Análisis Daymare: 1998

Análisis Daymare: 1998

11 mayo, 2020 0 Por Alberto Martin
Share this...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

FichaNoticiasAnálisisImágenes


Daymare 1998 es una obra anacrónica, alejada de su punto de origen, la década de los 90, pero que precisamente por ello rezuma un aroma y un encanto único y especial. Está claro que de haber salido en aquel momento, hubiera sido una obra más, un survival horror que llega para sumarse a la ola de la laureada saga Resident Evil. En cambio, a día de hoy su aparición ofrece otras lecturas más estimulantes y nos lleva de vuelta a un tiempo y una manera de hacer que parecía desaparecido o francamente difícil de encontrar: todo vuelve, como se diría, y el survival horror ha ido evolucionando tanto a lo largo de estas décadas que ha tenido que llegar la obra de Invader Studios para hacernos ver que volver a los orígenes tiene alicientes que habíamos olvidado. Volver a esa serie B que se sabe tal, sin complejos ni vergüenzas. Volver a sudar la gota gorda para evitar enemigos. Volver a contar las balas que nos quedan y hacernos dudar si malgastarlas en ese enemigo o mejor tratar de evitarlo… Volver, en definitiva, a cuando tenía algo más de 12 años y temía encender mi Playstation para jugar a Resident Evil 2: lo temía pero lo necesitaba, ese extraño placer masoquista que planea sobre los que amamos el Survival Horror. Y es que qué a gusto se está sufriendo, ¿verdad?

Invader Studios, una pequeña desarrolladora italiana, sabe tocar los resortes necesarios para esbozar una sonrisa en la cara del jugador experimentado.  Daymare 1998 es una obra nostálgica, con múltiples homenajes a la obra de la que parte, es decir, Resident Evil 2.  Ya no es simplemente que varios escenarios se hayan remodelado para traerlos aquí (¿qué me decís de esa mítica pista de basquet?), sino que hay pequeñas referencias a la obra y al espíritu de esa década. Detalles pequeños que, si vais con prisas, podréis pasar por alto. Cierto es que son elementos nimios, pero que saben tocar la fibra sensible de aquellos que sentimos melancolía por aquella época.

He dicho que Daymare 1998 es una obra nostálgica y es cierto: nos trae de vuelta los tics más propios del género, con sus personajes con movilidad tosca, su gestión de inventario, los prolijos documentos a través de los que se nos explica qué ha sucedido, su argumento enrevesado e imposible, trufado de traiciones y giros de guion… Todo ello es cierto, sí, y sin embargo, en lugar de fijar la mirada hacia atrás, a esa arcadia perdida de los Survival Horror, Invader Studios ha querido aportar ciertas novedades que permitan una vuelta de tuerca más a la jugabilidad: una mirada hacia adelante, hacia el presente. Una jugada arriesgada en una obra que está claramente pensada para satisfacer el hambre voraz de esos zombies sedientos de esos clásicos a los que hace referencia, pero que en líneas generales ha sabido mezclar con el sabor añejo que rebosa.

Daymare: 1998 es una carta de amor a los clásicos. Jugabilidad, historia, control de inventario…todo recuerda a los clásicos del survival horror.

Para no estropearos la experiencia narrativa, pues el argumento, pese a lo que se pudiera pensar, está bien elaborado, sólo os voy a poner en situación: en unos laboratorios próximos a Keen Sight, la Raccoon City de Daymare 1998, ha acontecido un accidente que ha liberado un gas que ha convertido a la población en zombies. Nos va a tocar conocer los motivos por los que se ha producido este accidente y, por si no fuera suficiente, tratar de escapar de este horror. Pero si en Resident Evil 2 lo vivíamos desde dos perspectivas diferentes, aquí, para rizar el rizo, vamos a tener tres puntos de vista diferentes: manejaremos a tres personajes que se irán intercalando en la narración y que impedirán que nos despeguemos del asiento. Aunque en lo jugable no ofrecen nada distinto entre sí, pues todos se manejan igual, es cierto que otorgan variedad al conjunto: además, uno de los personajes sufre alucinaciones, lo cual le da un toque aún más desasosegante. Sin embargo, algo más de empaque no les hubiera sentado nada mal, pues no derrochan, precisamente, mucho carisma.

La historia, trufada con referencias al genero zombie, la podremos vivir desde los puntos de vista de nuestros 3 protagonistas.

