Análisis PS4

Qué buenos tiempos aquellos en los que sagas como Age of Empires, Warcraft, Command & Conquer o Civilization campaban a sus anchas por los hogares noventeros de cualquier jugón de la época con un PC de tres al cuarto, y muchos de nosotros llevábamos la experiencia un paso más allá con interminables tardes de contienda en las salas ciber, cibersalones, cibercafés, o como se llamen en tu Comunidad Autónoma, querido lector. En Elche, de donde es un servidor, siempre los hemos llamado “el ciber”. Poco a poco este género ha ido evolucionando en gráficos, y ya iba costando más que cualquier PC pudiera moverlo, cosa que para mí ha supuesto un lastre ya que no siempre he podido apostar por invertir mis escasos ahorros en una tarjeta gráfica, y casi siempre he optado por una videoconsola como plataforma principal de juego, por lo que muchos géneros más digamos “de PC”, como aventuras gráficas, o el que nos atañe, estrategia en tiempo real, han tenido que quedar relegados a la fuerza a un segundo plano. Por suerte no siempre es así, y algunos estudios como es el caso de Destructive Creationes y 1C Company, nos han traído a PS4 y Xbox One Ancestors Legacy, eso sí, un año después de su lanzamiento en PC. Y aunque jugarlo con un mando de consola no es tan cómodo como hacerlo con teclado y ratón, pues oye, ni tan mal esta conversión. Ahora os cuento.

Ancestors Legacy nos traslada a la Europa de la Edad Media entre los siglos VIII y XII, una época oscura y convulsa en la que los bárbaros campan a sus anchas por el norte del continente y resuelven sus contiendas a palos, con los vikingos, anglosajones, germanos y eslavos como grandes protagonistas. Saqueos, pillaje, y acción directa entre ejércitos relativamente pequeños, con un máximo de diez unidades por bando, en cuatro campañas personalizadas para cada facción en las que no hay tiempo que perder con la gestión de recursos y la construcción, pese a que algo tenemos, centrándose todo casi exclusivamente en la gestión de los combates, de una forma sorprendentemente profunda y bastante táctica.

Los cuatro bandos, y por tanto las cuatro campañas son: en primer lugar los vikingos, con una infantería tan versátil como efectiva, los anglosajones cuentan con los mejores arqueros, los eslavos son los son los más rápidos a la hora de crear unidades y edificaciones, y por últimos los germanos, nuestros favoritos, lucen realmente espectaculares y temibles en el campo de batalla gracias a sus impresionantes armaduras completas y a la caballería pesada que ya advertimos que está un pelín OP. Está guay que cada facción tenga sus propias características, y por supuesto sus héroes históricos con habilidades especiales, pero siendo sinceros, la diferencia entre llevar a vikingos o sajones tampoco es TAN grande… Es decir, vemos que falta un poquito de variedad y distinción entre las cuatro facciones jugables, más allá de los aspectos comentado.

Arrancamos con un tutorial en el que manejamos a los vikingos arrasando con una aldea, muy entretenido y vistoso, y que nos servirá para hacernos con las nociones básicas de juego, seleccionar tropas, moverlas, unir diferentes batallones, atacar y defender, flanquear al enemigo, incendiar edificios, defender al héroe que siempre debe sobrevivir, mejorar tropas, recuperar unidades, etc. Lo que al principio puede resultar “abrumador” (pongo comillas porque esto depende mucho del bagaje de cada uno en el género), veremos como no lo es tanto, y no tardaremos en acostumbrarnos a todas las opciones que ofrece el juego. Además de las cuatro campañas, tenemos el modo escaramuza, en el que podremos personalizar partidas para estirar el título todo lo que queramos. Igual que podemos darle una larga vida con su modo multijugador y sus dos variantes, dominación y liquidación. Pero no nos engañemos, Ancestors Legacy es un juego MUY orientado al modo campaña para un jugador.

