Warhammer 40.000 Inquisitor Martyr. Ahora toca en PS4

Warhammer 40.000 Inquisitor Martyr. Ahora toca en PS4

12 septiembre, 2018 0 Por Jaime Brotons
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Podéis leer el análisis de su versión PC aquí.

Cuando pienso en grandes universos para llevar al terreno de los videojuegos, sin ser este su origen, irremediablemente siempre me vienen a la cabeza los mismos nombres, y cuando se trata de ambientación futurista son sólo dos los finalistas, uno de ellos es sin lugar a dudas Warhammer 40.000, el juego de estrategia de miniaturas creado por la compañía británica Games Workshop, ambientado en el 41º mileno de la humanidad, asolada por la guerra entre las fuerzas del emperador, los xenos (los alienígenas de Warhammer 40k), y el mayor enemigo de la humanidad, el Caos. Como veis, multitud de razas y facciones enfrentadas a lo largo de milenios que han convertido este universo en un vasto campo de batalla. Muchos todavía no sabrán de qué hablo, pero tal vez les suenen cosas como Marines Espaciales, Orkos, Eldar, Tiránidos… ¿Mejor? ¿No? Bueno, seguid leyendo.

¿Qué es Warhammer 40.000 Inquisitor Martyr? Muchos habréis leído que es un “Diablo en el espacio”, y la verdad es que las similitudes están ahí, es el mismo tipo de juego, ya que Neocore Games nos brinda un juego de acción con elementos roleros como el loteo, subida de nivel y personalización de personaje a través de un árbol habilidades que iremos completando, y equipamiento, que se desarrolla en un enorme mundo abierto que podremos abarcar como queramos (con ciertas restricciones), y con elementos online. Nosotros encarnaremos a un Inquisidor, una figura independiente de autoridad y poder al servicio del imperio. Un trasunto de agente especial que lucha en nombre del Imperio para erradicar el Caos en todas sus formas, dotado de las mejores armas y armaduras proporcionadas por Inquisición y creadas por el misterioso Adeptus Mechanicus, los tecnosacerdaotes adoradores del Dios Máquina.

 

¿A que no sabéis dónde no he perdido tiempo esta vez? Efectivamente el editor de personaje, este es uno de los puntos flojos del juego ya que los personajes vienen diseñados por defecto sin darnos posibilidad de elegir complexión, altura, color de piel, ojos, peinado, etc, ya sabéis, esas cosas que a mí tanto me gusta elegir, así que más que editor se trata de selector de personaje, que nos dará a elegir entre tres clases muy bien diferenciadas, y tres sublclases para cada una, no tan bien diferenciadas ya que al final importa más el armamento que elijas para tu personaje y las habilidades que desbloquees, que la propia subclase. Pero bueno, en total tenemos seis tipos de personaje diferente para afrontar esta gran aventura. Nuestras opciones serán el Cruzado (con subclases de Asalto, Táctico y Artillero Pesado), un tanque andante con el armamento más contundente y potentes ataques cuerpo a cuerpo, el Psíquico (son subclases de Caminante del Éter, Empireanista y Clarividente) que utiliza ataques de energía psíquica muy variados y poderosos, y la Asesina Imperial (con subclases de Infiltrador, Francotirador y Erradicador), especialista en el sigilo, camuflaje y rifles de francotirador.

 

El sistema de combate es lo que cabría esperar, avanzar a través de escenarios cerrados (tal vez demasiado) derrotando a numerosos enemigos hasta llegar a un enfrentamiento final, con una cámara isométrica que podremos acercar gracias al zoom (que no recomiendo). A este sistema sencillo pero efectivo se suman algunos elementos que lo hacen muy interesante como el uso de granadas, torretas de defensa, la posibilidad de manejar algunos vehículos, nuestras habilidades principales y especiales, y el importante uso de coberturas, sobre todo si usas armas a distancia. Además estas se pueden destruir, con lo cual nos van a dar mucho más juego a la hora de encarar los enfrentamientos. En mi caso llevo a cabo un estilo de juego cuerpo a cuerpo, con lo cual no les doy mucho uso, pero en ocasiones debo recurrir a las armas a distancia y es aquí cuando te das cuenta de la importancia de las coberturas. Con respecto a las habilidades, estas vienen dadas no sólo por el personaje, si no también por el equipamiento que llevemos o las mejores que añadimos. Por ejemplo, las servoarmaduras pueden desde propulsarnos a largas distancia para caer encima de los enemigos provocando una gran cantidad de daños, hasta convertirse en un lanzamisiles. Otro ejemplo más es el escudo, no de energía sino el escudo de caballero de toda la vida del señor, que nos otorga una de mis habilidades favoritas, que es un golpe que hace daño de área y repele a los enemigos, ideal para los que como yo van más “a saco”. Pero ya os adelanto que hay habilidades y combinaciones de estas para todos los gustos. Es cuestión de ir probando y elegir las que mejor nos vengan con nuestro estilo de juego. Por cierto, el juego nos da la posibilidad de tener guardados dos conjuntos de equipo y armamento que podremos cambiar sobre la marcha durante el transcurso de las misiones. Algo que ya os adelante que es bastante útil.

