La hija de los huesos, de Andrea Stewart

La hija de los huesos, de Andrea Stewart

29 marzo, 2022 0 Por Alberto Martin
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Supongo que para muchos de los que me hayan leído por estos lares, o escuchado en el podcast de Reserva de Maná, no les sorprenderá si declaro que me apasionan tanto la fantasía y la ciencia ficción como todo aquello proveniente de oriente, en general, y de Japón en concreto. Por eso, la primera vez que llegó a mis oídos el argumento y la ambientación de La hija de los huesos, la primera entrega de la trilogía de El imperio hundido, no pude más que asentir con vehemencia y emoción a lo que se me contaba. Y así como Ken Liu, en su trilogía de La Dinastía del Diente de León, realizó una mezcolanza de tradición occidental y oriental que innovaba y hacía ganar enteros gracias a su ambientación sugerentemente innovadora, Andrea Stewart, a su vez, consigue sorprender al lector con un mundo francamente interesante y una trama que no hace más que crecer en interés y capacidad de sorpresa.

La historia de La hija de los huesos nos presenta tres líneas argumentales con tres personajes muy dispares: por un lado, Lin, la hija del emperador, quien sufre una enfermedad que le ha provocado una severa amnesia de todo aquello acontecido antes de caer enferma. Un hándicap severo para que su padre le permita acceder a la magia que deberá utilizar como heredera suya: algo por lo que deberá pelear junto a su hermanastro. Una línea argumental que nos llevará a descubrir los múltiples secretos y misterios que envuelven a la magia de este universo. Por otro lado, tendremos al joven y pillo contrabandista Jovis, a quien el Imperio ha puesto precio y quien está enfrascado en la búsqueda de su esposa Emahla, raptada hace tiempo: sin duda, su trama será la más interesante para los amantes de las aventuras, pues junto al maravilloso Mefi (uno de los protagonistas indiscutible de la obra, no por cuanto aparece, que es poco, sino por lo que marca al lector) se embarcarán por los mares del Imperio en una constante huida y caza que divertirá y emocionará a los lectores. Y, finalmente, la novela nos presenta a Phalue, la hija, en este caso, de un gobernador, quien además es una excelente guerrera y mujeriega empedernida. Aunque, eso sí, parece que su corazón ha quedado prendado por Ramani: curiosamente, una opositora al gobierno de su padre. La política y el amor, pues, se dan la mano en esta última línea argumental, junto con el retrato de una joven tan audaz y temeraria como comprometida con el mundo que la rodea.

Así pues, os podéis hacer una idea de la variedad que nos presenta La hija de los huesos y aún no hemos entrado a comentar su sistema de magia, sin duda uno de los elementos más originales de la trama: durante el Festival del Diezmo, en todas las islas del imperio se extrae, a todos los niños de ocho años, un pedazo pequeño de hueso de detrás de la oreja. Por supuesto, esto puede comportar la muerte del sujeto tras esta extracción. Pero además, hemos de tener en cuenta que si estas esquirlas son utilizadas para construir una serie de gólems, llamados constructos, con forma de animales (a cada cual más extravagante) esto provoca que los propietarios de las esquirlas puedan perder, poco a poco pero de forma inexorable, su energía vital y, finalmente, lleguen morir. Como observáis, es un sistema harto original y retorcido que tiene un pago grande no para quien lo utiliza, sino para quien mantiene esta magia: algo que nos llevará a plantearnos diferentes debates éticos sobre su utilización o no.

Y, finalmente, hemos de sumar la amenaza que suponen los Alanga, una criaturas prácticamente míticas que parecen estar volviendo al mundo y que, aparentemente, están detrás de la desaparición de algunas islas. Una fuerza oscura de la que se desconoce su forma real, pero cuyos esbozos en figuras arquitectónicas y obras pictóricas son suficientes para hacer temblar a los más valiente.

Así pues, Andrea Stewart ha sido capaz de crear una primera obra francamente absorbente gracias a su fantástica ambientación y al cariño que profesa a cada uno de sus tres protagonistas: la construcción de cada uno de ellos es tremendamente destacable. Además, sortea con mucha habilidad la dispersión que podría ocasionar esta estructura tripartita gracias a un universo sólido y a los constantes giros de guion que mantienen el interés del lector en todo momento (aunque algunos, es justo decirlo, se vean venir con un poquito de antelación). Stewart, además, posee un estilo ágil y liviano, capaz de aligerar los aspectos más densos de la obra, pero que a veces peca de demasiada sencillez a la hora de resolver ciertos aspectos de la trama. Pero, sea como fuere, La hija de los huesos es una primera entrega que, una vez acabada la última página, nos pide a gritos la continuación de esta fantasía épica. Habrá que esperar, pues, al próximo año para saber cómo continúan las aventuras de Lin, Jovis y Phalue (y Mefi, siempre Mefi).