Análisis de Horizon Forbidden West

Horizon Zero Dawn es un juego sobre el que revolotea cierto trauma. Lanzado a finales de Febrero de 2017, bien podría haber ganado un buen puñado de premios GOTY de no haber sido por los lanzamientos que lo rodearon. Breath of the Wild, NieR Automata o Persona 5, tres de los juegos más importantes e influyentes de sus respectivos géneros salieron al mercado muy poco después, sacando rápidamente a Aloy de la conversación. Y pese a que muchos clamaron al cielo y rasgaron sus vestiduras ante lo que consideraron una injusticia flagrante, lo cierto es que el mundo abierto de Guerrilla adolece ciertos problemas que lo separaban de los grandes GRANDES de aquel año. Pero Guerrilla tomó muy buena nota de todo lo que se dijo en su momento y se puso manos a la obra. Cinco años después, llega por fin la secuela, Forbidden West, para contarnos un nuevo episodio de las aventuras de Aloy, y de paso demostrarnos que en este primer exclusivo de peso de 2022, el equipo de desarrollo ha puesto toda la carne en el asador. Y ya os adelanto que lo han demostrado con creces. 

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Empezando por lo más obvio a simple vista, que es un apartado gráfico de categoría. Cuenta con los ya clásicos modos rendimiento, en el que se priorizan los FPS; y fidelidad en el que se da prioridad a la resolución. El primero va FINÍSIMO. Suave como la seda. El segundo es ESPECTACULAR. El detalle, la iluminación y la cantidad de elementos en pantalla en flamantes 4K es toda una experiencia y una nueva demostración, otra más, del poderío de PlayStation 5 y de la gran capacidad de sus estudios internos para exprimir el hardware.

Este espectáculo se ve complementado por una de las mejoras más notorias desde la anterior entrega, que son las caras. En Zero Dawn lucían medianamente bien en imágenes estáticas y capturas, pero en cuanto se movían la mayoría caían de pleno en el famoso uncanny valley. Forbidden West soluciona esto a las bravas. Todos, absolutamente todos los NPCs que este juntaletras se ha encontrado a lo largo de su viaje por el oeste prohibido están animados mediante captura de movimiento y sus caras y lenguaje corporal son perfectos. Desde Aloy y los secundarios más importantes como Varl o Erend hasta el último tendero del último puesto de chatarra tiene detrás un actor real, y se nota.

Pero es que no se quedan en un apartado técnico espectacular los logros de esta secuela. Las misiones secundarias han dado un salto de gigante, pasando de ser misiones de recadero bastante insulsas a auténticas odiseas emocionales. Largas, densas, y con recompensas muy jugosas. De las que dan ganas de hacerlas todas. Yo estoy en ello, de hecho.

También se incentiva enormemente la exploración gracias a las nuevas zonas subacuáticas, y muchísimos más entornos verticales que son una delicia para recorrer y explorarr gracias a un nuevo y flamante sistema de escalada que no es tan libre como Breath of the Wild, pero está bastante apañado, y un gancho que tampoco es tan libre como Halo Infinite, por ejemplo, pero que también da muy buenas sensaciones al usarlo para navegar los entornos.

Los combates cuerpo a cuerpo han mejorado también, gracias a la inclusión de seis árboles de habilidades, varios de los cuales nos proveen de nuevos movimientos con los que machacar a las máquinas. Tanto con nuestra lanza como con arcos y otras armas a distancia, e incluso las siempre útiles trampas. Amén de nuestras capacidades de hackeo, sigilo y crafteo. Seis sistemas que están lo suficientemente bien equilibrados e integrados como para funcionar sin estorbarse entre ellos. Mención especial para las nuevas “oleadas de valor”, habilidades que proveen a Aloy de potentes aumentos en alguna estadística, aumenta los niveles de críticos, o permiten asestar un durísimo golpe al adversario.

Adversarios que vuelven a brillar cuando se trata de los engendros mecánicos. Hay más de 40 especies en este nuevo territorio y cada una de ellas funciona de manera distinta, reacciona de manera distinta a nuestros ataques y precisan de una aproximación distinta para ser vencidas. Se ha potenciado mucho en esta entrega, además, el tema de las debilidades elementales, por lo que elegir el arma adecuada entre una eléctrica, una de fuego o una de ácido será crucial para hacer caer a estos colosos metálicos. 

Por último, no quería dejar pasar la ocasión de poner en valor el apartado sonoro, ya que si disponemos de unos cascos Pulse 3D o algún sistema de sonido compatible, tendremos una experiencia mucho más inmersiva en la que podremos notar como las flechas nos pasan silbando por al lado de la oreja. Todo un placer. Y en el plano también sonoro, creo que es imprescindible destacar la siempre impecable labor de Sony a la hora de incorporar doblaje al castellano a sus juegos, y este no es una excepción, con actores de primerísimo nivel como Michelle Jenner, que repite dándole voz a Aloy, o su contrapartida en la versión original, Ashley Burch. Ambas lo clavan y son sólo la punta de lanza de un doblaje de altísimos vuelos.

Forbidden West es lo que podríamos llamar una secuela perfecta. No porque el juego sea perfecto, sino porque es justo lo que se espera de una segunda parte. Toma todo lo bueno que había en la primera, construye sobre ello limando prácticamente todas las asperezas de la primera parte. Además, su condición de segunda parte le permite dejarse de presentaciones e ir directamente al filete con patatas. Y entra de lujo. Si tienes una PlayStation 5, comprar y degustar este juego con calma, sin prisas, explorando cada rincón del oeste. Te lo debes a tí mismo.