Análisis de Sand Land

Análisis de Sand Land

29 mayo, 2024 0 Por Impozible Julín
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El legado de Don Akira Toriyama Parera es eterno, y esto, creo yo, no se le escapa a nadie. Creo que ningún otro artista ha puesto a tantísima gente a leer como él. Su obra magna, Dragon Ball, es y será uno de los totems de la cultura popular y va a perdurar en el imaginario colectivo durante muchos, MUCHOS años. Pero al igual que el propio Toriyama, una vez terminada Dragon Ball, muchos nos hicimos la misma pregunta. ¿Qué viene después de crear una de las obras más exitosas, importantes e influyentes de la historia reciente?

Y claro. Toriyama, que estaba en el punto en el que podía hacer, literalmente, lo que le diera la real gana, decidió que iba a volver a lo que más le gustaba dibujar. A lo que fue Dragon Ball en sus orígenes, lejos del culebrón cósmico que terminó siendo. Comedia, aventuras, personajes entrañables, y un a escala mucho más pequeña y ligera. Con esta premisa dibujó varias historias cortas. Y una de ellas acabó siento una de las favoritas del propio autor.

Os hablo, como ya supondréis, de Sand Land.

En su origen, Sand Land es una pequeña aventura en la que Beelzebub, el hijo de Satán y príncipe de los demonios le presta su ayuda al Sheriff Rao para derrocar a un gobierno que tiene a su población sometida a una sequía artificial en la que ellos son los únicos proveedores de agua. Ahora bien, para pasar este planteamiento de one shot a un videojuego hay que hacer reformas y amplaciones del tipo que todos imaginamos. Hay que ampliar por aquí y por allá. Meter un mundo abierto, misiones de sigilo, niveles y árboles de habilidades. Obra mayor, vaya. Así pues, ILCA nos trae, efectivamente, un juego de mundo abierto que marca TODAS las casillas de los juegos de mundo abierto en 2024.

Moverse por el desierto de Sand Land (y por el posterior nuevo escenario, totalmente original y creado expresamente para este juego) es, como ocurre en la mayoría de los juegos de mundo abierto, la actividad principal. Y en el equipo encargado lo saben, porque desde luego han puesto mucho esfuerzo y mimo para que atravesar el inmenso y rocoso desierto, plagado de cuevas, montañas y criaturas hostiles sea francamente divertido. Comenzaremos con una pobre furgoneta hasta que, pasados unos cuantos tutoriales, nos haremos con nuestro tanque, nuestro primer vehículo en propiedad. Con él nos vamos a desplazar mucho más rápido y vamos a tener acceso a rutas antes cerradas para los tristes que van a pie. Amén de una muy mejorada potencia de fuego que nos permite hacer frente a los puestos del ejército de forma mucho más eficiente.

Pero no solo de tanques viven nuestros protagonistas. Y es que no mucho después nuestras opciones para movernos se multiplican con motos, saltobots, robots de combate, planeadores, y más. Y podremos cambiar entre ellos al vuelo gracias a la excelsa tecnología de Capsule Corp, que nos permite llevar hasta cinco de ellos en nuestro bolsillo.

Y claro, qué sería de un juego basado en vehículos si no pudiéramos customizarlos para que fueran más rápidos, más resistentes y más destructivos. Para ello, podremos craftearnos cañones, orugas y demás piezas para que nuestras máquinas de destrucción sean más máquinas y más de destrucción. El bucle de afanar cuevas, montañas y campamentos de soldados para mejorar nuestras máquinas para poder afanar más es francamente adictivo.

En el plano del combate a pie, no obstante, no brilla de igual manera. Controlaremos continuamente al príncipe demonio, cuyo arsenal de movimientos es, a falta de otra palabra para definirlo, cortito. Nos acompañarán en combate Thief y Rao, que serán manejados por la IA y que poseen sus propios árboles de habilidades para tener tanto pasivas como acciones de ayuda en combate. Todo esto puede sonar mas o menos bien, pero la realidad es que el combate a pie se resume en machacar botones sin mucho sentido, y se siente francamente rígido y poco dinámico. Una pena que afortunadamente se ve mitigada por la aplastante mayoría de misiones, principales y secundarias que se llevan a cabo casi en su totalidad sobre un vehículo acorazado.

Lo que sí que tenemos presente continuamente es un apartado gráfico y sonoro magnífico. No tanto en lo técnico, como en lo artístico. Y es que el título, ya podéis verlo en las imágenes que acompañan al texto, captura a la perfección todo el encanto, el dinamismo y el carisma de los diseños del maestro Toriyama, con animaciones detalladas y un sombreado que recuerda muchísimo al que el propio autor aplica al tebeo original. Absolutamente lo mismo podemos decir de las voces, que harán las delicias de los fans del anime, puesto que son las mismas que las que podemos disfrutar en el anime disponible en plataformas de streaming, al menos en japonés.

Sand Land (el videojuego) es, muy probablemente, lo mejor que se podía sacar de un one shot como Sand Land (el manga). Es enormemente fiel al espíritu de la obra original en su primera mitad, y expande su universo de forma bastante competente en su segundo tramo. Se echa de menos un combate cuerpo a cuerpo más refinado, pero más allá de ello, está muy por encima de los juegos basados en licencias de anime que hemos visto últimamente.

Así pues, no creo que podamos hacerle a Toriyama un mejor homenaje que disfrutar de los mundos y las historias que creó para nosotros. Pronto llegará una nueva entrega de Dragon Ball Sparking, el manga de Dragon Ball Super sigue adelante, y Sand Land nos permite zambullirnos de lleno en una aventura llena de acción y comedia, ya sea con su anime o con el juego que hoy nos ocupa. Sea como sea, dejad queos lleve a su universo. Gracias por todo maestro.

 

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Sand Land

69.90€
8

Historia

7.0/10

Jugabilidad

8.0/10

Diseño Artistico

9.0/10

Diseño de sonido

8.0/10

A Favor

  • Los diferentes vehículos y su personalización
  • Tiene todo el encanto del original de Toriyama

En Contra

  • El combate a pie es flojo.