Análisis Switch: Sine Mora EX. Shoot’Em Up de los de toda la vida.

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Qué maravillosos, y locos, fueron los años ochenta. Música, cine, y sobre todo, la eclosión de los videojuegos donde un género reinó con férrea autoridad durante casi una década: los arcades de naves. Raro era el día que no íbamos a gastarnos nuestros cinco duros en una máquina de estas joyas esquivando a los abusones de turno del salón recreativo. Sine Mora Ex nos transporta a hace tres décadas para que podamos seguir disfrutando de estas maravillas.

Siendo una versión mejorada de Sine Mora, desarrollado por Digital Reality y Grasshopper Manufacture, para Xbox 360, Playstation 3 y PC, THQ Nordic nos lo trae de nuevo para PC, Playstation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Shoot’Em Up de los de toda la vida, Sine Mora Ex nos presenta una historia un tanto extraña y confusa de una venganza, opresión y violencia contada de una manera bastante desorganizada, pero por suerte, esto es un arcade y la historia es lo de menos.

Los escenarios por donde iremos avanzando disparando a diestro y siniestro están en 2D, siendo los fondos en 3D, siendo estos aprovechados para cambiar de perspectiva entre una parte de la fase y otra, o en la presentación de un boss. La curiosidad de este juego es que en vez de tener una barra de vida tendremos tiempo, con lo que cuantos más impactos recibamos, más segundos se nos restarán, y viceversa, destruyendo enemigos iremos aumentando nuestro tiempo para pasar la fase sin apuros. Para ello, usaremos un arma primaria que podremos ir mejorando mediante la obtención de unas esferas rojas que irán dejando los enemigos al ser abatidos, y las cuales perderemos también cuando nos consigan dar, a pesar de que podamos recuperarlas pero en un corto espacio de tiempo. Luego tenemos el arma secundaria, la cual tiene un uso limitado, pero vaya uso, ya que es un arma de un poder brutal que nos ayudará a terminar rápidamente con el boss de turno, o así lo hemos ido haciendo. Lo que más nos facilitará la vida en cambio .será la energía tempora, ya que nos protegerá del fuego enemigo.

 

Tenemos también el modo arcade donde podremos recrearnos ad infinitum y así mejorar nuestras puntuaciones, ya que el modo historia cuenta con apenas unas horas. Cabe destacar que si bien el nivel de dificultad normal de juego es bastante asequible, cuando lo subes, este aumenta exponencialmente, brindándonos de un infierno de caos y destrucción del cual nos será muy complicado el salir airosos. Contamos también con el modo score attack donde lucharemos solamente contra los bosses. Una de las novedades que nos brinda esta remasterización es el cooperativo local, donde además de la nave, otro usuario llevará una especie de dron con el que podrá masacrar a los enemigos. También nuevos modos de entrenamiento.

En el apartado gráfico lo esperado: unos gráficos decentes para lo que es un arcade y lo que tenemos hoy en día en los videojuegos donde además no sufriremos caídas de fps, haciendo el juego muy, muy fluído por lo que cuando nos maten no será por culpa de que se nos haya quedado la pantalla congelada. Es más, en las versiones de PC y PS4 Pro nos darán una resolución 4k nativa y 60 fps. Casi nada. La música es otro puntal del juego, con una banda sonora genial donde los temas que suenan van en perfecta armonía con lo que nos sucede en pantalla, dando la sensación de frenesí y estrés que tienen que dar estos juegos.

En conclusión, un gran juego que da lo que promete: un arcade adictivo y difícil que nos dará a los nostálgicos esa dosis de infancia que tan pocas veces nos dan los videojuegos actuales. Y a los que no probaron aquellos arcades un escarmiento, a ver si se van a pensar que son los reyes del mambo por ser buenos al Call of Duty sin saber lo que es el dolor de verdad.