Los primeros compases del juego se desarrollarán en la nave que da nombre a este juego, la Martyr, una catedral motorizada gigantesca que vaga a la deriva por el Sector Caligari, y que nos hará las veces de tutorial para familiarizarnos con los controles básicos del juego antes de soltarnos en el vasto universo que ofrece este juego, porque si algo tiene este título es una cantidad de contenido colosal, casi inabarcable. Y también servirá como pistoletazo de salida a la historia, que aunque no muy compleja encaja perfectamente con el tono de este universo, y se irá ampliando conforme avancemos en la historia principal y completemos misiones secundarias repletas de lore. Cada uno de estas misiones son cortas, y los mapas no son demasiado extensos, ya que a penas hay secretos en este sentido, así que no nos llevará más de un cuarto de hora finalizar cada una de estas fases. Con respecto a estas, tenemos que dar un pequeño tirón de orejas a Neocore, y es que la dificultad en ocasiones resulta absurda, ya que al abrirse tanto el universo desde el principio nos encontramos con fases que son un auténtico mata mata sin ningún tipo de reto, y de repente nos topamos con otras que nos hacen plantearnos si tal vez es demasiado pronto para aterrizar allí, o es que sencillamente la dificultad está mal media, que va a ser lo segundo.

 

La variedad de enemigos hasta donde hemos jugado no está nada mal, habiendo enemigos de todo tipo, desde cultistas del Caos, hechiceros, pequeños y grandes demonios, nurgletes, Dreadnoughts del Caos, Marines Espaciales del Caos, Tanques, la verdad es que estamos gratamente sorprendidos en este sentido, así como con la variedad de armas y equipo entre el que encomntraremos servoarmaduras para todos los gustos y niveles, espadas de energía, mandobles, hachas, espada sierra, pistolas, rifles, armas láser, de plasma, escopetas y hasta escudos, ,una auténtica pasada para armar a nuestro inquisidor como más nos guste. En lo que no hemos encontrado tanta variedad es en los niveles, que pese a haber muchísimos y estos se generan de forma procedural, al final da la sensación de estar siempre en la misma nave o planeta, salvo algunas excepciones como parajes nevados.

Un punto clave del juego que todavía no hemos comentado, será el puente de mando de nuestra nave, desde donde podremos comprar y vender equipo, gestionar el inventario y guardar objetos en el alijo, personalizar a nuestro personajes gastando los puntos de habilidad en nuestro sencillo árbol, así como acceder a los sistemas y planetas en los que encontraremos misiones que completar, principales o secundarias. También desde este puente de mando podremos acceder al modo cooperativo en el que junto a tres jugadores más realizaremos encargos, y ojo, no sólo online sino también local, y además tenemos modo PvP que nos enfrentará a otros jugadores en una zona de guerra.

 

El apartado gráfico es discreto, por lo menos en su versión de PS4 que es la que estamos analizando, pero los diseños y la ambientación son tan fieles al Universo Wargammer 40.000 que incluso el correcto detalle gráfico es lo de menos, ya que cumple su cometido para un juego de estas características. Tendría que hacer recuento de todos los videojuegos que he probado de Warhammer 40.000, pero es posible que estemos ante una de las mejores representaciones de este universo e un videojuego. La Banda Sonora acompaña perfectamente al título pese a no contar con ningún tema memorable, con música sombría, ambiental, y no exenta de epicidad cuando la situación lo requiere, y no desentona lo más mínimo. El juego está traducido al castellano con voces en inglés en su versión original.

En definitiva, Warhammer 40.000: Inquisitor Martyr es uno de los mejores Diablo-like que hemos probado en los últimos tiempos. Si te gusta su ambientación y el tipo de juego, es un imprescindible. Un montón de horas, armas, objetos y mejoras, acción a raudales, y si te gusta el online tienes un juego sin fin. Por si esto fuera poco, recientemente se ha expandido el universo con nuevas razas de enemigos, los Drukhari (antiguos Eldar Oscuros). Recomendadísimo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Warhammer 40.000 Inquisitor Martyr

7

Historia

7.0/10

Jugabilidad

7.0/10

Diseño Artístico

8.0/10

Diseño de Sonido

6.0/10

A Favor

  • Fiel representación del universo 40K
  • Infinidad de horas de juego y gran cantidad de misiones
  • Variedad de equipo

En Contra

  • Picos de dificultad desorbitados.
  • Gráficamente no destaca.
  • Fases repetitivas y cortas.