Análisis Sisters Royale
30 enero, 2020Nintendo Switch
En medio de la vorágine de juegos AAA en la que llevamos inmersos, a veces apetece un jueguecito en el que no necesites invertir decenas de horas para disfrutar de bondades que se van revelando poco a poco mediante sistemas, subsistemas, experiencia, puntos de experiencia y cinemáticas eternas con diálogos profundísimos. A veces sólo quieres volver a la época en la que todo era mucho más sencillo. En la que los juegos eran absurdamente autoexplicativos, porque la premisa era tan sencilla como inquebrantable. Avanza y mata. Así son los matamarcianos, o como gustan los entendidos de llamar ahora, shmups.
Y resulta que este gordo barbudo es muy, pero que muy fan de los shmups. Desde Life Force en mi vetusta NES hasta Ikaruga en mi aún operativa Game Cube, pasando por Blazing Star en los imprescindibles emuladores de Neo Geo, los juegos en los que esquivamos oleada tras oleada de disparos mientras acribillamos los escuadrones de enemigos siempre me han resultado enormemente estimulantes y muy agradecidos a la hora de otorgar diversión inmediata. Y este bendito juego no es una excepción, porque aunque existe un argumento detrás de este shmup en el que manejamos a una de cinco hermanas que, atención pelean por el amor de un príncipe, lo cierto es que Sisters Royale se pone manos a la obra al poco de arrancar la aplicación. Tanto es así que podemos pasar los diálogos, que pueden resultar graciosos y que han sido convenientemente traducidos al castellano, pero que resultan poco atractivos y están ilustrados por retratos estáticos y, no lo neguemos, estorban. Están entre nosotros y la diversión.
Así que elegimos una princesa y a jugar. Sisters Royale no es, afortunadamente, uno de esos bullet hell que podría volvernos majaretas y que precisa de una habilidad y coordinación claramente por encima de las humanas. Sisters Royale tiene unos gráficos discretos pero lo suficientemente claros y con las pistas estéticas adecuadas para que leer cada uno de los niveles sea automática y natural. Siempre sabes qué te hace daño y qué puedes tocar. La dificultad es justa para ser asequible durante sus primeros niveles y desafiante llegando al final de cada una de las cinco campañas. Una campaña por cada una de las hermanas, que realmente se sienten distintas gracias a las enormes diferencias en los disparos, disparos especiales y bombas de cada una de las protagonistas. Esto, unido a un sistema de tensión idéntico para todas ellas, que hace nuestro fuego más potente cuanto más cerca (sin tocar, claro) estemos de los disparos enemigos, convierte a cada una en un juego totalmente distinto. Y menos mal que son cinco, porque cada una de ellas es fácilmente superable en poco más de 10 o 15 minutos. Pero claro, la gracia de un shmup no es terminar la campaña. El desafío siempre ha estado en enfrentarte a tí mismo y mejorar tus puntuaciones con cada personaje y cada modo, y Sisters Royale mantiene tus records divididos por personaje y por modo, por lo que el único obstáculo entre tú y otra partidita para intentar mejorar ese numerito es tu voluntad.
Sisters Royale no es el próximo superventas de la eShop (ni de la PlayStation Store), pero es una muy buena opción para llenar esos 15 minutos de ir en el metro, esperar a que te llame el médico o que empiece tu reality favorito en la televisión. Simplemente déjate llevar por tu instinto y tu memoria muscular y dispara.
Imágenes del articulo cedidas por Brown Betty, a través de presskits. Los logotipos y marcas que aparecen en ellas son propiedad de sus respectivos dueños y son utilizadas aquí únicamente con fines ilustrativos.
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