Análisis PS4: Pillars of Eternity Complete Edition

¿Cuántas veces os ha pasado aquello de que sale un título en exclusiva para una plataforma que no tenéis, y os queréis morir porque sabéis que nunca lo jugaréis salvo que os hagáis con esa determinada consola (o PC en este caso)? A nosotros muchas veces. Por suerte este drama consolero ha podido tener final feliz ya que al fin tenemos en consolas el laureado proyecto de Obsidian financiado por medio de Kickstarter, Pillars of Eternity, y además llega a PS4 y Xbox One en su versión completa “Complete Edition”, que incluye la expansión The White March, la cual añade unas nada desdeñables 20 horas más de juego, una nueva región y aumento del nivel máximo de los personajes.

Qué tiempos aquellos en los que disfrutábamos de títulos roleros basados en el sistema D20 de Dungeons & Dragons, ¿verdad? Juegos de rol clásico y cafetero como los Baldur’s Gate o Icewind Dale. Títulos que muchos pensábamos que jamás se volverían a poner de moda dada la evolución tanto jugable como gráfica que estaba sufriendo la industria. Pero como bien sabemos, las modas son cíclicas, lo retro vuelve, y los 90s están más de moda que nunca, así que los chicos de Obsidian, expertos en juegos de rol y responsables de juegazos como Fallout New Vegas y Star Wars: Caballeros de la Antigua República, volvieron hace dos años con un título que literalmente lo ha “petado” en PC, y que ahora podemos disfrutar también en consolas de sobremesa.

Empezamos bien, de hecho mejor imposible, porque es maravilloso como se ha mantenido (o recuperado) la narración de la vieja escuela con esas ilustraciones hechas a mano alzada, o simulando esta, y esos textos en transición vertical con narración en inglés. Impagable. Y es así como nos metemos de lleno en la historia de Pillars of Eternity, viajando al fantástico mundo de Eora, y empezamos de una de las formas más habituales en los juegos de rol de papel y lápiz, una de ellas sería en una taberna, ¿y la otra? Efectivamente, en una caravana que por supuesto será emboscada… Poco después de este suceso, viviremos una extraña circunstancia que, sin entrar en spoilers, nos hará cambiar para siempre al concedernos una habilidad o don sobrenatural, con su cara y su cruz que juagarán un papel crucial en la historia del juego.

Vamos con la parte que más me gusta (como ya sabéis los que me conocéis), la creación del personaje, color de piel, pelo, ojos, peinado, etc, que me han hecho perder toda una tarde, aunque debo admitir que el aspecto visual del personaje da bastante igual dado que no lo vamos a apreciar por la distancia de la cámara y el tamaño de los personajes en pantalla. Lo interesante aquí viene dado por la raza y los modificadores a las características que ellos supone, la clase, e incluso la cultura, que también añadirá alguna característica extra, además del trasfondo. Las combinaciones posibles son abrumadoras y siempre tendremos la sensación de duda “¿Tendría que haberme hecho otro personaje/raza/clase”, será una pregunta recurrente a lo largo de la historia.

Uno de los aspectos que más dudas suscitaba era el paso de los controles de PC a consolas, y debo decir que los responsable de esta adaptación han salido airosos, ya que no he tenido ningún problema con el manejo de los personajes, que podemos mover directamente con el stick direccional, o haciendo clicks de desplazamiento simulando el ratón. Esta segunda opción es más incómoda, o por lo menos lenta. Por otro lado, tenemos las acciones estándar y de ataque, las cuales se acumulan en dos menús radiales diferentes bastante intuitivos y cómodos.

Navegar por los diferentes menús de subida de nivel, diario de misiones, etc, será pan comida en comparación con el resto de interfaces. Está claro que es un juego hecho para PC, pero os aseguro que en consola lo vais a disfrutar igualmente, sobre todo porque entre otras cosas, se han adaptado los textos en pantalla para que resulte más fácil leer en consola, donde el televisor suele encontrarse a mayor distancia que en el caso del PC, que normalmente estamos en la misma mesa que el monitor. No lo hemos dicho todavía, pero esto se agradece porque os vais a cansar de leer…

Dos son los puntos que destacaríamos de este juego, que todo sea dicho, todavía no me he pasado, pero si he invertido ya un buen puñado de horas. Uno de ellos, yo diría el crucial, es la exploración, cuya importancia llega hasta el punto de que los enemigos no dan experiencia en sí, si no la información que obtienes de ellos al derrotarlos. Por ejemplo, cuando te enfrentas por primera vez a un enemigo, consigues experiencia, pero no por haberlo matado, si no por haber completado la información de este en el bestiario. El otro componente del juego a destacar, además de la brillante historia, profunda y densa como ninguna, son los combates. No os dejéis engañar por los primeros encuentros, que son más sencillos y asequibles para que nos vayamos familiarizando con el juego, porque conforme avancemos vamos a tener que pensar más detenidamente nuestras acciones, pausar el combate y elegir bien qué hacer, tanto por parte de nuestro personaje como de nuestros compañeros. En este sentido, la estrategia y la cautela serán vitales, literalmente, y tener preparada nuestra formación, donde la lógica nos llevará a llevar en primera línea de combate a los guerreros más poderosos cuerpo a cuerpo, bárbaros y paladines, y en la retaguardia a nuestros personajes con ataques a distancia como magos y arqueros, fundamental.

Uno de los elementos que más nos ha llamado la atención del juego, y del que no teníamos ni idea es la fortaleza que debemos gestionar, y para mayor sorpresa, a las pocas horas de juego. Se trata de una pequeña fortificación casi en ruinas que poco a poco iremos mejorando. Es muy divertido ya que mientras la evolucionamos sufriremos ataques enemigos, mandaremos compañeros a hacer misiones e incluso cobraremos los impuestos como terratenientes. Lo dicho, toda una sorpresa y un acierto.

Gráficamente el juego es un portento, siendo lo que es, ojo, ya que trata de emular aquella época noventera que hemos comentado al comienzo del artículo. Vista isométrica, gráficos 2D con personajes modelados en 3D, y escenarios, además de preciosos y detallados hasta la enfermedad, variados: pequeñas aldeas, grandes ciudades, frondosos bosques, mazmorras y ruinas, templos, castillos, serán algunos de los emplazamientos que encontraremos.

Todo esto lo aderezamos con una banda sonora de auténtico lujo, manteniendo la traducción al español que ya tenía en PC, y como resultado tenemos un auténtico juegazo con sabor oldschool, denso, difícil y rejugable. Pero ojo, no es un juego para todo el mundo, no esperéis un Diablo (como ya me han comentado varios conocidos…) porque no tiene absolutamente nada que ver.

Ahora sólo nos queda esperar a su secuela Pillars of Eternity II: Deadfire, que completó su campaña de financiación con un éxito impresionante.