Flashback: The Quest for Identity. Regreso al futuro

Análisis Switch

Debo empezar esta reseña con una confesión, quizás vergonzosa, pero sincera: no jugué durante mi infancia ni juventud a esa obra de culto que, cuanto más tiempo pasa, mayor era mi rubor al afirmar que no lo había podido disfrutar. Por fortuna, se han cumplido 25 años de la aparición de esta joya atemporal en la Super Nintendo y Microids ha decido respescar dicha versión, presentárnosla con mejoras opcionales y obligarnos así a todos aquellos que, como yo, no lo jugamos en nuestro día a sentarnos ante nuestra Switch y disfrutarlo. ¿Os apetece viajar de nuevo este futuro en 2D? ¡Activad el holocubo y acompañadme en esta aventura plataformera!

Flashback tiene una forma de iniciar su historia que me enamora: in media res,  en un futuro no muy lejando, sin saber qué está ocurriendo, te muestran a Conrad, nuestro protagonista, tratando de huir de no se sabe muy bien qué y cayendo a una selva de la que tendrá que huir, sin recordar quién es ni de quién huye. Un inicio convulso, que nos deja con más preguntas que respuestas y una sensación de desorientación. Y esto último es algo que se refuerza con el primer nivel: con varios caminos a donde dirigirse, uno no sabe si debe ir primero hacia la izquierda, a la derecha, descender una plataforma, ascender, coger impulso y saltar… La libertad que se desprende de un escenario aparentemente abierto ayuda a que nos sintamos cohibidos por nuestro entorno pero impacientes por saciar nuestra sed de investigación y descubrimiento. Esta sensación de desubicación se confirma cuando ni siquiera existe un tutorial para explicarte cómo has de moverte, cómo recoger los objetos, equiparlos y utilizarlos. En una época como la actual, en la que los juegos suelen alargar su introducción con tutoriales donde explican, paso por paso, deteniendo el ritmo  del juego, cómo has de desenvolverte en él, es una extraña rara avis este comienzo de Flashback: algo que nos recuerda lo avanzado que estaba este juego en su época y lo acostumbados que estamos ahora como jugadores a que se nos expliquen todas las dinámicas de un juego. Que cada uno saque sus conclusiones, pero el tipo de desafío que propone la obra de Delphine Software es un soplo de aire freso que nos llega, de nuevo, un cuarto de siglo después.

Y sí, es un reto difícil. O quizás difícil no es la palabra: intentaré acotar mejor qué tipo de complejidad traza esta obra. Porque su control es un tanto extraño y nos costará hacernos con él pero una vez hayamos adquirido la práctica necesaria, veremos que los controles son un anticipo de lo que nos propone el juego: memorizarlos a través del ensayo y error es un reflejo claro de sus mecánicas. Porque a lo largo de los sietes niveles que recorreremos vamos a cometer muchos errores que nos abocarán al temido “Game Over”: saltar a destiempo, caer al vacío, morir a manos de nuestros enemigos… Todo ello está pensado para que desarrollemos una memoria casi fotográfica de los obstáculos que vamos a encontrarnos en nuestro trayecto, pero sobro todo vamos a notar que nuestros dedos adquieren una memoria táctil de cuándo pulsar dicho botón, cómo reaccionar a la aparición repentina de un enemigo, a usar un objeto en el momento oportuno… Nuestros dedos van a acabar realizando una coreografía, un baile en el que vamos a sudar de lo lindo para dar cada paso, pero que sin duda es el logro mayor de esta obra: cuando sabemos pulsar los botones en el momento adecuado, todo fluye de manera sorprendente. Es por ello que dos de los añadidos de esta edición traicionan el espíritu de la obra original: la primera de ellas es que podremos usar la opción de rebobinar nuestros pasos si caemos ante alguno de los obstáculos del camino. No, no de manera ilimitada, no se trata de un Prince of Persia: podremos escoger la versión fácil y rebobinar 2 minutos por cada nivel o la difícil, pudiendo rebobinar 5 minutos durante toda la partida. Es cierto que nos facilita la partida, pero qué sentido tiene esta mecánica en un juego que basa su ritmo y duración en el ensayo y error. El segundo añadido es un tutorial completo sobre cómo debemos movernos, recoger objetos y demás acciones: sin duda, facilita el primer acercamiento a la obra, pero se pierde por el camino esa deliciosa sensación de no saber qué debemos hacer exactamente.

En lo que Flashback sigue deslumbrando a día de hoy, y ha pasado un cuarto de siglo, es en su diseño artístico: con un estilo en 2D totalmente personal e identificable (con una sola imagen, todos podremos identificarlo sin lugar a dudas), el futuro que nos dibuja esta obra cuenta con una esencia propia que, si bien bebe de las obras cinemotográficas de ciencia ficción de la década de los 80, sabe crear un mundo atractivo: desde ese primer nivel en la jungla hasta sus escenario urbanos, con estaciones de metro con nombres de continentes, pasando por un planeta alienígena tan desagradable como fascinante. La imaginería propia de Flashback no tiene fecha de caducidad, no envejece. No obstante, en esta nueva edición podemos añadir ciertas mejoras gráficas, ciertos filtros que mejoran el aspecto gracias a fuerza de sacrificar su encanto original: eliminar los pixeles tan acentuados de la versión de la Snes, realzar la luminosidad, antialiasing… Para aquellos que quieran convertir su Switch en un televisor de tubo existe la opción de hacer más convexa la imagen y añadir grano a la imagen: una curiosidad que sin duda encandilará a los nostálgicos. Además, se ha mejorado y digitalizado el apartado sonoro, pero también podemos recuperar la banda sonora original.

En este caso, pues, los añadidos audiovisuales funcionan muy bien para aquellos que quieran disfrutar un nuevo remozado, una nueva apariencia que respeta el original, puliendo su aspecto visual sin perder su esencia y mejorando su sonido y música. Es de alabar, también, que venga traducido al castellano, pero hemos de criticar la mala traducción de la que hace gala esta revisión: errores ortográficos y gramaticales que, espero y deseo, en una futura actualización se puedan subsanar, pues algunos hacen auténtico daño a la vista.

Por todo lo demás, os puedo garantizar que estamos ante una aventura plataformera aboslutamente indispensable para aquellos que en su día no pudimos gozar de ella: su nivel de frustración de cara al jugador solo es comparable con la satisfacción que obtenemos al descubrir la manera correcta de avanzar. Su ambientación es una auténtica maravilla que a día de hoy sigue luciendo vistosa y su diseño de niveles es un logro que 25 años después continúa maravillando. Una aventura de ciencia ficción que nos enamora: desenfudad la pistola, activad el escudo, recoged piedras, tened preparado el teletransportador y estad preparados para el futuro más desafiante que hayais conocido. ¡Bienvenidos de  nuevo a Flashback!