Análisis Wild Hearts

Lo normal cuando pensamos en un género, es que haya muchos títulos que nos vengan a la mente, cada uno ofreciendo su punto de vista sobre la temática en cuestión. Pero si hablamos de cazar bestias míticas y enormes, lo normal es que nos venga a la mente una única saga, Monster Hunter. Pues bien, KOEI TECMO y Electronic Arts se han unido bajo el sello EA Originals para plantar cara al gigante de Capcom, con su nuevo título, Wild Hearts.

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El juego nos transporta a Azuma, un mundo fantástico inspirado en el Japón feudal, cuyas tierras del Este se encuentran asoladas por los Kemono, unas enormes bestias que encarnan los poderes de la naturaleza. Estos seres tienen la apariencia de animales que se han fusionado con poderes elementales como el hielo, el fuego o la roca, y son capaces de modificar el terreno a su alrededor para adaptarlo a sus necesidades. Para combatirlos, nos pondremos en la piel de un cazador, que podremos personalizar ampliamente en un editor de personajes claramente basado en el de Nioh 2, otro de los juegos desarrollados por Koei Tecmo. Y aunque cazadores hay muchos, lo que hace especial al nuestro es que es el único capaz de manejar los Karakuri, una tecnología ancestral que nos permitirá materializar cajas, resortes y maquinaria con la que hacer frente a los Kemono.

Su sistema de progresión de personaje es muy similar al de Monster Hunter. Tendremos que recolectar recursos y cazar bestias para conseguir objetos con los que mejorar nuestro equipo, y con ello podremos enfrentarnos a bestias todavía más poderosas. También contaremos con la ayuda de la aldea de Minato, que será nuestro centro de operaciones, y donde podremos comprar o vender, fabricar armas y armaduras en la forja, y hasta darnos baños termales que aumentarán nuestra salud máxima. También podremos echar una mano financiando reparaciones contactando con los carpinteros, para así devolverle a la aldea su antiguo esplendor. Y si nosotros solos no fuéramos capaces de hacer frente a los kemono, el juego permite un multijugador cooperativo de hasta tres jugadores, aunque deberemos tener en cuenta que la dificultad de las bestias aumentará proporcionalmente al número de jugadores.

En cuanto su apartado artístico, es una verdadera maravilla, y parece salido directamente de La Princesa Mononoke, con unos paisajes y un diseño de criaturas verdaderamente bonitos. Sus gráficos como tal, quedan algo por debajo de lo que se espera de un juego de la actual generación, con modelados algo toscos, sobretodo en las animaciones faciales, y algunos elementos del escenario. En el apartado técnico también hay que darle algún tirón de orejas, ya que el juego difícilmente supera los 60 fps pese a tener un pc de gama alta, pegando alguna bajada cuando peleamos contra algún kemono que genera muchos efectos en pantalla. Esperemos que esto se pueda ir corrigiendo en futuras actualizaciones.

Donde sí se gana el sobresaliente es en su apartado sonoro. Todo el juego está doblado al castellano con una gran calidad interpretativa, a cargo de actores de doblaje reconocidos. Su banda sonora, al estilo del Japón tradicional,es una auténtica delicia, que merece la pena ser escuchada incluso de forma independiente al juego. Y los efectos de sonido, tanto de las armas, los karakuri y los kemono, tienen una gran calidad.

En conclusión, prepárate Monster Hunter… Here comes a new challenger!