Análisis de The Pathless

Análisis de The Pathless

23 diciembre, 2020 0 Por Impozible Julín
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Hay juegos que, no sabría decir muy bien cómo, te hacen saber que estás ante algo “grande” en sus primeros compases. Es algo intangible, claro, no es como que tengamos un contador de epicidad que nos ayude a cuantificar lo apabullante de un título. Es más una “actitud”, una forma de presentarse, una primera impresión. Como cuando acudes a una cita del Tinder o a una entrevista de trabajo, la primera impresión es fundamental, y The Pathless deja un primer encuentro, con nuestra protagonista bajando de su barca y contemplando una enorme cascada, impecable. Es en estos primeros minutos que las intenciones a nivel estético y sonoro quedan claras y meridianas. Y de qué manera.

No es este juego uno de fajarse en cuanto a potencia técnica, pero sí que está deseando maravillarte con sus apartados artísticos y jugables. The Pathless hace justicia a su nombre dejándote suelto, sin mapa y con sólo unas pocas indicaciones, en una enorme isla llena de puzles en la que debemos deshacer las fechorías del destructor de dioses que ha tomado el control de 4 hermosas criaturas divinas convirtiéndolas en seres corruptos víctimas de un odio ponzoñoso que los envuelve en una tormenta rojiza.

Así, con la ayuda de nuestra fiel águila, recorreremos las extensas campiñas, escalaremos las altísimas montañas y resolveremos puzles en las intrincadas ruinas que conforman el enorme y hermoso escenario gracias a unos orbes con forma de rombo a los que dispararemos con nuestro arco que cargarán una barra de energía cada vez que les acertemos con una de nuestras flechas. Mientras tengamos energía en esta barra, pulsando el gatillo izquierdo comenzaremos una trepidante carrera para recorrer el entorno en la que nos podremos olvidar del apuntado de, digamos, precisión, para preocuparnos únicamente de cual es la ruta óptima para alcanzar nuestro destino, ya que el apuntado es, enorme acierto, automático. De este modo los orbes rojos nos otorgan más velocidad en nuestra carrera y los orbes azules altura cuando estemos planeando con la ayuda de la ya mencionada águila.

Este modo de desplazarse es capital para un título que busca sobretodo y precisamente que cada uno de los viajes de un punto A a un punto B del mapa sea una delicia, ya que The Pathless prescinde de indicadores o balizas para señalizar destinos y también del viaje rápido. Al principio es, no lo neguemos, chocante y confuso, pero al poco tiempo entiendes que lo que se espera del jugador es que recuerde los puntos claves del escenario, que se suba a puntos altos para buscar lugares a los que ir, y que aprenda a leer su entorno de forma eficiente.

Y en estos entornos resolveremos puzles sencillos para obtener más impulsos verticales con nuestra alada amiga, aumentar nuestra barra de energía, salvar animalitos corruptos y en última instancia enfrentarnos en un combate que bebe mucho de juegos como Zelda o Shadow of the Colossus a cada una de estas bestias envueltas en tormentas, en pos de ser capaces de subir a la torre más alta de la isla para plantarle cara al destructor de dioses y causante de todo este pifostio acompañados de, lo digo aquí y ahora, el mejor trabajo de Austin Wintory

Es The Pathless, ya lo he dicho al principio, un juego que hace de su sencillez una fortaleza. Toma algunas decisiones comprometidas que van siempre acorde a las intenciones jugables y narrativas y en definitiva, deja un segundo título de Giant Squid Games que, tras Abzû, se consolida como una de las alternativas indies más sólidas y estimulantes, y uno de los mejores juegos de mundo abierto de este año.

 

 

 

 

 

 

 

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The Pathless

9.3

Historia

8.0/10

Jugabilidad

10.0/10

Diseño Artístico

9.5/10

Diseño de Sonido

9.5/10

A Favor

  • Apartado artístico deslumbrante
  • Sistema de desplazamiento con mucho flow y muy divertido.
  • Duración ajustada.

En Contra

  • Repetitivo en su último tramo.