Análisis de Cross Code
17 julio, 2020A veces hay títulos absolutamente increíbles, que cumplen con todo aquello que te gusta en un videojuego y que sin embargo pasan bajo nuestro radar. Ya sea por falta de marketing, porque estamos inmersos en el penúltimo AAA que ha llegado a nuestra consola o PC. Bien es cierto que en el caso que hoy nos ocupa es un juego que estuvo mucho tiempo en Early Access y cuando salió en Septiembre de 2018 para PC un servidor estaba echando humo por las manos de tanto frotárselas de cara al lanzamiento de Red Dead Redemption 2. Aprovechando que su salida en PS4, de momento digital pero dentro de poco podrás disfrutar de una versión física que se puede preordenar desde la web del propio juego. Hoy me desquito. Hoy me quito la espinita del que posiblemente se hubiera colado en mi top del 2018 si lo hubiera jugado entonces. Hoy os cuento cuánto, cuantísimo he disfrutado de Cross Code.
Cross Code es un juego que en el primer contacto recuerda a esos magníficos action rpg de 16 bits que tantas alegrías nos dieron en Super Nintendo, pero a poco que se profundice en él, se comienza a ver que lo que tenemos delante es una de las mejores traslaciones de todo lo bueno de antaño a sistemas plenamente actuales. Y es que en cuanto el juego comienza a moverse vemos que esos pixelazos noventeros se mezclan con efectos de iluminación, zooms y una paleta de colores mucho más próxima a algunas de las joyas en 2D de la primera PlayStation. Mención especial merecen los retratos de los personajes que aparecen junto a los diálogos, y que beben directamente de las visual novels, dando a la conversación multitud de matices, ya que muestran muchas más expresiones que las que se pueden ver en juegos mucho más mainstream como Persona 5, sin ir más lejos. Además, cada una de las localizaciones que visitaremos están trufadísimas de detalles y NPCs con muchísimas cosas que contarnos, y la variedad es enorme. Mezclando campo abierto con aldeas steampunk y mazmorras llenas de elementos futuristas, hay muy pocos límites para Cross Code.
Y si el juego se ve como una de esas joyas 2D de los 32 bits, no le va a la zaga el sonido. Las composiciones que suenan durante la exploración, las mazmorras, o los pueblos, ayuda mucho a ambientar el momento cuando estamos viendo diálogos intentos, acompañan de maravilla la resolución de puzles, o hacen que te vengas arriba y tenses los hombros cuando te bates el cobre contra los enemigos, que en su mayoría tienen sonidos propios e intransferibles, al igual que los más de treinta bosses. Es la variedad, de nuevo, la clave. Pero esta variedad no se queda únicamente en lo estético. Cross Code propone un sistema de combate enormemente profundo que va mucho más allá de los juegos en los que se basa en los simples conceptos de ataque cuerpo a cuerpo y ataque a distancia. El primero se basa en combos básicos pulsando el botón correspondiente varias veces encadenándolo con alguna habilidad especial, y además el clásico ataque cargado. El ataque a distancia es el que propone cosas más interesantes, ya que funciona con un disparo continuado mientras mantengamos pulsado el botón, con la particularidad de que la precisión del ataque va aumentando a la vez que lo mantenemos, generando una de estas mecánicas riesgo-recompensa que tanto nos gusta. Además, el ataque a distancia cargado genera un disparo que rebota en los distintos elementos del escenario, y que da lugar a formas realmente creativas de enfrentar a los enemigos.A esto hemos de sumar los dash y los bloqueos, que ejecutados en el momento exacto se convierten en parrys y bloqueos perfectos respectivamente.
Estos elementos primarios cuentan con otro sistema por encima que es el elemental. Y es que según vayamos avanzando iremos desbloqueando poderes elementales que añadir a nuestros ataques, cada uno de ellos con su árbol de aprendizaje. Estos potenciadores elementales pueden equiparse y desequiparse al vuelo para atacar las debilidades de los rivales, dotando de más profundidad si cabe a los combates. Pero es que no se conforma Cross Code con sonar de maravilla y tener un aspecto precioso y un sistema de combate muy profundo, que también nos regala unos puzles extremadamente creativos y bastante desafiantes, que se resuelven usando nuestro armamento y habilidades, por lo que la progresión en combate va muy unida a la progresión de los puzles. Esto también va de la mano del backtracking, muy presente en la aventura, ya que los aumentos elementales son también la llave para zonas previamente inaccesibles que contienen tesoros y coleccionables.
Así pues, hemos tocado la mayoría de los aspectos capitales en un juego, pero he dejado deliberadamente para el final algo a lo que normalmente no le doy gran importancia, pero es que HASTA ESTO está bien en Cross Code. Os hablo de la historia y el guión, claro.
En Cross Code seguimos las aventuras de Lea, un personaje que está en una especie de MMO llamado Cross Worlds, y que por alguna razón no puede salir de la partida y no recuerda nada de su vida fuera del juego, amén de tener estropeado su módulo de comunicación, lo que le impide hablar con otros jugadores..A los más talluditos les sonará este planteamiento por ser básicamente el mismo que en la serie .//Hack, y a los más jovenzuelos les resultará enormemente similar al de Sword Art Online. Pero hay algo en lo que Cross Code supera ambos, y es en los personajes y sus diálogos. Muy certeros, divertidos, a ratos realmente graciosos, los personajes que ayudan a Lea hablan no sólo de la aventura en el MMO, si no de sus vidas fuera del juego, y se desconectan para ir a hacer sus cosas, al igual que los npcs. Estos factores unidos al misterio creciente alrededor de Lea, hacen que descubrir lo que nos cuenta Cross Code sea una delicia.
¿Y qué pasa? ¿Que no hay nada malo en Cross Code? Hombre pues si. Hay cosas malas, pero son tan pocas y tan nimias que me da hasta pereza hablaros de unos menús algo liosos, un sistema de crafteo que no molesta pero sobra, y algunos puzzles un poco crípticos. Cosas, ya digo, absolutamente insignificantes al lado de la montaña de virtudes que convierten a Cross Code, oficialmente, en mi sleeper, mi sorpresa de 2020.
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