser un juego difícil, y de hecho es muy agradable de jugar, vamos a morir muchas veces, y gracias a este sistema de guardado el revivir y seguir intentándolo va a hacer todo mucho más ágil, ameno y directo. Sin duda una decisión inteligente, como lo son el diseño de escenarios, con variedad de situaciones y una combinación excelente de pequeños puzles y fases de plataformas, además de acción, claro está.

Pero aquí viene el único punto negativo que tenemos que achacarle al juego, y es que a penas hay variedad de enemigos, además de que su diseño no es precisamente lo mejor del juego. Es cierto que hay algunos más fuertes que otros y con más vida, que podríamos considerar “jefes” con muchas comillas, pero es algo que hemos echado en falta, los enfrentamientos con jefes finales. Algo que por cierto ya han solucionado con la nueva entrega, Ori and the Will of the Wisps. Os recordamos que estamos analizando la Definitive Edition del juego, y por lo tanto tenemos todos los extras que se incluyeron en su día como el sistema de logros, dos habilidades nuevas, los nuevos niveles de dificultad, dos nuevas zonas, y la inclusión del solicitado teletransporte o viaje rápido entre puntos de guardado, no los que creamos nosotros, si no los pozos de luz que vamos descubriendo a lo largo del juego. Algo que se agradece muchísimo.

Ori and the Blind Forest: Definitive Edition

En cuanto al apartado técnico, estamos ante una obra de arte, y no se nos caen los anillos al decirlo. Moon Studios ha exprimido el motor Unity como nadie para traernos un juego precioso con un diseño artístico cautivador, que hará que nos quedemos embobados más de una vez frente a la pantalla, y que nos hará quemar el botón de captura de pantalla. El diseño de personajes, de escenarios, el uso del desenfoque de la cámara, la profundidad, la iluminación, cómo juega con la sombras, todo, está tan bien hecho que no podemos más que rendirnos a lo evidente. Un diez. Y encima en esta Definitive Edition para Nintendo Switch, el trabajo de port no podía ser mejor, y esto es literal, estamos ante la versión del juego que mejor rendimiento presenta de todas, con 1080 y 60 en la tele y 720 en su modo portátil, que hará que todo se vea súper fluido y súper limpio. Y si en lo visual tenemos que ponerle un diez, en el apartado sonoro nos toca cascarle otro, porque lo que ha hecho Gareth Coker con la Banda Sonora de este juego es para quitarse el sombrero. Siempre lo digo en muchos de mis análisis, la música puede ser un arma de doble filo, algo que entorpezca o que se eche en falta y reste puntos al global del título, o por el contrario, y como es el caso, la guinda al pastel y lo que hace que un juego pase de sobresaliente a matrícula de honor, una auténtica delicia con ese tema principal que se nos quedará grabados para siempre, y esto muy pocos juegos pueden decirlo. A lo largo del juego nos acompañarán una gran variedad de melodías que se adaptan a todas las situaciones, ya sean de acción, tensión o ambientales, y una gran cantidad de efectos de sonido. Mención especial para ese idioma inventado con el que nos habla la voz en off. Por cierto, la Banda Sonora del juego la tenéis disponible en Spotify para vuestro uso y disfrute.

Análisis de Ori and the Blind Forest: Definitive Edition para NIntendo Switch

En definitva, Ori and the Blind Forest es una aventura preciosa, maravillosa, su fama le precedía pero aún así nos ha sorprendido, tenéis que haceros con él. Ya era un imprescindible en Xbox One y en PC, y ahora es un imprescindible de Nintendo Switch. Si tenéis alguna de estas tres plataformas es un pecado con os hagáis con él, aunque sea en alguna oferta. Hacedme caso, no os vais a arrepentir.

 

 

 

 

 

 

 


Imágenes del articulo cedidas por Microsoft, a través de presskits. Los logotipos y marcas que aparecen en ellas son propiedad de sus respectivos dueños y son utilizadas aquí únicamente con fines ilustrativos

Ori and the Blind Forest: Definitive Edition

9

Historia

8.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Diseño Artístico

10.0/10

Diseño de Sonido

9.0/10

A Favor

  • Apullante apartado artístico y sonoro
  • Un manejo impecable
  • Excelente rendimiento tanto en portátil como sobremesa

En Contra

  • Enemigos poco variados
  • Falta de jefes finales