Analsis Elite Dangerous
18 julio, 2017En algún momento hemos querido viajar al Espacio. Ya sea desde pequeños, con el famoso “cuando sea mayor quiero ser astronauta”, o más mayores, cuando nos llegan noticias de Marte, de la Estación Espacial Internacional, o de las distintas sondas que hemos mandado al Sistema Solar. El Espacio ha sido fuente de inspiración para la Humanidad desde hace siglos, y la Ciencia Ficción sigue teniendo hoy en día muchísimos seguidores, con nuevas películas, novelas, series y videojuegos que nos llegan cada cierto tiempo. ¿Quién no ha soñado con pilotar su propia nave espacial, realizar grandes viajes, y descubrir lejanos planetas nunca vistos por el Hombre? ¿O quizá ser un pirata espacial, y asaltar convoys de suministros? ¿O ser el cazarrecompensas que busque y dé caza a esos piratas? Todo eso, y mucho más, es lo que nos propone Elite Dangerous, el simulador espacial desarrollado por Frontier.
Nos encontramos ante un sandbox de escalas astronómicas, con una Vía Láctea a escala real con miles de millones de sistemas solares creados de forma procedural, y más de 150.000 sistemas habitados. Estos sistemas cuentan con estaciones espaciales en las que podremos atracar e interactuar de varias maneras. Como comandantes, dispondremos de una nave inicial sencilla, que podremos ir mejorando, y con el tiempo comprar naves más grandes y potentes. Para ello necesitaremos dinero dentro del juego, que podremos conseguir de varias maneras, a elección del jugador. Podremos realizar misiones para las facciones que controlan cada sistema, teniendo en cuenta que aquellas facciones a las que ayudemos ganarán influencia, y si ayudamos de forma continuada a una facción menor y la llevamos a la cumbre, podríamos provocar una guerra civil en el sistema que cambie el poder dominante. Otra manera de ganar dinero, es comerciar. Cada estación dispone de un mercado, cuyos precios dependen del tipo de sistema que sea (un mundo agrícola tendrá verduras baratas, y tendrá demanda de maquinaria, mientras que en un mundo industrial ocurriría a la inversa). Si compramos barato y vendemos caro, veremos aumentar nuestros beneficios. También podemos ser mineros de asteroides, de los que podemos extraer minerales y venderlos en las estaciones. Otro rol que podemos tomar es el de pirata. Si atacamos a los comerciantes y les obligamos a soltar su carga, podremos venderla después en el mercado negro, a costa de que pongan precio a nuestras cabezas y seamos perseguidos como criminales. También podemos ser cazarrecompensas, y dedicarnos a dar caza a estos criminales, abatirlos, y cobrar las recompensas que los gobiernos ofrezcan por ellos. O por último podemos ser exploradores, y dedicarnos a visitar planetas lejanos y vender la cartografía que vayamos generando mientras exploramos y escaneamos la Galaxia.
A nivel técnico, nos encontramos con un título en constante desarrollo. Su lanzamiento oficial en PC fue a finales de 2014, y un año después, en Octubre de 2015, llegaba a Mac y XBOX One. Tras muchos rumores, finalmente el pasado 27 de Junio de 2017 llegaba a Playstation 4.
Aunque no se trata de ningún portento a nivel gráfico, sus texturas se han ido actualizando a lo largo de los años, sobretodo cuando llegó la expansión Horizons, que nos permitía aterrizar en planetas y lunas sin atmósfera. Es de prever que en los próximos DLCs esta calidad gráfica se siga actualizando, ya que está previsto que se incluya un modo FPS (similar al de Star Citizen) y el aterrizaje en planetas atmosféricos y con vegetación.
El apartado sonoro es sobresaliente, tanto los sonidos de la propia nave, como el zumbido de los motores y el rugido del postquemador, como los sonidos de ambiente en el interior de las estaciones espaciales, que cuentan con un efecto “eco” que realmente te hace creer que estás en el interior de una estructura gigantesca. La banda sonora, compuesta por Erasmus Talbot, también es digna de mención, con temas orquestales que le vienen como anillo al dedo a este título espacial.
Donde realmente el juego destaca por encima de sus competidores es en el apartado jugable, ya que se ha intentado darle mucha profundidad y realismo al manejo de la nave. Además de los típicos controles de 3 ejes de un simulador aéreo (alabeo, cabeceo y guiñada), tendremos también desplazamiento lateral y vertical, lo que nos da un control total sobre los movimientos de la nave, aunque al principio cueste habituarse a ellos. Las físicas de vuelo están muy bien simuladas, y tendrán en cuenta el peso de nuestra nave, y su maniobrabilidad, por lo que se nota una gran diferencia de pilotaje de una nave a otra. También tendremos control absoluto sobre la gestión de energía, y podremos seleccionar qué módulos activar y cuáles desactivar si nos han dañado y nuestra nave no es capaz de generar la suficiente potencia.
Es interesante comentar que la versión de PC es compatible con todos los Joysticks, pedales y palancas de vuelo disponibles en el mercado (y altamente recomendable), así como con Oculus Rift y HTC Vive de manera nativa. En el caso de que tengamos un Track IR, también lo podremos utilizar para controlar la cámara dentro del juego.
En conclusión, un juego al que se le nota que se le ha puesto mucho cariño en su desarrollo, que ofrece muchísimas posibilidades y experiencias distintas a la hora de jugar, y que pese a no ser lo más puntero tecnológicamente, luce muy bien en esta generación.
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