State of Mind. El futuro ya esta aquí

Análisis

El ser humano, aunque últimamente no lo parezca, es realmente alucinante. Somos la especie inteligente que más ha evolucionado, cosa que no está nada mal para unos monos que solo llevamos aquí un par de millones de años. Esto se debe, sin duda, al afán de superación y a la curiosidad innata en los hombres y mujeres. Y es que gracias a ello hemos pasado de quemar a gente en una hoguera por decir que la tierra no es el centro del universo a estar a las puertas de exploración del mismo. Gracias a nuestra inquietud hemos superado los límites de nuestra programación biología doblando nuestra esperanza de vida en apenas 25 años, comenzamos a juguetear con la biotecnología y nos dejamos maravillar por el brillante futuro que, ahora más cerca que nunca, se nos presenta gracias a el avance en la robótica.

State of Mind, el nuevo juego de Daedalic Entertraiment, basa su historia en estas ideas que si bien hace tan solo 20 años parecían ciencia ficción ahora son una realidad bastante palpable. El futuro, no muy lejano, que plantea State of Mind es uno de esos posibles escenarios que no se nos antoja tan imposibles de acontecer. Una sociedad que se ha rendido totalmente a la tecnología, los implantes cibernéticos están a la orden del día. Tanto es así que las empresas ya no contratan a humanos que no estén “mejorados” con estos implantes, dividiendo y fracturando así la sociedad entre los que pueden acceder a este tipo de tecnología, y con ello a un trabajo, y los que no pueden. Una sociedad humana que va relegando sus funciones en los cada vez más avanzados y eficaces robots. Robots que ya les han ganado el puesto a los humanos en trabajos como el policial o la atención al cliente. Un futuro donde el ser humano va perdiendo, no solo su sitio si no también, su humanidad y se comienza atisbar que el siguiente paso evolutivo, el transhumanismo, está a la vuelta de la esquina.

Este futuro distopico se da lugar en el Berlin del cercano 2048 y en el seremos Richard Nolan, un periodista de éxito, sin pelos en la lengua, que se atreve a denunciar la situación de decadencia la sociedad y que critica desde uno de los medios de comunicación mas importantes del país, el diario The Voice, las trampas de un sistema que tiene dominada a una adormecida y autocomplaciente sociedad. Pero no es oro todo lo que reluce, Nolan es una persona arisca e insociable, profundamente tecnófoba y cuya vida personal es un completo desastre. Nolan sufre un misterioso accidente donde al parecer su coche autónomo perdió el control y se estrello junto con su mujer e hijo. Tras despertar en el hospital y regresar a casa descubriremos que su mujer y su hijo han desaparecido sin dejar rastro. Comienza aquí un interesante thriller que mezclará en su trama investigación periodística, conspiraciones empresariales, ataques terroristas con tramas más densas y profundas como el significado de los recuerdos, la progresiva deshumanización de la sociedad, el transhumanismo o que es lo que nos hace realmente humanos. Poco más vamos a contar del argumento pues creemos que en este tipo de juegos cuanto menos sepamos antes de comenzar mejor para la experiencia que supone jugarlos.

Para contarnos la historia Daedalic da un paso adelante y se atreve con los mundos completamente en 3D dejando atrás las aventuras en 2D a las que nos tenia acostumbrados en sus títulos anteriores. Podremos recorrer “libremente” los escenarios en los que podremos interactuar con los objetos y personas que encontremos en ellos y que nos permitirán, ademas de ayudarnos a comprender y completar el retrato de este futuro incierto, avanzar en la trama. Así pues podremos una serie de comandos como examinar, recoger, usar o hablar mediante un sencillo interfaz totalmente adaptado a consolas en el que cuando nos acerquemos al objeto, o persona, en cuestión se nos aparecerá la opción de pulsar el botón correspondiente a cada opción. Como punto a favor hay que decir que esta especie de menú esta perfectamente integrado en pantalla ya que aparece como si fuera una ventana emergente de información y que se mueve de forma orgánica con el escenario dando la impresión de que este tipo de información es algo que los personajes de esta distopia son capaces de ver gracias a algún implante de realidad aumentada. También nos encontraremos algún que otro puzle pero tan sencillo de resolver que sigo dudando si la palabra puzle es adecuada, pero en cualquier caso se agrade ya que dá algo de variedad al titulo.

Es en este aspecto donde se encuentra el mayor problema del juego. En estos pequeños escenarios hay muy poco que hacer realmente o con lo que interactuar, con lo que la supuesta exploración y las continuas secuencias rompen de manera brutal el ritmo del juego. Un ritmo ya de por si muy lento que unido a lo densa que se vuelve la trama en algunos momentos hará que nos planteemos si “State of Mind” es más una “Visual Novel” que una aventura “Point&Click”.

Llegamos ahora al apartado más sobresaliente del juego. “State of Mind” hace un trabajo de diseño artístico sublime. Daedalic toma prestadas referencias de peliculas como Blade Runner, Matrix o Altered Carbon para dar forma a los dos escenarios donde tiene lugar el juego, Berlin y City 5. La eterna noche, los estrechos callejones, la indigencia y la estridente luz de los neones darán un toque “cyberpunk” más que creible al Berlin de 2048. En contraste estará City5, un lugar luminoso, limpio, pulcro y demasiado utópico y bonito para ser real. Ambos escenarios están realizados con mucho mimo. Para crear este entorno Daedalic usa el motor Unreal y en lugar de decantarse por la búsqueda de un entorno fotorealista escoge, con acierto, un acabado Low Poly que refuerza la idea de fractura, tanto en la sociedad como en el mismo protagonista, que quiere transmitir el guión. Daedalic plasma perfectamente el ambiente “Cyberpunk” y distopico de una ciudad al borde del colapso como es este Berlin y el ambiente sosegado y pacifico de la utópica City5. A poco que os guste este género esta estética os cautivará. La parte sonora no se queda atrás y nos encontramos con un soundtrack que se integra perfectamente en la ambientación del juego y con un excelente doblaje, eso si, en un magnifico ingles. El juego vienen subtitulado al castellano.

En la parte negativa tenemos que dar un pequeño palo al juego pues nos hemos encontrado con varios bugs bastante molestos. Paredes invisibles, quedarnos atrapados entre un mueble y una persona sin posibilidad de movernos o un ligero “lag” entre que pulsamos el stick y el personaje se mueve empañan un acabado gráfico casi perfecto.

En “State of Mind” Daedalic nos da su obra más adulta y profunda, con un cuidado guión que invita a la reflexión de hacia dónde se dirige el ser humano y de lo que las personas estamos dispuestos a pagar por la “evolución”.  Pero tenemos que avisar que, lamentablemente, no es un juego para todos. Su baja interacción y su ritmo lento, más cerca de la “Visual Novel” que de las aventuras “Point&Click”, echarán atrás a más de uno. Un juego con mucho potencial que nos pedirá ser pacientes para disfrutar de su gran historia.