Tú Anthem molabas. Réquiem por un juego.

Tú Anthem molabas. Réquiem por un juego.

25 febrero, 2021 0 Por Jaime Brotons
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BioWare anunciaba ayer que el proyecto de relanzamiento de su juego Anthem NEXT, era cancelado definitivamente, algo que todo el mundo esperaba a falta de un comunicado oficial acompañado por la pertinente explicación o disculpa. Por otro lado, el juego seguirá funcionando tal y como existe a día de hoy (eso faltaba). Pero el ambiente que se ha creado en torno a todo lo relacionado con Anthem, y cosas tales como ver el juego a 1€ en tiendas, me resulta extremadamente triste, ya no sólo porque a la persona que me lo regaló de lanzamiento le costara 60€, si no por lo que ello supone. Si es que los materiales con los que está hecho el Blu-ray, las portadas y la caja del juego valen más. Un euro…

Si podemos hablar en pasado os diré que Anthem era un juego de acción súper adictivo, con los típicos elementos RPG de subida de nivel, habilidades, gestión de equipo, y personalización de personaje. Cómo fui capaz de meterle más de 100 horas a esto en mi vieja PS4 es algo difícil de explicar. Todavía recuerdo cuando EA anunció el juego por todo lo alto en aquél fantástico E3 de 2017. Aquello lucía espectacular, y pese al notorio downgrade sufrido, lo seguía haciendo. Una especie de Destiny con filosfía de The Division, tanto en su gunplay y progresión, como en la forma de cooperar. Cooperativo online, sí, pero sin darle demasiada importancia a la comunicación entre jugadores, más allá de preocuparse por levantar a los aliados caídos y hacer mucho daño por segundo. Nunca olvidaré lo satisfactorio, placentero y bien animado que era el vuelo de las alabardas, tan sólo comparable al desplazamiento por Nueva York en Marvel’s Spiderman. Recorrer ese amplio (aunque limitado) mundo, con una verticalidad que jamás había visto, para mi recuerdo queda. Y la de tiempo que habré pasado en La Fragua personalizando mis armaduras con las diferentes piezas que iba consiguiendo, cambiando los colores, adornos, el nivel de desgaste, cómo he disfrutado de esto, sólo yo y mi vieja PS4 lo sabemos. Todo esto con unos altos valores de producción, que además de su músculo gráfico, nos deleitaban con un doblaje íntegro a nuestro idioma y una muy buena banda sonora. Y es que ojo, estamos hablando de una de las mayores producciones de la historia de Electronic Arts, pero por desgracia también uno de sus mayores fracasos. Y no olvidemos que pese al “boicot“ de la prensa, Anthem fue durante dos semanas consecutivas el juego más vendido en Reino Unido, y el más vendido en el mes que salió a la venta en PSN, siendo el lanzamiento digital más exitoso de EA (de donde proviene la mitad de los ingresos de la compañía). Aunque desde sus oficinas nos decían que no estaba cumplido las expectativas, pero que independientemente de esto tanto EA como Bioware aseguraban estar 100% comprometidas con el mantenimiento del juego, algo que ya hemos visto que era mentira.

Anthem me gustaba mucho, pero no todo era bueno obviamente, ni muchísimo menos. Para empezar, El Fuerte Tarsis, nuestra base de operaciones, suponía un gran un lastre. El juego pedía una zona social más moderno y en tercera persona a gritos, que también la tenía de algún modo, con lo cual lo lógico hubiera sido eliminar esa parte tediosa en primera persona con desplazamiento absurdamente lento, diálogos del todo innecesarios y primeros planos de personajes muy bien modelados, que una vez terminada la campaña, no aportaban nada más allá de un poco de contexto a la historia. Una historia que no estaba mal del todo, y que pese a estar contada de aquella manera se veía que ahí había material suficiente como para contar algo más grande y en definitiva mejor. Una vez terminada la campaña continúe con los desafíos, contratos, algunas misiones endgame, y los tres baluartes en nivel difícil, que son para entendernos, las raids, misiones más largas de lo normal a jugar en cooperativo, con un gran enfrentamiento final y suculentas recompensas. Aquello parecía no tener fin, y yo era feliz mientras esperaba todo ese contenido postlanzamiento que aparecía en la hoja de ruta, y que recibiríamos de forma gratuita eventualmente. Pero aquello no sucedió, y por muy bueno que fuera Anthem, o al menos a mí me lo parecía, un juego de estas características no se puede quedar en la campaña, y debe vivir de su endgame y contenido postlanzamiento. Y es precisamente aquí donde (más) fallaba Anthem.

