Análisis Windfolk: Sky is just the beginning

Volar, disparar, esquivar y flanquear a esos soldados enemigos para abatirlos con una ráfaga corta y seguir volando hacia nuestra siguiente escaramuza aérea gracias a nuestro jetpack. ¿Anthem? Podría ser, pero no. Os estoy hablando del debut del estudio patrio Fractal Fall, Windfolk.

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Windfolk: Sky is just the beginning es el último juego que nos llega de debajo del ala de PlayStation Talents,  y lo cierto es que es uno de los más ambiciosos que hemos podido ver salir de la iniciativa de SONY para promover e impulsar el desarrollo de títulos Made in Spain. El aspecto artístico está muy cuidado, el juego posee un doblaje al castellano de gran nivel y existe un foco claro en contar una historia, aunque esta es bastante simplona. El mundo de Eurian está siendo expoliado por un grupo llamado La Coalición que está extrayendo toda la energía del planeta para alimentar sus naves y realizar experimentos sobre sus pobres habitantes. Así pues, será la tarea de Essen, pertrechada con su jetpack y su fusil poner fin a los planes de La Coalición.

Nos encontramos, como ya podréis suponer por las capturas que acompañan al texto, estamos ante un shoot em up tridimensional que nos permite movernos en cualquier dirección a través de unos escenarios que recuerdan en muchas ocasiones a las islas flotantes de Avatar mientras nos enfrentamos a nubes de soldados de La Coalición y al ocasional jefe de final de fase. Ese vuelto será a una velocidad, digamos, moderada mientras repartimos plomo, a no ser que decidamos poner el turbo para escapar de un encuentro desigual o queramos cubrir grandes distancias en poco tiempo.  No obstante, en el más que probable caso de que decidamos ponernos a dar cera a los enemigos, lo cierto es que el combate es bastante sencillo y contrasta en sensaciones con el vuelo. Mientras que la mecánica de desplazamiento aéreo va fina como la seda, las escaramuzas no siempre se sienten tan pulidas. La retícula es enorme, con lo que es muy probable que no tengamos siquiera que apuntar en la mayoría de las ocasiones, y el impacto de nuestro arsenal no es especialmente contundente. No lo calificaría, desde luego, como un fallo fatal, pero sí uno que embarra un título que con este aspecto resuelto sería una de las grandes sorpresas de lo que llevamos de 2021. El control cuando vamos a pie tampoco ayuda, pero se usa en contadas ocasiones.

Pero afortunadamente, los peros del juego terminan en el párrafo anterior, ya que el ya mencionado apartado artístico es muy competente, y el juego se mueve en escenarios sencillos pero amplios con plena soltura (hemos jugado en PS5, no respondemos del rendimiento en PS4) y sin ningún tipo de caída aparente y respondiendo perfectamente a los inputs del DualSense. Y hablando del DualSense, no hay ningún tipo de actualización a una presunta versión de PS5 que nos de funcionalidad del espectacular pad de PS5, con lo que nos quedamos con la vibración habitual de cualquier juego de PS4. Además, gracias al estupendo doblaje a nuestro idioma, podemos atender al objetivo de las misiones sin apartar la vista de la faena. 

Además, y esto me parece un añadido excelente, tenemos un modo arcade en el que nos olvidamos de la historia y de las limitaciones de la campaña para perseguir las mejores puntuaciones en cada uno de los escenarios, siendo este modo de juego el que más he disfrutado, ya que algunos de los enfrentamientos con jefes son tremendamente divertidos y se prestan mucho al jogo bonito y a mejorar nuestro marcador.

Así pues, WindFolk es un título que podríamos definir como “muy apañao” al que, quizás, le ha faltado foco y le ha sobrado ambición. Con dos o tres repasos a sus mecánicas principales (mejorar ciertos aspectos del combate y deshacerse de las zonas a pie) podríamos estar hablando de un juego sobresaliente. No obstante, siendo una ópera prima de un pequeño estudio independiente patrio, sólo podemos decir que, como el propio subtítulo del juego dice, esto es sólo el principio.