Analisis Nintendo Switch

Little Town Hero es la última propuesta de Game Freak, que llegó por sorpresa y sin a penas avisar. Se anunció en un Nintendo Direct, se dio fecha en otro, y finalmente el 17 de Octubre de 2019 apareció en la eShop, con prácticamente nula promoción y ningún tipo de publicidad ni de repercusión en los medios. Game Freak, pese a ser los creadores y responsables de una franquicia mastodóntica y millonaria como Palemón, nunca se han distinguido por llevar a cabo enormes súper producciones. De hecho los propios títulos de la caza y enfrentamiento de monstruitos no dejan de ser juegos con un apartado técnico medianamente modesto disimulado por un notable apartado artístico. Lo que no se acaba de entender demasiado bien es que Nintendo permita que un exclusivo creado por un estudio que ha dado tantas alegrías, llegue a nuestras Nintendo Switch haciendo tan poco ruido y con unos valores de producción tan escuetos. Y es que lo primero que llama la atención es la extrema modestia de la que hace gala el título que hoy nos ocupa.  Los personajes principales  están modelados y caracterizados de forma correcta y carismática, pero los personajes de relleno cuentan con muy pocos modelados y se repiten de forma constante. Las “voces”, que son básicamente bocinitas que suenan mientras los personajes mueven la boca y que cansan mas pronto que tarde. Las animaciones de todo el elenco son básicas y repetitivas y en general, a poco que se mire más allá de bonito y agradable arte del juego, las costuras saltan por todas partes.

Habiendo dejado claro ya que Little Town Hero no es un juego al que venir por su apartado técnico, vamos pues a lo mollar, a lo que hace de un JRPG un juego al que merezca la pena jugar. Esto es, su historia y su sistema de combate. En Little Town Hero controlamos a Axe (aunque podremos cambiar su nombre), un muchacho que tiene un sueño, salir de su aldea y explorar el mundo. Su único problema es que vive en una aldea cuyas leyes impiden emigrar de ella. La única salida, que ellos conozcan, es a través del castillo y para acceder al mismo, deben convertirse en caballeros. Durante los primeros compases del título, Axe y su compañero de fechorías Nelz intentarán con nulo éxito colarse en el castillo, encontrarán una extraña piedra roja que confiere una gran fuerza a nuestro protagonista  y conocerán a Angard, un caballero encomendado con la misión de acabar con unos supuestamente inexistentes monstruos que podrían llegar a la aldea. Evidentemente la cosa se complica aunque tampoco mucho, con la llegada de estos mencionados monstruos, que nos obligarán a poner el práctica el segundo pilar del juego, el sistema de combate.

Cuando se explicó en los sucesivos vídeos que en este juego combatiremos con Ideas, no explicaron en ningún momento que los combates de Little Town Hero son básicamente un juego de cartas disfrazado de otra cosa. De hecho, si nos resultan familiares juegos como Magic o HeartStone, la mayoría de los conceptos nos sonarán bastante. Básicamente, tenemos un Espacio Mental, que hace las veces de mazo, donde tenemos las ideas, las cartas, o como se les llama en el juego, Izzits, que pueden ser de ataque, defensivos, o especiales. Necesitamos puntos de poder para convertir las ideas, los Izzits, en acciones, pasando a llamarse Dazzits. Estos Dazzits tienen puntos de ataque y defensa, y básicamente lo que haremos será enfrentarlos con los dazas del oponente. La mecánica principal es conseguir destruir los puntos de defensa del los Dazzits del oponente en un solo turno. De este modo conseguiremos un “All Break”. En este punto, si tenemos un Dazzit de combate disponible, pasaremos al “Chance Turn” en el cual podremos atacar directamente a los puntos de vida del oponente, habitualmente cubiertos por puntos de agallas (básicamente, puntos de vida adicionales). En caso de no tener Dazzits de ataque disponibles, almacenaremos un break point que puede servirnos para rebarajar nuestro espacio mental, o para elegir el siguiente Izzit a robar del mismo. No suena, y no es, demasiado complejo, pero a esta mecánica básica se le añade además que tras acabar cada turno lanzaremos un dado de 4 caras que nos obligará a movernos por el escenario. En las distintas casillas pueden ocurrir ciertas cosas, como que obtengamos nuevos Izzits, o que algún personaje o elemento del escenario nos preste ayuda.

Es un sistema lo suficientemente complejo y a la vez accesible como para que cualquiera pueda meterse a combatir una vez superados los primeros tutoriales. Pero presenta un par de puntos problemáticos que pueden lastrar bastante la experiencia en durante los combates. El primer problema es el componente de aleatoriedad inherente a cualquier juego de cartas, que hace que en muchos turnos nos veamos indefensos ante el enemigo, o completamente falto de posibilidades a la hora de enfrentar a los Dazztis del rival. La otra es que cuando se nos acaban los Izzits, cuando se agota el mazo, en lugar de volver a barajarse, se queda vacío dejándonos a merced del enemigo, y solo se repone si somos heridos directamente en nuestros puntos de salud, o bien, si tenemos suficientes break points como para renovar nuestro espacio mental. Estos dos factores provocan un problema que probablemente ya hayáis leído en otros análisis más tempraneros que el nuestro, y es que si no eres un auténtico experto en este sistema, si no optimizas AL MÁXIMO tus movimientos, el combate tiende a alargarse enormemente, mucho más cuando hay  enemigos con Dazzits con efectos adicionales como destruir tu Dazzits o convertirlos de nuevo en Izzits (el equivalente de mandar cartas de la mesa al cementerio o de nuevo a tu mano). Una vez hayamos concluido el combate mermando los tres corazones del enemigo, recibiremos Eureka Points que podremos invertir en un sencillo árbol de habilidades para mejorar nuestras posibilidades en posteriores enfrentamientos, pero nuestro personaje no sube de nivel, ni tiene unas estadísticas al uso, ni nada parecido.

Así pues, hay partidas de Little Town Hero que se convierten en deliciosas experiencias con un combate complejo y exigente pero muy gratificante, y otras en las que parece que nunca vamos a acabar con ese maldito monstruo y que puede alargarse hasta cerca de la hora y media. Y esto incide de forma crítica en el último punto que quiero tocar, que es la música, compuesta por Tory Fox, creador de los excelentes Undertale y Deltarune. Y es que si bien durante los primeros encuentros y compases del juego, las melodías acompañan y se funden con el escenario de  maravilla, cuando llevamos cuarenta minutos luchando, empiezan a resultar cansinas. No debido a la calidad de las mismas, si no ha las veces que se repiten mientras combatimos.

Es por esto que me cuesta mucho recomendar de forma ferviente este Little Town Hero. Porque es un juego con muchas luces, pero también con más sombras de las que me esperaba de un producto de Game Freak. Podemos dejar pasar su poco musculo técnico y su discreta historia gracias a sus virtudes artísticas, pero el sistema de combate puede dar lugar por igual a encuentros súper estimulantes  y a situaciones tremendamente frustrantes. Y creedme que me da rabia, porque todo lo que veía de este juego me llamó la atención desde el principio, pero este chapuzón fuera de la franquicia de los monstruos de bolsillo no ha salido todo lo bien que nos gustaría. Hay cimientos para una segunda parte mucho mejor, más compacta, mejor medida y equilibrada. Toca esperar.

 

 

 

 

 

 

 

Imágenes del juego que aparecen este análisis han sido recogidas por el autor del articulo directamente del juego. Los logotipos y marcas que aparecen en ellas son propiedad de sus respectivos dueños y son utilizadas aquí únicamente con fines ilustrativos.