Recuerdo cuando a Anthem llegaron los desafíos de “La tormenta que se aproxima”, eventos consistentes en destruir unos cristales que podíamos encontrar en el mundo abierto para obtener ítems cosméticos, y que servían de antesala para Cataclismo, el primer gran evento de la hoja de ruta que nunca cumplieron EA y BioWare. Este Cataclismo añadía un nuevo Baluarte, ‘La celda sumergida’, así se llamaba el que era (es), bajo mi punto de vista, el peor baluarte de los cuatro disponibles. Y cómo olvidar las Arcas Eliseas, esa idea feliz que no duró ni dos meses, y no me extraña, porque era un auténtico engorro todo lo relacionado con conseguir las llaves para abrir las arcas a base de hacer contratos, y aquello no era añadir contenido, era afear el existente. Bioware iba como pollo sin cabeza. A partir de aquí ya sabemos lo que pasó, cancelada la hoja de ruta, cerradas las comunicaciones en redes sociales y web, juego abandonado a la suerte de una comunidad que seguía creyendo en algo que ahora sí, ya hemos visto que estaba muerto. Y poco más que contar al respecto. Anthem se la ha pegado, y el resultado es la cancelación de un juego muy prometedor, pero maldito desde el principio, aunque yo no lo viera así, y que además (se supone) que afectó a Mass Effect Andromeda, y que ya ha afectado a otros proyectos de la desarrolladora. Esto último no se supone, esto se sabe.

Estoy muy decepcionado y triste, con EA, con BioWare, y con todos los responsables de que Anthem no haya triunfado, porque da la sensación, pese a las explicaciones, de que ni siquiera se ha luchado por ello, porque lo que más faltaba era, y esto es grave, cariño y fe en un proyecto en el que han estado trabajando 30 personas durante un año, sin resultados. Fe que yo y muchos otros, si hemos tenido hasta el final. Porque esa es la sensación que queda, que pese a las promesas, no se ha hecho absolutamente nada, o mejor dicho, no se ha hecho bien. “Que se lo digan a los trabajadores“, pensarán algunos. Bueno claro, mucha gente se habrá partido los cuernos para tratar de sacar esto adelante, pero el resultado es el que es. A mí cuando suspendía un examen me caía la de Dios, por mucho que hubiera estudiado, y alguna frasecita tipo “Pues no habrías estudiado tanto como dices“, siempre me regalaban desde casa. Pues salvando las evidentes diferencias, esto es lo mismo, no es que se haya trabajado poco, es que se ha trabajado mal. “No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.”, decía Jean Paul Marat.

No me duele EA, estudio al que no le tengo especial cariño (tampoco es que tenga nada en contra), pero me duele BioWare, que ha hecho grandísimos juegos, y espero que lo sigan haciendo durante mucho tiempo. Pero ya les puede salir bien el próximo Dragon Age y Mass Effect, porque el futuro es incierto. Mientras tanto, los amantes del género seguiremos disfrutando de otros títulos con mejor suerte, Destiny 2 y The Division 2 seguirán recibiendo apoyo y contenidos durante dos años como mínimo, y el inminente Outriders, cuya demo ya está disponible, se antoja prometedor.

Como veis, no he querido incluir imágenes acompañando a este texto, ni vídeos, ni enlaces, porque no pretende ser ni un análisis, ni un reportaje, ni nada parecido. Tan sólo una despedida con ideas sueltas que se me han ido pasado por la cabeza desde que ayer se anunciara la temida (al menos por mí) cancelación definitiva del juego. Por acabar, decir que espero que que no veamos más casos como el de Anthem, aunque no sólo me parece imposible no hacerlo, si no que creo que es inevitable. Anthem, descansa en paz.