Análisis para PS4

Desde Matryoshka con amor

Por esta vez voy a seguir el ejemplo del propio juego y voy a empezar la reseña por el final: si os gustan las aventuras gráficas y os apetece disfrutar de un desternillante viaje por un país totalitario en la época de la guerra fría, Irony Curtain es vuestro juego. Toda una sorpresa que va directa a mi top del año.

Y es que así comienza Irony Curtain. Por el final. Por todo lo alto. Con una estatua del líder cayendo a manos de la revolución mientras nuestro protagonista, en uniforme militar, corre para salvar su vida entre una nube de balas. No sabemos nada sobre nuestro personaje ni tenemos claro dónde estamos ni qué demonios está pasando a nuestro alrededor, pero al menos tenemos un objetivo claro: hay que detener como sea el tren que acaba de salir de la estación antes de que sea demasiado tarde…

Durante estos primeros minutos entraremos ya en pomada sin anestesia ninguna, situación que aprovecharemos para hacernos con los controles, con la gestión de inventario, con el sistema de diálogos y de ayuda y nos enfrentaremos con los primeros puzzles del juego hasta conseguir contactar con el maquinista. Una vez conseguido nuestro objetivo llega el momento, por fin, para las respuestas. Para ello, debemos volver al principio. Tanto en la historia que nos propone el juego, como en este análisis.

Irony Curtain: From Matryoshka With Love es una aventura gráfica desarrollada por Artifex Mundi que… Un momento. Espera. ¿Has dicho aventura gráfica? ¿Y Artifex Mundi? ¿En la misma frase? Para aquellos a los que el nombre del desarrollador no les diga nada, Artifex Mundi es un prolífico estudio polaco que ha publicado nada más y nada menos que 78 títulos en los últimos 9 años. Igualito que Fumito Ueda, vamos.

¿Cuál es el secreto de semejante productividad? Si revisamos el catálogo de la compañía, veremos que todos sus juegos están cortados por el mismo patrón: sencillas historias de misterio con cierto componente sobrenatural, siempre protagonizadas en primera persona por mujeres y orientados al mercado de jugadores casuales, cuya mecánica principal es la de objetos ocultos, consistente en encontrar una serie de objetos más o menos escondidos por los distintos escenarios para poder seguir avanzando en la narración.mAunque es cierto que a lo largo de los años han ido depurando y mejorando la fórmula, tanto jugable como narrativamente, hasta llegar a las cotas de excelencia mostradas en su penúltimo título, la preciosa fábula My Brother Rabbit, debo confesar que cuando vi por primera vez el nombre de Artifex Mundi asociado al juego que nos ocupa no pude evitar sentir cierta decepción, al asumir que iba a encontrarme con otro juego de objetos ocultos más. Afortunadamente, estaba completamente equivocado en mi prejuicio.

Así, aunque Irony Curtain está íntegramente realizado con el mismo motor Spark con el que Artifex Mundi han desarrollado sus títulos anteriores, nos encontramos antes una aventura gráfica point and click de corte tradicional que no tiene nada que envidiar a los grandes clásicos del género. De hecho, y aunque pueda resultar paradójico, ni uno solo de los puzzles que encontraremos en el juego están basados en la mecánica de objetos ocultos, lo cual resulta de agradecer. Lo más irónico de todo esto es que el diseño de los escenarios es tan rico y está plagado de tantos homenajes y detalles divertidos que seremos nosotros mismos los que querremos identificarlos todos mientras estamos jugando. Ignoro si es cierto o se trata de una exageración, pero los propios desarrolladores afirman que a lo largo y ancho del juego se esconden un total de 1951 huevos de pascua. Casi nada.

El mismo título del juego, Irony Curtain: From Matryoshka With Love, resulta por sí mismo toda una declaración de intenciones sobre lo que nos vamos a encontrar durante la aventura. Por un lado, el término Iron Curtain se traduce directamente como Telón de acero, y hace referencia a la frontera política, ideológica y física entre los bloques comunista del este de Europa y capitalista del oeste tras la segunda guerra mundial. La sustitución de la palabra Iron en la expresión anterior por Irony (ironía) ya apunta al tono irónico y corrosivo que vamos a encontrar durante todo el juego. Por otro lado, From Matryoshka With Love (desde Matryoshka con amor) nos transporta al mundo del espionaje y las intrigas creado por Ian Fleming llevado al ficticio estado de Matryoshka proponiendo una trama que, como en el caso de las tradicionales muñecas, contiene varias capas superpuestas.

