Análisis Death Stranding Director’s Cut
5 octubre, 2021A Kojima no le gusta la coletilla Director’s Cut.
Y a mí, en este caso, tampoco.
Decía el amigo Hideo que un corte del director es una versión que comprende aquello que al director de una película no le dejaron incluir en la sala de edición. Y el último juego que se me viene a la cabeza cuando se habla mutilar la libertad creativa es Death Stranding.
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Death Stranding, el primer juego de Kojima Productions lo tenía todo a favor para triunfar. Una base de fans fiel detrás del creativo, financiación y ayuda por parte de Sony, actores de primer nivel prestando su cara y su voz, y una campaña publicitaria como sólo PlayStation sabe hacer. También tenía unas cuantas trabas en su camino, claro. Kojima tiene una legión de haters muy ruidosos deseando verle caer. Y para colmo nadie sabía de que demonios iba el consabido título protagonizado por Norman Reedus. Había mucho en juego ahí.
Lo que tuvimos finalmente es, en la opinión del que aquí os escribe, una marcada de paquete como pocas recuerdo. Death Stranding es un juego distinto, estimulante, que no tiene miedo de fallar frente a las expectativas del gran público. Ni sigilo, ni acción, ni nada de eso. Lo importante en Deaht Stranding era y es el camino y no la meta. Unir en lugar de vencer. Había algo absolutamente hipnótico en esas largas caminatas. En esas tardes enteras construyendo estructuras para favorecer la comunicación entre poblaciones.
Tampoco quiero aburriros, porque ya hay en esta santa casa un análisis dedicado al juego original. Un original que, como hemos dicho, ya era el corte del director. Death Stranding en PS4 era un triple A de autor. Y este es el principal problema que le veo a este, Kojima perdóname, Director’s Cut.
Las novedades de esta edición comienzan por un upgrade gráfico que quizás en imágenes estáticas no es especialmente palpable pero que en movimiento es francamente espectacular. Los 60 fotogramas por segundo le sientan de maravilla, el HDR hace de los paisajes aún más arrebatadores y los 4K nos permiten, casi casi, sentir el musgo de las piedras. El rotundísimo apartado artístico se ve potenciado y cada partida es un disfrute para nuestros ojos. Todo bien hasta aquí, como os podréis imaginar. El resto del contenido, desgraciadamente, no es tan bonito.
Death Stranding era un juego especialmente concienzudo a la hora de planificar una ruta, sopesar la carga, y gestionar cada una de las micro-decisiones que se toman cuando uno hace senderismo, básicamente. Empañaban el producto final un combate tosco, unos encuentros con EV que eran curiosos al principio y tediosos al final, y algunos vehículos y estructuras que eran más útiles de la cuenta. Y eso es justamente lo que se ha potenciado en este, perdóname de nuevo Hideo, Director’s Cut.
Hay nuevas armas para facilitar los enfrentamientos contra las mulas. Hay nuevas estructuras y vehículos que son especialmente útiles y que aportan muchísimo componente de cabra loca al juego, como el jet pack o la catapulta. Hay un almacén en el que podemos hacer unas misiones de sigilo que no están malejas, pero son pocas y cortitas. Y hay un nuevo modo en el que podemos hacer carreras en un coche porque Dios sabe que en un mundo como este lo que apetece es pegarse unos derrapes al estilo Vin Diesel.
Todo esto añadido por el mismísimo creador del juego, que ya nos tenía acostumbrados a estas movidas locas en sus versiones Substance y Subsistence de Metal Gear Solid. Pero creo que aquí, más que nunca, tropiezan con el mensaje principal del juego y que traicionan lo que Death Stranding, creo yo, trataba de transmitir. Kojima es un artista y dudo mucho que nadie le haya obligado a hacer esto. Pero creo que aquí no ha medido bien la broma. Quizás sea un problema mío, no digo yo que no. Pero tengo la sensación de que ante la perspectiva de poner el upgrade gráfico gratis, alguien hizo unas llamadas y le dijeron a Hideo que añadiera alguna cosa más y le pusiera la famosa coletilla.
No seré yo quién deje de recomendar Death Stranding, tanto en su edición original en PS4 como en esta, perdóname Kojima, Director’s Cut. Sobre todo a aquellos que no hayan visitado aún este universo. Si es vuestro caso, de veras, comprad este juego y saboreadlo con tiempo y dedicación porque sigue siendo, a día de hoy, uno de los títulos más singulares y especiales que podéis encontrar en el mercado. A los que ya lo jugasteis y gozasteis en su momento, quizás las novedades os parezcan pegotes sin sentido y tengáis la sensación, como yo, de que son la excusa torticera para justificar un relanzamiento y los 10 euros que cuesta convertir el original en, Kojima, perdón, Director’s Cut.
Pero esto es, ya digo, una sensación y nada más. Kojima no ha manifestado nada al respecto. Sólo nos ha explicado que el juego que se lanzó en 2019 ya era su versión.
Por eso, obvio, a Kojima no le gusta la coletilla Director’s Cut.
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