Análisis The Legend of Heroes: Trails of Cold Steel IV

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En un año tan horripilante como el que estamos a punto de dejar atrás, podemos decir que al menos el mundo de los videojuegos ha sabido mantenerse en movimiento. De hecho, 2020 ha sido un año excelente en cuanto a lanzamientos, y los que aún nos quedan. Y centrándonos más específicamente en el campo de los JRPGs, lo cierto es que poca queja podemos tener. Final Fantasy VII Remake, Persona 5 Royal, Yakuza: Like a Dragon, Genshin Impact… la cosecha ha sido excelente.  Y que sobre toda esta calidad el JRPG que más me ha tenido agarrado al mando haya sido el cierre de Trails of Cold Steel sólo habla a favor de lo que Nihon Falcom ha conseguido con la saga protagonizada por los alumnos y profesores de la academia Thors. Este es el esperado (al menos por mí) clímax de las aventuras y desventuras de Rean y el resto de la clase VII. Dicen que todo lo bueno se acaba, y creo que pocas frases hechas se adaptan mejor a lo que tenemos entre manos. Me faltan las palabras para definir cómo me ha hecho sentir el último capítulo de la leyenda de los héroes de Erebonia. Pero vamos a intentarlo.

Arranca esta última parte retomando las consecuencias inmediatas del final de la tercera parte, que voy a intentar no destripar, pero aviso desde ahora mismo, que es más que probable que este análisis contenga trazas de spoilers de juegos anteriores. Si estáis leyendo este análisis para descubrir si esta cuarta parte es una buena puerta de entrada en la saga ya os aviso que la respuesta es NO. Trails es una saga que se remonta a títulos de PSP, pero si queréis ceñiros a lo disponible en la generación actual, lo mínimo es jugar a los tres Cold Steel previos. Si aún así os ponéis tan borricos como para empezar en el último episodio, sabed que el menú principal contiene resúmenes de los juegos anteriores, como viene siendo habitual en esta serie.

Y ahora sí. El final de la tercera parte nos dejaba una clase VII desolada por la captura de Rean y una Erebonia a punto de comenzar una cruenta guerra con la región vecina de Calvard. Trails IV arranca con estos tensos momentos en los que el foco de la historia pasa de ciudad en ciudad viendo las reacciones de sus habitantes al saber que todo aquel adulto en edad de combatir debe presentarse en el frente, para después llevarnos directamente a la acción in medias res. Este potentísimo comienzo es solo eso, el principio de un crescendo que lleva con pulso de hierro casi sesenta horas hasta el, voy a decirlo ya, apoteósico final. Amistad, muerte, guerra, sangre y MECHAS, maldita sea, se dan la mano en esta última parte de la que obviamente no estaría yo hablando así si no llevase años siguiendo esta saga y enamorado de todos estos personajes.

Y es posible que estemos hablando de la mayor fortaleza y a su vez el mayor de sus defectos, y es que no es posible valorar este juego fuera de la serie completa. Lo mismo que la mayoría de obras con una narrativa a largo término, pese a que esta historia tiene un comienzo, un nudo, y un desenlace claro, depende enormemente de estar dentro de toda la vorágine.

Ya habréis notado que no he dedicado ni media palabra a los gráficos, sonido y jugabilidad de este juego. Que podría repasar las mecánicas que componen el completísimo sistema de combate, pero lo cierto es que no dejan de ser una ligera evolución, que digo evolución. ajuste de lo visto en la tercera parte. Se afinan ciertas mecánicas como las Brave Orders que estaban algo rotas si sabias explotarlas bien, y se corrigen los pocos flecos sueltos para dejar el sistema como el más sólido de la saga. La parte técnica es absolutamente idéntica a la entrega anterior. Por eso es casi mejor que si queréis entender cómo se ve y suena, y cómo funcionan los combates acudáis al análisis de la tercera parte que tanto yo como mi amigo y compañero Alberto hicimos para esta santa casa.

Y digo “casi mejor” porque seamos sinceros, si has jugado y terminado las tres entregas anteriores, ya te has comprado, o sabes que vas a comprarte en algún momento este Trails of Cold Steel IV. Y si no lo has hecho y este análisis/carta de amor te ha convencido, hazte un favor y empieza por el principio. El camino va a ser largo, pero creeme, merecerá la pena.