Os hablaba de ciertas novedades: estamos ante un Survival Horror al uso en el que la gestión de los recursos de nuestro inventario es vital. Pues bien, Invader Studios ha ideado un sistema de recarga de munición algo peculiar: por un lado tendremos los cargadores y por otro las balas. Desde el inventario podremos rellenar estos cargadores con las balas que nos interesen, algo un tanto lento y farragoso, pero vital dado que hay diferentes tipos de balas. Una vez hecho esto, podremos optar por una recarga rápida (en la que tiraremos el cargador agotado al suelo) o por una recarga lenta (que evita que perdamos el cargador): si optamos por la primera, y no recogemos el cargador lanzado, lo perderemos y, creedme, es una pérdida grave. Un sistema que aumenta la tensión en los tiroteos, más aún si tenemos en cuenta que mientras  abrimos el inventario para rellenar los cargadores, la acción no se detiene.

Además, vamos a tener un minijuego para hackear puertas: gracias a unos cables que nos encontraremos a lo largo de la aventura, podremos desbloquear puertas cerradas con un sencillo minijuego que tiene diferentes grados de dificultad. A ello se le unen los puzzles que plantea el videojuego y que recuperarn la dificultad que se había ido perdiendo a lo largo de los años. Nada extremadamente complejo, pero se agradece el buen diseño de algunos de ellos y el reto que suponen.

Luces y sombras en un apartado gráfico que se luce en interiores pero que se desenvuelve algo peor en espacios abiertos.

Por desgracia, el apartado técnico no siempre brilla con luz propia: los interiores y escenarios nocturnos gozan de un buen nivel y destaca, sobre todo, el uso de la iluminación en las zonas más oscuras. No obstante, hay abundantes problemas cuando el juego gestiona ambientes más abiertos como, por ejemplo, el bosque, donde la carga de elementos se realiza de manera paulatina a medida que nos vamos moviendo. Se le ven las costuras, pero se le perdona fácilmente gracias a la ambientación tan lóbrega y asfixiante que consigue en los interiores. Aunque cuesta más de perdonar la falta de expresión facial de los personajes. El apartado sonoro aguanta muy bien el tipo con unos efectos sonoros que no van a dejar de ponernos los pelos de punta mientras caminos por los pasillos del laboratorio o del hospital y con una música que cumple sin grandes alardes pero de manera notable su cometido de ponernos siempre en tensión. Las voces, en inglés (el juego está subtitulado al castellano de manera correcta), tienen una buena calidad de interpretación y ayudan a adentrarnos aún más en la narración rocambolesca que propone Invader Studios.

Por último, y hablando del aspecto técnico, es importante comentar que servidor ha tenido que reiniciar la partida en dos ocasiones debido a que, al guardar en ciertos momentos, la partida se ha corrompido: un aspecto a mejorar de manera urgente para que no pueda frustar la experiencia jugable del título.

La ambientación esta muy bien conseguida gracias a un apartado sonoro que conseguirá asustarnos en más de una ocasión.

Daymare 1998 es un juego muy notable que sabe jugar con esa sensación de volver al hogar, de volver a un lugar donde hacía tiempo que no habíamos estado. Es cierto que a veces el homenaje se come a la obra, que le falta sacar un poco de pecho y decir “aquí estoy yo“. Pero no nos vamos a engañar, nos acercamos a Daymare 1998 con la idea de volver a los Survival Horror de los 90s, a Raccoon City: muchas cosas ya las habremos visto o vivido en otros juegos, pero nos pasa como con nuestros mayores, que siempre nos gusta escuchar esa historia que nos han contado decenas de veces porque tiene un encanto único e intransferible. Y porque les vemos disfrutar cada vez que nos la explican: Invader Studios ha sabido transmitir con esta obra su amor por este género. Y lo ha hecho hablándonos en susurros, cerquita de la oreja, engatusándonos con trucos que ya conocemos pero que nos siguen emocionando.

 

 

 

 

 

 

 

 

Daymare:1998

7.4

Historia

7.5/10

Jugabilidad

7.0/10

Diseño Artístico

7.0/10

Diseño de Sonido

8.0/10

A Favor

  • Su aroma a serie B.
  • Ser una carta de amor al género.
  • Los puzles.

En Contra

  • Apartado técnico con bugs y problemas de rendimiento.
  • Las expresiones faciales.