Análisis Quake 2021
15 septiembre, 2021Vivimos en una época dorada para el ocio electrónico, no hay día en el que no se de la bienvenida a un nuevo titulo. Un nuevo juego que llega para cubrir esa necesidad de ocio que nadie reclamaba. Cualquiera con ciertas inquietudes artísticas, o sin ellas, y con dos dedos frente en eso del desarrollo y de picar código se puede currar un nuevo juego que venga a ocupar un hueco en las interminables estanterías de las tiendas digitales. Pero la mayoría de estos títulos son olvidables, dentro de 10 años es muy probable que nadie se acuerde de Twelve Minutes al igual que hoy en día nadie se acuerda de “Aztec Adventure”. Porque hoy al igual que antes, cantidad no implica calidad y permanecer impertérrito en el imaginario colectivo es algo que solo esta a la altura de un puñado de títulos. Juegos, como Quake, que han traspasado la barrera del simple ocio para convertirse icono dentro de la cultura pop y revolucionar un genero estableciendo estándares que hoy en día se siguen usando. Títulos que ha día de hoy siguen estando totalmente vigentes en lo jugable y que se pueden considerar, por merito propio, como obras atemporales.
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Y como decimos que Quake es una obra atemporal doy por hecho que todo el mundo lo conoce y no creo que sea necesario detenerse a contar nada del titulo original. El de hoy, Quake 2021, es una remasterización de aquel clásico. Un lifting gráfico a un juego de hace 25 años que hace honor a su calificación como obra de arte digital y que esta tan vigente a día de hoy como entonces. La insulsa historia que enfrentaba a humanos y demonios continua de manera intacta. No se ha añadido, ni quitado, ni una línea a un argumento más noventero que las hombreras o el pelo cardado. Ahora parece impensable que un juego se lance sin un mínimo de guion que establezca una narrativa que una los acontecimientos que se van a desarrollar pero el estándar de la época era “narrativa 0″. No hacia falta explicar el como y el porqué de los acontecimientos, los guiones eran solo unas pocas líneas que ponían sobre la mesa la excusa que necesitaba el dúo de John’s para ponernos a pegar tiros a diestro y siniestro durante los 38 niveles del juego base más otros tantos que añaden sus 4 expansiones proporcionando un “gritón” de horas de juego al usuario.
Pero lo que puso en el candelero a este juego hace 25 años no fue su historia, esto es evidente, sino su jugabilidad. Quake era hace 5 lustros el juego más divertido al que podías jugar. Su rocosa jugabilidad no solo recogió el testigo de Doom si no que la expandió de tal modo que se convirtió en el buque insignia de la compañía. Recorrer los niveles en busca de demonios que liquidar era tremendamente placentero. Niveles inteligentemente pensados para que fueran rápidos de recorrer pero llenos de atajos, recovecos y tesoros que encontrar. Introduciendo la verticalidad en los combates y esa forma de desplazarse tan icónica de los juegos de ID en la que el protagonista parece ir patinando sobre el suelo y que transforma nuestros movimientos, esquivando disparos y aguantando los envites enemigos, en una especie de alegre baile. Nada de eso ha cambiado. Las 8 armas clásicas, la necesidad de botiquines para recuperar vida, la recarga automática…el núcleo jugable de Quake se ha mantenido sabiamente intacto siguiendo el sabio dicho del “si no esta roto no lo arregles”.
Donde si se le ha metido mano es en su acabado gráfico. La adaptación al siglo 21 trae bajo el brazo resoluciones 4K, 60fps, formato panorámico, iluminación dinámicas, suavizado de bordes, mejorado de modelados, nuevas y mejores texturas son algunas de las actualizaciones que los chicos de Nightdive Studios han hecho para poner guapo a este juego y que, para ser sinceros, le sientan bastante bien y realzan el apartado artístico tan macabro que lucia el juego. Pero no nos engañemos, este Quake 2021 se ve igual pero más bonito. Como ya dije, esto es solo un lifting y debajo de tango maquillaje sigue estando, y se sigue intuyendo, el titulo de antaño con lo que quiero decir que es cierto que el juego “se ve bien” pero tampoco es para volverse loco.
Si Quake merecía un remake completo o solo un remaster como esté, es un bonito debate que se podría tener y del que, acompañado de varias cervezas, seguramente saldrían bastantes buenas reflexiones y argumentos. Otros tantos juegos, menos influyentes, han recibido su correspondiente “repicado de código” para celebrar sus, por llamarlo de algún modo, bodas de plata con los fans. Pero este no es el sitio para tenerlo ya que lo que toca ahora es hablar de volver a disfrutar, de la mejor manera posible, de uno de los clásicos sagrados, una obra maestra de los videojuegos que permanecerá, junto con los nombres de sus creadores, inmortal para siempre en nuestra memoria.
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