Análisis de Kena: Bridge of Spirits

Análisis de Kena: Bridge of Spirits

10 diciembre, 2021 0 Por Agustín Raluy
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Imprescindible

No voy a mentir diciendo que esto de reseñar juegos no es algo bonito, pero sí diré que en muchas ocasiones es un deporte de riesgo en el sentido de que habitualmente cuando te llega un juego nuevo a punto de ser publicado no tienes referencias más allá de algún tráiler y no sabes qué te vas a encontrar, tanto para lo bueno como para lo malo. En ocasiones te llega una pequeña joya con la que estarías todo el día jugando mientras que en otras toca sacar toda la profesionalidad que llevas dentro para obligarte a seguir jugando y tratar de hacer una crítica en condiciones.

Esta reseña, sin embargo, es la excepción a la regla. Y es que el título que hoy tenemos entre manos, Kena: Bridge of Spirits, no solo lleva ya varios meses publicado sino que además cuenta nada menos que con tres nominaciones a los Game Awards (mejor dirección artística, mejor indie y mejor debut indie) como carta de presentación. ¿Es realmente tan bueno como todo parece indicar? Vamos a verlo.

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Kena: Bridge of Spirits es la ópera prima del pequeño estudio californiano Ember Lab, creado en 2009 por los hermanos Mike y Josh Grier. Aunque hasta ahora estaba especializado en trabajos de animación y de publicidad, esta aventura de acción ha supuesto para el estudio la oportunidad de cumplir su sueño de producir y lanzar un videojuego, hito que finalmente pudieron alcanzar el pasado mes de septiembre con la salida del juego en las tiendas digitales de PlayStation (PS4 y PS5) y Epic (PC). Ahora, 3 meses después, se produce el lanzamiento de su edición física para que ya no tengamos ninguna excusa para no hacernos con esta pequeña joya.

A lo largo de nuestra aventura tomaremos el papel de Kena, una joven guía espiritual que  ayuda a los espíritus a llegar al más allá y es capaz de canalizar su energía a través de un antiguo bastón, y le acompañaremos en su misión de alcanzar la cima de la Montaña Sagrada atravesando un mundo que ha sido corrompido por una misteriosa energía maligna que ha transformado bucólicos parajes en trampas mortíferas y entrañables criaturas en monstruos sedientos de sangre que no nos van a poner las cosas nada fáciles.

Afortunadamente, Kena no estará sola en su viaje y contará con la colaboración de los simpáticos rots, unas criaturas mágicas que nos ayudarán tanto en la resolución de los diferentes puzzles que encontraremos por el camino como en el combate, resultando su gestión estratégica una pieza clave tanto para maximizar el daño que podamos causar a nuestros enemigos como para poder recuperar nuestra salud. Tanto es así que incluso a pesar de su apariencia infantil, rápidamente se convierten en el elemento más novedoso, original e interesante de todo el juego.

El juego se presenta como una aventura de acción en tercera persona que no se corta un pelo en tomar como referencia a los títulos más representativos y mejor valorados en sus distintas facetas jugables. Así, toma la estructura lineal en mapa abierto, el árbol de habilidades o el uso del arco de Tomb Raider, la escalada y los pequeños puzzles de Uncharted… y el combate de los Souls. Sí, como suena. Con sus ataques pesados y ligeros cuerpo a cuerpo y a distancia, escudo, bloqueo, parry, esquiva rodando y, por supuesto, su elevada dificultad que nos va a hacer morder el polvo una y otra vez.

Eso sí, en Kena: Bridge of Spirits no vamos a sufrir ninguna penalización al morir, y podremos retomar la partida justo antes del combate, de forma que podremos volver a intentarlo tantas veces como necesitemos hasta que consigamos salir victoriosos. En el combate contaremos también con la inestimable ayuda de los rot: conforme vayamos golpeando o bloqueando a nuestros enemigos iremos acumulando energía rot que podremos utilizar para entretener a los enemigos durante unos segundos, impregnar nuestros golpes cuerpo a cuerpo o a distancia con una potencia demoledora o incluso regenerar nuestra salud. La correcta gestión de esta energía rot será una de las claves que determinen nuestro éxito o fracaso en el combate.

Un detalle importante es que, a diferencia de los Souls, Kena sí que dispone de pausa y selector de dificultad aunque no está del todo bien equilibrado: el modo de dificultad normal puede suponer para muchos jugadores una barrera infranqueable en algunos combates, mientras que el modo fácil resulta… demasiado fácil. En este sentido se echa de menos algún modo adicional intermedio, que siga suponiendo un desafío para el jugador pero sin llevarle a la frustración.

Cuando no estemos en combate, disfrutaremos de los bellos y cuidadísimos entornos que forman el mundo de Kena, organizados en el mapa en tres grandes áreas con biomas diferenciados que nos aportarán variedad de escenarios y algunas mecánicas propias. En ellos encontraremos secciones de plataformas, arenas de combate, algunos puzzles y diversos coleccionables, algunos puramente cosméticos (sombreros y joyas) mientras que otros (rots, karma y puntos de meditación) nos van a permitir subir de nivel y mejorar a nuestro personaje a través de un árbol de habilidades no demasiado profundo pero que nos dotará de una mayor versatilidad en el combate.

Otro de los aspectos más interesantes del juego es la introducción de elementos y mecánicas que enriquecen la jugabilidad conforme vamos avanzando en la aventura. Así, cuando por ejemplo podemos acceder al uso del arco o de las bombas, se abren nuevas posibilidades jugables y zonas en las que tendremos que utilizar estas nuevas herramientas para poder seguir avanzando. Para aquellos jugadores más completistas, también se incluye un pequeño componente de backtracking que puede suponer un aliciente para revisitar zonas ya superadas y tratar de encontrar sus últimos secretos.

De su acabado artístico poco tengo que aportar a lo que puede verse en las imágenes que acompañan a esta reseña. Sin duda uno de los juegos más bonitos que hemos visto este año, con un cuidado exquisito por el detalle y un gran trabajo de iluminación. Todo ello moviéndose a unos sólidos (y para mí a estas alturas de generación ya imprescindibles) 60 fps en modo rendimiento. Eso sí, resulta llamativa la caída de frames hasta unos cinematográficos 24 fps en las cutscenes, sin duda herencia de toda la experiencia previa de Ember Lab en el mundo de la animación.

Con todo esto es imposible no recomendar Kena: Bridge of Spirits. Si bien es cierto que no innova especialmente en ninguno de sus aspectos jugables y que los picos de dificultad pueden ser un poco frustrantes en nivel normal, todo lo que hace lo hace realmente bien y además entra por los ojos como cuchillo caliente en mantequilla. Sin ninguna duda, uno de los imprescindibles del año.

 

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Kena: Bridge of spirits

8.9

Historia

8.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Diseño Artístico

9.5/10

Diseño de Sonido

9.0/10

A Favor

  • Un acabado artístico que puede rivalizar con cualquier AAA.
  • Mezcla equilibrada entre exploración, aventura y combate.
  • El uso de los rot enriquece muchísimo la jugabilidad.

En Contra

  • La dificultad del combate en modo normal puede llegar a ser frustrante. Afortunadamente, puede bajarse el nivel.
  • La historia, aunque emotiva, no es más que una excusa para avanzar en el juego.