Análisis Warhammer 40.000: Chaos Gate – Daemonhunters
24 junio, 2022Es indudable que la franquicia Warhammer ha sido tremendamente prolífica en la industria de los videojuegos. Nos ha brindado títulos muy diversos en cuanto a géneros, como la aclamada saga de estrategia Dawn of War, su vertiente deportiva Blood Bowl, el estilo FPS de Space Hulk: Deathwing, o el shooter en tercera persona Space Marine. Sin embargo, uno de los géneros que más se acerca al juego original de miniaturas es el de la estrategia por turnos. Hace unos años pudimos disfrutar de uno de estos juegos tácticos, Warhammer 40.000: Mechanicus, y ahora nos llega en exclusiva para PC lo último de la saga, Warhammer 40.000: Chaos Gate – Daemonhunters, desarrollado por Complex Games, y distribuido por Frontier Foundry.
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El juego nos pone al mando de un grupo de Caballeros Grises, el capítulo más poderoso de los Marines Espaciales, encargados de proteger al Imperio de los demonios y dioses oscuros que moran en el Inmaterium. Tras combatir contra una horda de demonios en el planeta Gaheris, en la que el Comandante sacrifica su vida heroicamente derrotando al demonio Erekhul, nos veremos obligados a tomar el mando de la maltrecha nave Mandato Siniestro en su regreso hacia la Ciudadela de Titán. Es entonces cuando una Inquisidora atraca en la nave, reclamando sus servicios, ya que una plaga demoníaca se extiende en varios planetas, y debe ser erradicada antes de que los demonios de la Disformidad se hagan con el control y supongan una amenaza contra el Imperio.
En cuanto a jugabilidad, es imposible no ver la gran influencia que supone la saga referente del género, XCOM. Podemos dividir el juego en dos grandes apartados. Por un lado tenemos la gestión del Mandato Siniestro, en el cual deberemos realizar reparaciones y devolverle su antigua gloria mejorando aspectos como el reactor, el motor o la cámara de mejoras, lo cual se traducirá en más Caballeros Grises, un motor más rápido o mejores defensas. Nuestra Inquisidora también pondrá a nuestra disposición todo un árbol de investigaciones que nos permitirá comprender más del lore de Warhammer 40.000 así como avanzar en la historia, mientras tratamos de descubrir más sobre la plaga alienígena. En cuanto a la gestión de nuestros Caballeros, podremos seleccionar su armadura y armamento, los cual nos proporcionará acceso a ciertas habilidades. Conforme nuestro pelotón vaya ganando experiencia en combate, podremos ir ganando nuevas habilidades desbloqueándolas en un árbol de talentos, lo cual nos permitirá especializar a nuestros Caballeros Grises. De forma periódica deberemos informar al Gran Maestre Vardan Kai (de forma similar al informe mensual al Consejo de XCOM), al cual solicitaremos que asigne sus recursos en ciertos apartados, pudiendo mejorar las estadísticas de los nuevos reclutas, el armamento o la armadura.
El apartado estrella del título es sin duda, su sistema de combate. Bebe mucho del sistema de XCOM, con movimiento por casillas, puntos de acción, y un sistema de coberturas medias o completas. Sin embargo, a diferencia del título de Firaxis, los disparos no cuentan con un sistema de porcentaje de acierto. Los ataques nunca fallan (y los del enemigo tampoco), y nuestras preocupaciones deben ir más por la cantidad de daño que podemos producir por turno antes de que el enemigo devuelva el fuego. El sistema de cobertura, por tanto, lo que hace es reducir la cantidad de daño recibido. Otro punto a nuestro favor es el escenario. Aunque su diseño peca de ser algo simple, dispone de elementos destruibles, que nos proporcionan la posibilidad de derribar una columna sobre las tropas enemigas o cortarles el paso. Cuando realicemos un golpe crítico podremos elegir el lugar el golpe, de con una interfaz parecida al VATS de la saga Fallout, pudiendo provocar diferentes efectos en el enemigo como reducir su ataque, aturdirlo, o incluso ejecutarlo en el acto con una cinemática. Todo el combate está salpicado de estas micro-cinemáticas, que le dan un aspecto muy épico y cinematográfico a la batalla, desde hacer zoom a una granada en el momento de lanzarla, o ejecutar brutalmente a un enemigo. Hablando de nuestros contrincantes, se echa en falta algo más de inteligencia en su IA, que en ocasiones toma decisiones que escapan a toda lógica, como quedarse vigilando en dirección contraria a nuestro pelotón, o desplazarse a un punto aleatorio en lugar de intentar flanquear a nuestras tropas.
El apartado técnico no se queda atrás. Al tratarse de un juego táctico que no debe mover muchos modelados a la vez, el rendimiento del juego es muy bueno, y el combate es fluido y sin grandes tirones de FPS. Su apartado artístico en general es apabullante, ya que nuestra nave es básicamente una gran catedral gótica voladora, llena de vidrieras, rosetones, contrafuertes y arbotantes. La fotografía de las cinemáticas juega mucho con los claroscuros y los juegos de luces, creando una sensación de grandiosidad en todo lo referente al Imperio y sus Caballeros. En cuanto al diseño de los modelados, tienen bastante detalle para lo habitual en un juego de este género, y aguantan bien una inspección de cerca. Los escenarios pecan de ser algo simples y repetitivos, aunque se suple con la evolución que provoca la plaga de Nurgle, que irá deteriorando y corrompiendo los escenarios cuanto más extendida esté.
El apartado sonoro destaca principalmente por su banda sonora y su excelente trabajo de doblaje al inglés. La música corre a cargo de Doyle W. Donehoo, todo un veterano de la saga Warhammer 40.000, ya que también compuso las bandas sonoras de Dawn of War II y Space Hulk: Deathwing. Sus marchas militares mezcladas con grandes coros y música electrónica encajan como un guante en la ambientación de los Caballeros Grises, dándole ése toque de epicidad que un título como éste tanto necesita. En la parte de actuación vocal se ha puesto también mucho mimo, contando con un profesional de la talla de Andy Serkis, quien puso voz a Gollum en las películas de El Señor de los Anillos, para interpretar al Gran Maestre Vardan Kai. Aunque se echa en falta un doblaje al castellano, el juego se encuentra completamente traducido a nuestro idioma, con subtítulos para los diálogos.
En resumen, tanto si eres fan de Warhammer 40.000 como de los juegos tácticos tipo XCOM, no te puedes perder esta perfecta fusión de ambos mundos. Agarra tu bólter pesado y prepárate para machacar a las impías hordas de demonios del Caos. ¡Por el Emperador!
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