Monster Hunter World. Diversión Tamaño XXL

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Análisis PS4

¿Quién me iba a decir a mí que me iba a gustar tanto Monster Hunter World? Para empezar, yo nunca había jugado a ningún título de la franquicia, salvo unos minutos a una Demo de 3DS que ni entendí del todo ni acabó de convencerme, pero por lo visto con esta entrega con la que la saga ha vuelto a las consolas de sobremesa ha habido un importante salto de calidad, no sólo gráfico que también. Y una vez más Capcom, empresa capaz de lo mejor (Resident Evil VII) y lo peor (Marvel vs Capcom Infinite), lo ha vuelto ha conseguir, y más de 100 horas de juego en un mes son testigo de ello. Tela.

Pero, ¿qué es Monster Hunter World, de qué va? El juego es básicamente un Action-RPG en el que tenemos que cazar (o atrapar) a grandes monstruos para obtener sus materiales y así poder crear nuevas armas y armaduras que harán progresar al personaje. Un total de 30 monstruos que abatir, que al principio me parecían pocos pero ya os digo yo que no. Además, Capcom acaba de añadir uno nuevo, el Deviljoh, el más poderoso de los monstruos “normales”, es decir, los que no son Dragones Anciones, e irá añadiendo más de forma eventual y gratuita junto a otras actualizaciones. Lo único que pondrán de pago son elementos estéticos, así que chapó. Recomendamos encarecidamente dedicar unas cuantas cacerías a abatir al Deviljoh para poder recolectar sus materiales y forjarnos las armas que nos desbloquea este nuevo enemigo, ya que son realmente poderosas (de hecho son las que yo uso). Las armaduras ya es otro cantar…

Para empezar, contamos con un completísimo editor de personajes, en el que me he tirado varias horas hasta dar con mi avatar perfecto. Sexo, piel, ojos, nariz, boca, pelo, vello facial, color, tamaño, cicatrices, pinturas, y un montón más de opciones. Los que me conocéis de antes ya sabéis que estas cosas son mi debilidad… Una vez terminemos de crear a nuestro personaje, pasaremos a editar el aspecto de nuestro camarada Felyne, ese gatito tan adorable que anda sobre sus cuartos traseros y nos sirve de apoyo tanto ofensivo como defensivo durante los combates, con otro editor de lo más completo, en el que no invertí tanto tiempo.

La historia, que nos llevará unas 40 horas si nos centramos en ella, está muy bien contada, bien estructurada y sin ser ninguna maravilla en cuanto a guión captará nuestra atención, además de que es obligatoria para poder subir de rango, desbloquear nuevas zonas, monstruos, equipamiento, y en definitiva progresar en el juego. Eso sí, no esperéis una trama complicada ni con giros argumentales, ya que lo que nos cuentan es bastante sencillo. Básicamente es descubrir por qué los Dragones Ancianos están viajando al Nuevo Mundo. Además del modo historia, que son misiones llamadas “Encargos”, tenemos misiones “Opcionales”, que nos dan personajes no jugables, las “Investigaciones” del centro de recursos, “Expediciones” para explorar libremente las diferentes zonas si queremos recolectar materiales o descubrir nuevas zonas para establecer campamentos, “Eventos” y “Misiones Especiales”, y por si esto fuera poco tenemos la “Arena”, para llevar a cabo misiones contrarreloj y competir en un ranking con el resto de jugadores del mundo. Por otro lado, los tutoriales están integrados dentro de las misiones, aunque hay cosas que no sabremos hacer salvo que indaguemos por la red o preguntemos a un amigo que lleva más horas que nosotros.

Todas las misiones (encargos, opcionales, investigación, eventos y misiones especiales) pueden jugarse tanto en solitario como acompañado por otros tres jugadores (uno más en el caso de las Arenas), bien sea uniéndonos a misiones públicas, protegidas con contraseña, o creadas por nosotros igualmente de forma pública o privada. Ojo, si nos unimos a las misiones una vez han pasado 10 minutos desde el comienzo de estas, nuestra recompensa se verá reducida drásticamente. Hablando del multijugador también cabe decir que es como más se disfruta el juego, y además la dificultad de los monstruos se incrementa exponencialmente con respecto a cuando jugamos en solitario. Otra de las opciones multijugador es lanzar una bengala de auxilio para que acudan a nuestra ayuda otros jugadores, con dos restricciones, no se podrán lanzar durante las exploraciones libres, y tampoco en los encargos hasta que hayamos vistos las cinemáticas.

