Análisis de The Crown of Wu

El novel estudio español Red Mountain se estrena con una propuesta de amplio espectro realizada por estudiantes.

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El pasado 23 de Marzo se lanzó por todo lo alto “The Crown of Wu“, el producto inaugural del estudio español Red Mountain. Con una estrecha relación con la academia madrileña Trazos, este título ha sido desarrollado fundamentalmente por alumnos suyos, apoyados por la iniciativa PS Talents de Playstation España.

En “The Crown of Wu” encarnaremos a Wu, el rey mono de la famosa leyenda china, el cuál, tras ser encarcelado por sus terribles acciones en tiempos inmemoriales, y después de recuperar su libertad sin un motivo aparente, descubre que su corona ha sido afanada, y se embarca en una odisea para recuperarla. Pero Wu no estará sólo en esta empresa: nos acompañará un misterioso personaje que, a modo de voz en off, nos irá acompañando e introduciendo en las mecánicas del juego, que ya os adelanto que son muchas y de muy diversa índole.

Este videojuego, debut de sus creadores de la mano de la iniciativa PS Talents, constituye una propuesta enormemente ambiciosa: un action rpg combinado con juego de plataformas y combinado a su vez con elementos de resolución de puzles. A lo largo de la aventura, deberemos superar retos consistentes en peleas contra enemigos, contra jefes finales, exploración del escenario para descubrir el camino por el que avanzar, resolución de puzles de distinta naturaleza y superación de zonas de plataformeo. Para ello, Wu contará con la ayuda de su inseparable bastón, con el que daremos su merecido a los enemigos que se nos pongan por delante, además de sus habilidades de salto y doble salto, escalado de ciertas zonas verticales, y poderes místicos basados en los elementos (viento, agua, fuego y tierra). Para poder utilizar estas habilidades mágicas, Wu hará uso de una reserva de maná al estilo Hollow Knight, que también le servirá para recuperar salud, como también ocurría en el mítico título de Team Cherry.

De entre la baraja de situaciones jugables que nos propone el título, el combate es el que menos satisfactorio resulta. Las animaciones de movimiento de protagonista y enemigos son toscas y poco naturales, y los golpes, tanto recibidos como los que impactan en el contrincante, no transmiten sensación de impacto alguna, lo que hace que nos resulte muy difícil anticipar golpes y decidir si esquivar o atacar. El resultado es una experiencia de combate caótica e injusta. Afortunadamente, la experiencia en otras fases de juego como el plataformeo son mucho más satisfactorias, y los puzles que deberemos solucionar para desbloquear el avance están bien pensados y son desafiantes.

Superficies móviles, láseres que esquivar, enredaderas a las que nos podemos agarrar para escalar e interruptores de diversa naturaleza son los elementos principales que conforman la experiencia de plataformeo y resolución de puzles, sin duda alguna el punto fuerte de este juego. Para avanzar en la aventura deberemos agudizar la vista y no dejar pasar ni un detalle de los escenarios. Éstos están dotados de una gran verticalidad, lo cual contribuye a que la sensación de exploración y descubrimiento sea muy satisfactoria por lo desafiante y bien medida de la misma.

El apartado gráfico del juego deja una sensación agridulce: los escenarios y las texturas son bonitos y efectistas, si bien el modelado de los personajes, especialmente del protagonista, es francamente mejorable, y la decisión de mezclar la estética basada en el folclore oriental con elementos futuristas, robóticos y mecánicos, no termina de convencer. En todo caso la propuesta conjunta es agradable al ojo, y los escenarios se presentan grandes, amplios, espectaculares y misteriosos a partes iguales.

La música cumple una función de colchón ambiental sin impactar ni influir demasiado en la aventura. Se intuye que el efecto buscado es el de proporcionar una experiencia intimista de soledad frente a un mundo enorme y desconocido que tenemos que ir descubriendo poco a poco. Las mecánicas, abundantes y quizá demasiado variadas, como hemos comentado anteriormente, así como el argumento, se nos van presentando de forma directa a través de diálogos con el asistente misterioso y otros NPCs, y también insinuando de forma emergente a través de diversos elementos integrados en la diégesis, en una clara referencia a los productos de From Software y similares.

En conjunto, el producto de Red Mountain constituye una apuesta enormemente ambiciosa en su aterrizaje en la escena nacional de desarrollo de videojuegos. “The Crown of Wu” deja ver a las claras el enorme potencial que atesora el joven estudio madrileño. Si bien la propuesta se ve perjudicada precisamente por esta ambición, y adolece de una falta de concreción en la ejecución de la variedad de estilos de juego que pretende implementar, es una muy digna primera incursión del estudio en este mundillo, aportando ideas frescas y divertidas en algunos de ellos.

Si os gustan los juegos de plataformas y puzles, y os atrae la mitología china y la estética futurista, sin duda dadle una oportunidad a Wu, que tiene mucho que contaros, que os dará muy buenos momentos, y que además viene de la mano de un estudio patrio. Nos encanta poder disfrutar de este momentazo en el que está el desarrollo de videojuegos en España, y “The Crown of Wu” es una oportunidad más para ello.