Análisis Another Code Recollection

La Nintendo DS fue mi primera consola portátil y, de hecho, me la compré con el primer sueldo de mi vida. Sin duda, fue todo un acierto, pues me regaló incontables horas de diversión gracias a un catálogo inacabable y con grandísimo videojuegos. De hecho, a día de hoy aún tengo alguna espinita clavado con algún juego que no pude jugar. Entre algunas de esas espinas, se encontraba el muy laureado Another Code: Two Memories, un juego que aunaba novela visual y puzles, una combinación, en mi caso, ganadora. Por eso, cuando vi el anuncio del nuevo remake que se estaba gestando con este y su continuación, vi la ocasión que tanto había estado esperando. Y, desde luego, puedo decir que la espera ha valido la pena, sobre todo en cuanto a la primera entrega se refiere. De la segunda hablaremos un poco más adelante.

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La entrega original tiene ya casi veinte años y el remozado que le han dado es de lujo: se ha recreado todo desde cero, con unos gráficos muy resultones que, cambiando la doble pantalla con vista isométrica que tenía en la DS por una cámara totalmente manejable, hacen crecer el diseño artístico de una manera más que notable. No hay dudas de que le ha sentado de lujo el rediseño tanto de escenarios, iluminación como de personajes. Un apartado gráfico que aún se nota más bello en la segunda entrega gracias al escenario en el cual tiene lugar: si en la primera el escenario principal es una mansión que deberemos recorrer hasta el último rincón para descubrir todos y cada uno de sus secreto, en Another Code: Más allá de la memoria Lake Juliet luce de manera espectacular gracias a un entorno idílico y bucólico. La gama de colores y el trazado limpio juegan a favor de un apartado gráfico, pues, que ha quedado espectacular. Aunque, eso sí, la cámara a veces juega malas pasadas y su velocidad, por defecto (tranquilos, se puede modificar), es tremendamente lenta.

Partimos, pues, de un apartado gráfico que ha sufrido una notable mejora en comparación con sus obras originales, pero ¿cómo se han trasladado los puzles de que sacaban partido de las propiedades únicas de la Nintendo DS y Wii? Pues bien, lo cierto que, como cabría esperar, muchos de los puzles han sufrido grandes cambios para acomodar se a los mandos de la Nintendo Switch: recordemos que la DS tenía una doble pantalla y el Stylus, amén del micrófono, como elementos propios y, para más inri, Two Memories era, prácticamente, una demo técnica de los beneficios propios de la DS. Los cambios han sido más que necesario: ya sólo el aspecto del DAS (el dispositivo que porta la protagonista) se ha modificado para encajar con la Switch, pero además muchos de los puzles ya no pueden resolverse igual. Comparándolo con las resoluciones originales, lo cierto es que pierden frescura y originalidad, pero no por ello son peores. Para ser sinceros, ninguno de ellos es especialmente complejo, pero sabe sacar provecho de las virtudes del nuevo DAS: fotografías, descripciones de personajes, etc. Un aspecto, el de los rompecabezas, mucho más cuidado y equilibrado en la primera entrega que en la segunda: al hacerse mucho más grande y extenso (hablamos de una duración de unas cinco horas para la primera entrega y de unas 20 para la continuación), los puzles pierden relevancia y frecuencia. Pero, siendo claros, nunca suponen un reto ni pueden provocar que nos atasquemos. Porque aquí hemos venido a gozar de lo más importante: la historia.

Another Code: Two Memories nos pone en la piel de Ashley, una adolescente de 14 años que vive junto a su tía dado que sus padres murieron cuando ella era muy pequeña. ¿O quizás no? Porque un buen día, Ashley recibe una carta de su padre pidiéndole que se encuentre con él en la isla Edwards. Una vez allí, y para hacer aún más rocambolesca la historia, la protagonista conoce a D, un fantasma que ha perdido la memoria y que le pide ayuda para recordar quién es y qué le sucedió. Lo cierto es que, aun y lo rocambolesco del argumento, la historia se sigue con sumo interés y el ritmo no pierde fuelle en ningún momento. No deja de ser verdad que algunos giros se ven a la legua, pero eso no le resta fuerza. Algo que su continuación no puede decir: Another Code R: Más allá de la memoria se ambienta dos años después de los hechos originales y cambiamos la mansión por un resort abandonado en medio de la montaña donde descubriremos qué le sucedió a la madre de Ashley y qué sucedió en este paisaje tan maravilloso para quedar abandonado. Con esta segunda entrega, los creadores pensaron que más era mejor, pero aunque hay más personajes, más tramas y más horas de duración, el ritmo se resiente en todos los sentidos y algunas tramas no brillan precisamente por tener una gran originalidad ni interés. Aún así, la mezcla en ambos juegos de misterio, fantasía y ciencia-ficción le sienta fenomenal y hará las delicias de los amantes de la novelas visuales.

Por supuesto, se han añadido algunas mejoras de calidad de vida que, personalmente, creo que no eran necesarias: ayudas para los puzles y la orientación y la posibilidad de que los diálogos avancen de manera automática. Sorprende, por otro lado, una decisión que no va a gustar a todos: no hay un selector de juegos y hay que jugarlos en orden para poder degustarlos. Así que si en su día sí pudiste jugar la entrega de DS pero no la de Wii, que sepas que vas a tener que jugar a la aventura original para poder saber cómo continúa.

Por lo demás, Another Code Recollection es una obra muy notable que brilla con una primera entrega excelente que pierde fuelle en una continuación en la que somos testigos de que más no siempre es mejor. Aún así, si, como yo, no tuvisteis la oportunidad de jugarlos en su día, ahora es el mejor momento para hacerlo gracias a un apartado visual notable y una historia que se sigue con sumo placer. Una recuperación necesaria de dos obras de culto del catálogo de Nintendo.