Análisis Harvest Moon: One World

NO TODO VA A SER COMER PATATAS

¿Acaso eres amante del mundo más rural, de los animales y de perder tu tiempo dejando el huerto de tu jardín como la patena? Pues precisamente hoy venimos con un juego que puede interesarte. Hoy escribimos sobre Harvest Moon: un mundo único.

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Esta nueva entrega de la saga ha aterrizado en nuestras consolas Nintendo Switch el 5 de marzo. El caso es, que a diferencia de los demás este nuevo Harvest Moon no ha sido desarrollado por el mismo estudio que todas las demás entregas. No voy a contar ahora todos los entresijos que han llevado a esta situación, ya que, además, tampoco he jugado a otras entregas de la saga.

Pues hechas las presentaciones, vayamos a lío perejil, donde está el tomate, a exprimirle el jugo. – vale, lo sé, no más chistes ni frases hechas sobre frutas y hortalizas –

Me gustaría empezar hablando de algo que me ha sorprendido: la historia. No es que me haya sorprendido por ser compleja y profunda, si no por el hecho de tenerla en sí. No esperaba encontrarme en un simulador de granja una historia que no tuviese que ver con algo más allá de hacer cultivos y la gestión de una granja. Tampoco voy a engañaros, al final el juego es lo que es, un simulador de granjas, repito.

Encarnamos a nuestro personaje el cual podremos elegir su género. Entonces, ¿me pongo a plantar tomates ya? No. Nos vamos a ver en un mundo cuya situación en relación con la agricultura es algo extraño por algunos fenómenos que deben haber pasado, por los cuales, solo podemos cultivar patatas. Las patatas están buenas, pero a la gente ya le cansan. Pues bien, con la ayuda de Doc, un científico loco, y de un duende de la cosecha que nos acompañará durante nuestra aventura, debemos ir recolectando los diferentes cultivos que vayamos encontrando en forma de duendes. Esto suena raro, pero es sencillo, te encuentras duendes que te dan semillas. Nuestro cometido final es despertar a algunos duendes de la cosecha más especiales y con ellos, despertar a la Diosa de la cosecha.

Para ello, Doc nos va a aportar algo novedoso en este género, creo. Nos entrega una granja portátil, la cual podemos desplazar hasta diferentes localizaciones del mapa. Pero ojo, solo la granja, nada de los cultivos. Estas diversas localizaciones tienen diferentes climas y geografía, lo que le da cierto punto de variedad, teniendo diferentes tipos de cultivos en cada una. Cerca del mar, encuentras frutas más tropicales, por ejemplo.

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Además de las funciones de granjero, también seremos ganaderos, teniendo que cuidar animales en nuestro establo. También podemos pescar y hasta ir a las minas a picar diferentes minerales útiles para que Doc nos construya más inventos. Todo esto al principio solo da ganas de seguir haciendo más y más cosas, es muy entretenido. La pega a la jugabilidad viene cuando llevas varias horas, y empieza a ser repetitivo. Algunas de las posibilidades las obtienes a las pocas horas del juego y ya no las evolucionas. Repetitivas también son la gran cantidad de misiones secundarias de recadero que no conducen a nada más allá de una recompensa en forma de materiales o semillas entre otras cosas, que hacen que sea poco satisfactorias. Pasar horas cultivando y recolectando frutas y hortalizas está bien, es interesante, como cuidar de los animales y alimentarlos. El problema o el disfrute, según tus gustos, viene cuando esto es lo que deberás hacer todo el rato sin prácticamente novedades jugables durante el resto del tiempo. Tendremos un mundo abierto por explorar, pero en el que siempre hacer lo mismo. Algunas de las cosas más agradables que te encuentras a diferencia de otros simuladores de granja son que, no es necesario acceder al menú o a los inventarios para cambiar entre los diferentes utensilios de trabajo. Ya sea para cortar con un hacha, trabajar la tierra con una azada o picar piedra con el martillo, todas las herramientas se seleccionan automáticamente.

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En temas de rendimiento me ha descolocado un poco. En un juego que gráficamente está lejos de los estándares que esperamos en juegos de 2021. Tanto la resolución como el modelado no está lo bien cuidado que nos gustaría. Pero no se queda ahí la cosa. He sufrido tanto en modo portátil como en modo dock muchas bajadas de frames, tirones y problemas de audio entrecortado. Se puede jugar sin problemas ya que no interfiere en ninguna de las tareas que realices durante la partida, pero para los más exigentes puede suponer un problema.

Al menos por mi parte puedo salvar además de hacer tareas en la granja, los hilos musicales del juego. Son muy agradables y pegan con el tipo de juego. A mí personalmente me transportan a tiempos pasados con sintonías como las de algunos juegos de game boy advance y juegos como Pokémon.

Como conclusión sobre Harvest Moon: un mundo único, puedo decir que me he divertido jugándolo y averiguando cosas sobre la historia de este mundo asolado por la falta de cultivos que han creado. Pero como principal pega diría que el juego no parece estar terminado. Le falta ese “algo” que le haga destacar del aluvión de títulos de este mismo corte jugable como “Story of Seasons” o “Stardew Valley”, entre los más reconocidos del momento. Es un juego que lo recomiendo para jugar si buscas descanso de otros juegos más densos, o por qué no, para que los más peques de la casa se tiren jugando una gran cantidad de horas cuidando animales y cultivos.