Sin embargo, nuestro protagonista, Evan Kovalsky, no es James Bond sino más bien todo lo contrario. Nuestro improbable héroe es un joven e idealista periodista nadando contra corriente en un país gobernado por el capitalismo más salvaje, que lucha por un futuro en el que el comunismo llegue para traer la prosperidad y la igualdad a todos los ciudadanos. Un buen día, su vida cambiará cuando una misteriosa joven le ofrece la oportunidad con la que lleva soñando toda su vida: viajar hasta su idealizada Matryoshka y conocer a su líder. Lo que Evan todavía no sabía, es que este viaje va a cambiar su vida para siempre… El guión de Irony Curtain es uno de los más sólidos y trabajados que hemos encontrado últimamente, tanto a nivel argumental como a la hora de integrar los distintos puzzles. Una historia en la que cada personaje tiene su propia agenda y en la que nada es lo que parece, capaz de capturar nuestra atención desde el principio y de no soltarnos hasta el final de los títulos de crédito, todo ello envuelto en un tono satírico-humorístico que le sienta estupendamente bien. En este sentido, el juego consigue algo tan complicado como dar vida a unos personajes que, si bien están evidentemente caricaturizados, consiguen resultar perfectamente verosímiles en el contexto del juego.

Por otro lado, los diálogos son incisivos, inteligentes y, sobre todo muy divertidos. Tanto es así que sistemáticamente nos sorprenderemos a nosotros mismos queriendo agotar todas las opciones posibles de conversación. En este sentido, el sistema de pistas que se ha diseñado para el juego merece una mención especial. En cada uno de los distintos escenarios del juego encontraremos un punto de ayuda en forma de un teléfono, una vieja radio, una rejilla de ventilación o una adivina zíngara en la plaza de la ciudad. Puntos muy diferentes pero que siempre activarán conversaciones especialmente ocurrentes y divertidas. En más de una ocasión durante el juego me he encontrado con el dilema entre no pedir las pistas y disfrutar más con el juego, o pedirlas y entonces disfrutar con los diálogos.

En este sentido, la dificultad del juego está bastante bien ajustada de forma que los distintos puzzles que se nos plantean van a suponer un reto, pero un reto lógico y coherente con el entorno en que nos encontramos. Además, el juego es lo suficientemente abierto como para que siempre tengamos varios puntos de avance posibles y no nos quedemos atascados a las primeras de cambio. Tal vez, lo más frustrante del juego puedan ser algunos minijuegos que encontraremos en momentos puntuales del juego, que aunque están muy bien integrados con la narración se alejan y las mecánicas habituales buscado la habilidad y agilidad del jugador más que su capacidad de razonamiento y que necesitaremos superar para poder seguir avanzando en la aventura.

Otro de sus puntos mejorables es el control. Irony Curtain peca del mismo problema que otras muchas aventuras point and click, diseñadas para ser jugadas en PC con un ratón y que no terminan de adaptar bien su manejo e interfaz al uso del gamepad en consolas. Aunque el jugador se acostumbra rápido y no supone ningún problema para ir avanzando en la aventura, lo cierto es que el control del personaje no es todo lo fluido que debería y se siente torpe y poco natural sobre todo en la gestión y manipulación de objetos de nuestro inventario.

Si un poco más arriba comentábamos que el propio título ya era una declaración de intenciones sobre lo que nos íbamos a encontrar, lo mismo podríamos decir sobre su aspecto visual. Con un acabado colorido y preciosista tipo cartoon que puede verse en las imágenes que acompañan a esta reseña, podríamos definir su estilo visual como un híbrido entre la expresividad y la comedia de la saga Deponia y la obsesión por los elementos a medio camino entre cutres e hilarantes de los fondos de Ibáñez. Un estilo que define perfectamente el totalitarismo de Matryoshka al mismo tiempo que deja patente la naturaleza satírica y cómica del título. Que es capaz de mostrarnos la terrible realidad de la vida cotidiana en este régimen distópico mientras simultáneamente nos arranca una sonrisa. Y todo esto sin contar con los miles de pequeños detalles, homenajes, carteles y gags visuales que pueblan cada rincón de los escenarios. Este buen hacer se extiende también al apartado sonoro, que cuenta con la participación del versátil Arkadiusz Reikowski (Layers of Fear, Observer…) a través de una partitura alegre y desenfadada pero con cierto tono costumbrista que complementa y refuerza la atmósfera satírica que impregna todo el título. Por si el gran trabajo de Reikowski nos hubiese sabido a poco, el tema principal del juego corre a cargo de Peter McConnell, compositor de los grandes clásicos de Lucasarts. Por último, el juego cuenta con un excelente doblaje al inglés que amplifica el efecto de los diálogos del juego.

No puedo terminar esta reseña sin hacer mención al único elemento verdaderamente oscuro que he sido capaz de encontrarle al juego. Un elemento que posiblemente no resulte problemático para muchos jugadores, pero que sin duda supondrá un gran obstáculo para muchos otros: el juego llega a nuestras consolas completamente en inglés sin rastro de subtítulos en castellano. Una pena, no solo porque posiblemente impedirá a muchos jugadores acercarse a esta pequeña joya, sino porque además es necesario un nivel de inglés relativamente alto para poder sacarle todo el jugo a sus excelentes diálogos.

Y ahora sí, llegamos al final. Y de la misma forma que lo hace el juego, retomamos en este momento las palabras del prólogo. Si os gustan las aventuras gráficas y os apetece disfrutar de un desternillante viaje por un país totalitario en la época de la guerra fría, Irony Curtain es vuestro juego. Toda una sorpresa que va directa a mi top del año. ¡Larga vida al líder!