El problema de la paz, de Joe Abercrombie

El problema de la paz, de Joe Abercrombie

12 mayo, 2021 0 Por Alberto Martin
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Maldita sea, ¿qué narices hago ya ahora esperando todo un año a que Lee Runas publique la continuación de El problema de la paz, la segunda entrega de la Trilogía de la Era de la Locura? Porque estoy no puede ser sano, ya os lo digo: ha sido empezar a consumir Abercrombie y no pensar en otra cosa. La cuestión es que el escritor inglés parece tener una facilidad pasmosa para crear una serie de personajes de los que resulta difícil no enamorarse: aunque sean unos crápulas, unos vagos, unos advenedizos… aunque sean lo peor de lo peor, uno no puede más que quererlos porque, en definitiva, son humanos y todos tenemos nuestros más y nuestros menos. Si en la anterior reseña de Un poco de odio ya os adelantaba que podíamos estar ante una trilogía tremenda, esta segunda entrega viene a acrecentar, sino a confirmar, esa perspectiva: es muy probable que, a día de hoy, estemos no sólo ante una de las trilogías más interesantes del grimdark en la actualidad, sino de la fantasía. Ahí es nada.

La acción de El problema de la paz se traslada pocos meses en el futuro de los acontecimientos con los que se cerraba Un poco de odio: Leo dan Brock es considerado uno de los grandes héroes de su tiempo, Orso ha iniciado su andadura como rey de la Unión, Savine dan Glokta trata de resarcirse de los fatídicos sucesos que vivió en Valbeck, Rikke ve agravado su salud a consecuencia del Ojo largo… Y los Rompedores siguen pululando entre las ciudades a la espera de que llegue su momento para actuar de nuevo. Todas las piezas están dispuestas para que empiece una batalla de ajedrez en la que cualquier paso en falso puede acabar en tragedia para cualquiera de nuestros queridos protagonistas. Y es que ya se sabe que la paz no puede durar mucho tiempo…

Creo que nunca me cansaré de decirlo, pero qué difícil es escribir buenos diálogos y qué fácil parece hacerlo Abercrombie: con ritmo, naturalidad, ironía… Cada uno de sus personajes habla de una manera propia y podríamos saber quién es únicamente leyendo dos líneas de diálogo: qué exquisitez la de Abercrombie para escibirlos. A veces parece que estemos más bien ante un baile de palabras: cómo fluctúan, cómo interaccionan los personajes, cómo consigue transmitir con palabras (y silencios) la personalidad de cada uno de ellos. Y eso teniendo en cuenta que también sus descripciones parecen estar tocadas por la gracia de un narrador incomparable. La imaginación de Lord Grimdark es un prodigio y se agradece su enorme capacidad para atrapar al lector con sus personajes y su trama, con sus descripciones y diálogos.

Y ya os adelanto que la trama tiene sorpresas para todos y cada uno de sus personajes: si en Un poco de odio ya contenía traiciones y batallas y asesinatos a sangre fría en cantidad, El problema de la paz no se queda atrás y vais a tener que agarraros porque vienen curvas, y de las grandes. Y, sin spoilers, son avanzo que si intuyen aún muchas más curvas en su entrega final. Y eso que esta segunda entrega comienza de manera pausada, casi lenta, pero mediada la primera parte (de las tres de las que consta este volumen) la cosa comienza a ponerse peliaguda. No hay lugar para el aburrimiento en ninguno de sus capítulos y todos y cada uno de ellos tienen un interés enorme en el devenir de la trama.

Durante los últimos días he pensado mucho sobre esta obra, porque deja poso gracias a la magia de Abercrombie para componer un retablo de caracteres excelente y un retrato de la convulsión de la guerra y la paz que cuesta olvidar. Y aún queda aún una entrega que puede darle otra vuelta de tuerca más: el final deja con ganas inmensas de continuar y se me va a hacer muy difícil aguantar hasta el próximo año. Pero aquí estaré, esperando que Abercrombrie vuelva a hacer de las suyas y me depare, de nuevo, algunas de las mejores horas de lectura que he tenido en estos últimos tiempos.