Hay que destacar varios elementos del sistema de juego de Ancestors Legacy: la opción de jugar con rol defensivo o defensivo a nuestras tropas, la importancia del terreno a la hora de escondernos, huir, atacar de forma directa o flanquear, el hecho de que las tropas que sobrevivan ganarán experiencia en forma de mejora de armaduras, armamento o habilidades, por lo que deberéis cuidar a vuestras unidades, ya que si las perdéis será para siempre. Eso sí, es toda una proeza lograr que una unidad de, qué sé yo, diez alabarderos, consiga acabar la partida con uno o dos hombres, y la sensación de satisfacción al pensar, “uf menos mal, ahora podré curarlos y reponer tropas”, es inigualable. Eso sí, a base de gastar recursos, claro está. También hay que decir que al ser un juego tan orientado al combate, los desarrolladores se han preocupado en que no se nos haga monótono o aburrido, y la verdad es que si bien las facciones no nos parecen demasiado diferenciadas, si que encontramos un montón de situaciones a lo largo de las misiones, divertidas y bien diseñadas, con sigilo, pillaje, asesinato, huida, sobrevivir a un ataque, asediar, o ser asediados ya que en este juego la defensa es casi tan importante como el ataque, y un largo etcétera. Chapó por esto.

Más cositas interesantes. Por ejemplo el sistema de ventajas en el que hay tropas más efectivas frentes a otras, entre la infantería, caballería, arqueros y máquinas de asalto tendrán su enemigo predilecto, su némesis y su igual, igual (valga la redundancia) que sucede en otros juegos con, por ejemplo, los elementos, ya sabéis: agua puede a fuego, fuego anula a fuego, rayo puede a agua, etc. Lo que no nos ha gustado tanto ha sido el control con el Dualshock 4, porque pese a que la distribución de botones y menús radiales está muy bien, a la hora de dar órdenes o anularlas no es tan fácil cuando estamos metidos en combate. En cualquier caso, además de tener una adaptación bastante decente, podemos personalizar la interfaz y los controles para tratar de encontrar esa comodidad que perdemos al pasar del ratón al mando.

Técnicamente, por lo menos en consolas, nos ha parecido un juego muy discreto, que sí, tiene detalles chulos como que las tropas se llenan de sangre, sufren heridas, y los escenarios tienen bastante detalles, con empalizadas, campamentos, barro, nieve, lluvia, zonas boscosas, de costa, montaña, la iluminación de las hogueras y los incendios en la noche mientras llueve, todo esto está muy bien, pero el nivel de acabado tanto en modelado como en texturas es discreto, y da la sensación incluso de antiguo. Pero si que es cierto que todo esto se aprecia cuando acercamos demasiado el zoom, y que con vista alejada no luce nada mal. No obstante, la dirección artística y diseño de las cuatro facciones es muy correcta y nos ha gustado, así como el diseño de menús, logos, ilustraciones, e interfaz, que nos ha parecido exquisita. La música del juego es uno de sus puntos fuertes, todo un clásico del género que nos ha brindado algunas de las mejores bandas sonoras de la historia. Aquí cumple de sobra su cometido y nos regalará alguna melodía que destaca notablemente. Además, los efectos de sonido son fantásticos y nos trasportan directamente al sanguinario medievo. Por desgracia el juego no está doblado a nuestro idioma, aunque si dispone de traducción al castellano.

En definitiva. Ancestors Legacy es una de las pocas opciones de estrategia en tiempo real que tenemos para consolas, y pensamos que es una ocasión que no deberíamos dejar escapar si somos amantes del género y no disponemos de un PC donde las alternativas en el género se amplían notablemente. Hay que agradecer esta adaptación a consolas, y nos quedamos con lo bueno, una ambientación brutal en una época interesantísima de la historia, con cuatro facciones, cada una con su campaña, y un montón de horas por delante, que sólo empañan sus carencias técnicas y la incomodidad de manejar estos juegos en consolas.

 

 

 

 

 

 

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