Análisis Haven
25 diciembre, 2020Salvar el mundo, salvar el universo, encontrar un templo antiguo para así salvar el mundo, salvar la humanidad, volver a salvar el universo, salvar el mundo (otra vez)… la vida de un jugón no es nada fácil. Como veis es rara la semana que el destino de la humanidad o del mundo tal y como lo conocemos no dependa de nuestra habilidad con los gatillos o nuestra coordinación ojo-pulgares. Somos la leche, nadie se puede comparar a nosotros, somos como superheroes pero sin llevar capa ni los calzoncillos por fuera y sin el estrés de una doble identidad. Por eso siempre es agradable cuando , entre tanto acto heroico, en el catalogo de nuestras consolas aparece un título con la capacidad de sorprendernos con una historia más pequeña, más personal… más intima pero no por ello menos apasionada e intensa. Por eso siempre es un verdadero placer poder hablar de juegos tan bonitos como Haven.
Haven es un juego que sorprende al jugador no por sus mecánicas, desarrollo o gráficos… al contrario Haven te encandilará por su historia. Un argumento con una idea tan pequeña y sencilla como la de dos jóvenes enamorados que tiene que hacer frente al día a día de su relación en pareja. Se que esto suena un poco, bastante, moñas pero la naturalidad y sencillez con la que se desarrolla la trama argumental hará que pronto nos olivemos de evitar apocalipsis o salvar el universo para rendirnos a algo más mundano y cotidiano como la relación de una pareja que se enfrenta a una nueva realidad en sus vidas, con sus cosas buenas, sus cosas regulares y, como no puede ser de otra manera, sus cosas malas.
The Game Barkers, estudio tras el juego, ha envuelto esta historia de amor, convivencia y descubrimiento en un papel de regalo muy brillante donde se dejan entrever sociedades distopicas, eugenesia, huidas desesperadas y supervivencia en un planeta inhóspito y deshabitado. Pero todos estos temas están metidos con sutileza y solo se dejan entrever en frases sueltas durante las conversaciones que Kai y Yu tienen a lo largo del día mientras cocinan, leen, limpian o descansan dentro de “el nido“, una pequeña nave espacial que se asemeja más a un pequeño y acogedor apartamento que a una sofisticada nave futurista.
Pero tranquilos porque todo no va a ser leer las conversaciones de esta pareja de enamorados. Por motivos que no os voy a contar tendrán que dejar la comodidad de su apartamento/nave para salir al exterior y buscar los materiales para poder reparar “el nido” y aquí es donde entran en juego las dos mecánicas principales del juego: la exploración y el combate. Para explorar el planeta nos deslizaremos por las llanuras gracias a unas botas anti gravitatorias y recorreremos las distintas islas flotantes que se interconectan a través de distintos portales. Mientras recorremos este singular planeta en busca de los materiales con los que reparar nuestro apartamento/nave iremos descubriendo cosas no solo sobre el planeta donde nos encontramos si no también sobre nuestros protagonistas y el motivo que los ha empujado a la situación actual.
La otra gran mecánica del juego es el combate. Como ya os podéis imaginar no todos los animales que encontremos en esta planeta serán amistosos y en ocasiones tendremos que recurrir a la violencia para poder continuar con nuestro camino. Haven opta por un sistema de combate bastante curioso que se encuentra a medio camino entre el típico combate por turnos y el combate libre y en donde su mayor particularidad es que manejaremos a ambos personajes de manera simultanea usando la cruceta y los botones. La gracia de este particular sistema es que al principio podremos atacar sin ningún tipo de orden pero para poder derrotar a los enemigos más poderosos tendremos que lograr compaginar los ataques de ambos personajes y conseguir así potentes combos con los que derrotar a enemigos que de otra forma serían imposibles de derrotar.
Pero no quiero que os imaginéis lo que no es. Aunque el juego es divertido ninguna de estas dos mecánicas funcionan de manera perfecta. La exploración que al principio es bastante llamativa a las pocas horas se vuelve repetitiva. Algo parecido pasa con un sistema de combate que al no decantarse por ni por el sistema “clásico” de turnos ni un tipo de combate más ágil al final se queda en algo bastante superficial. Pero como he comentado al principio de esta review, en Haven lo que realmente importa es la historia de Kai y Yu y todo lo demás… exploración, combate, mecánicas… son algo totalmente accesorio. Incluso el apartado gráfico, que siendo un juego muy vistoso, con una paleta de colores muy pastelosa, unas animaciones muy bien rematadas y un diseño artístico bastante bien trabajado, al final no es nada que no hayamos visto antes, recordando a juegos de la pasada generación como el también genial “Gravity Rush”. En el apartado sonoro si que hay que alabar la apuesta de The Game Bakers que han confiado en el musico francés Danger para que componga una genial banda sonora acompañada por un excelente doblaje al ingles, aunque el juego llega subtitulado al castellano.
Haven es un juego pequeño, con una historia pequeña pero ese es su secreto. Lo intimo y personal de su historia se antepone al resto de mecánicas convirtiéndose en una de las sorpresas de este 2020.
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