Los monstruos, 30 en total entre bestias clásicas y nuevas incorporaciones, tienen un diseño muy cuidado y variado, salvo algunos casos como el Rathalos y Rathian, el resto se diferencian mucho entre sí. Las animaciones son espectaculares y su comportamiento parece natural y orgánico, teniendo varias fases de combate, en las que podremos cortarles partes del cuerpo, subirnos a ellos, tenderles trampas, y es una delicia ver como se comportan de forma distinta dependiendo del terreno en el que combatamos, y con sorprendentes reacciones como cuando se cruzan con otro gran monstruo y estalla una improvisada lucha de territorios de la que nos podremos aprovechar, ya que si estamos cazando (por ejemplo) a un Gran Jagras, cabe la posibilidad de toparnos con un Anjanath que le ataque y haga parte de nuestro trabajo. En cualquier caso, cada partida de caza nos brindara grandes combates, dotados de una dificultad estimulante que no llega a desesperar y resulta satisfactorio derrotar a los grandes monstruos.

Hablando de armas y armaduras, Monster Hunter World es un farmeo continuo ya que no hay subida nivel, sino de rango, y la forma de progresar es a través de nuestro equipo, que define nuestra fuerza, defensa, salud, etc. Para obtener nuevas piezas de equipo tendremos que recolectar materiales del escenario y de los monstruos para forjarlas, así como para elaborar objetos consumibles como trampas para atrapar con vida a los enemigos y obtener mayor número de materiales, pero también para crear pociones, bengalas y demás útiles necesarios para sobrevivir durante las misiones. Cada pieza de equipo nos dará una habilidad diferente, por ejemplo protección contra fuego, bonus de defensa, de ataque, de afilado, de esquiva… Hay una gran libertad para personalizar a nuestro cazador, aunque recomiendo no perder demasiado tiempo (como hice yo) en las armaduras, hasta que abatamos a los Dragones Ancianos, que nos darán acceso a las mejores piezas desechando todo lo anterior. Todos los objetos estarán ubicados en nuestro inventario y baúl de objetos, y lo cierto es que el inventario está bien organizado, es intuitivo, y separa los objetos en consumibles, materiales y vendibles. Por otro lado tenemos el inventario de equipo, que consta de armadura, armas, kinsecto, y equipo de camarada.

Tenemos todo tipo de armas para blandir durante los duros combates. Armas grandes y contundentes como la Gran Espada, arma típica del juego que habréis visto en la portada y mil y una ilustraciones, también disponemos del martillo, ideal para romper cuernos, las veloces espadas dobles o la versátil espada y escudo, armas complejas como la lanza pistola o el hacha cargada, y para los que prefieren luchar a distancia tenemos el arco, y dos tipos de ballesta. Me he dejado algunas armas como la Cornamusa, perfecta para el apoyo al grupo, o la espada larga, lanza, hacha espada, glaive insecto (una de mis preferidas). Es importante decir que disponemos de todas ellas desde el comienzo del juego, y podremos probarlas en la zona de entrenamiento antes de decantarnos por una de ellas, aunque nunca es tarde para cambiar de arma. Por otro lado, todas las armas que tenemos son de un tipo, pero podemos desarrollarlas en un completo árbol de habilidades, y a parte forjar nuevas con los materiales que recolectamos. Es interesante que en este árbol de progresión tenemos la posibilidad de deshacer las mejoras del arma si no hemos alcanzado un determinado punto de progreso de esta, a partir del cual no hay marcha atrás. Hay muchísimas posibilidades, y cada tipo de arma y sus “evoluciones” tiene un aspecto y habilidades diferentes. Sin duda uno de los puntos más fuertes del juego.

En cuanto al apartado artístico, gráficamente el juego luce espectacular. Capcom ha creado un maravilloso mundo dividido en 5 zonas muy bien diferenciadas que exploraremos gracias a nuestros lafarillos, esos bichitos brillantes que nos guían en busca de pistas, huellas, materiales y monstruos: el frondoso Bosque Primigenio, el hostil y desértico Yermo de Agujas, los fascinantes y coloridos Altiplanos Coralinos, el pestilente y corrompido Valle Putrefacto, y el mágico Receso de los Ancianos. Cada cual, con su propia fauna y flora, que lucen en todo su esplendor gracias al fantástico ciclo de día y noche que nos regala algunas de las estampas más bonitas que vamos a ver en un videojuego. Como veis, no son tan variados como otras entregas, pero son mucho más grandes e interactivos, han ganado en verticalidad, y podremos escalar por varias zonas, acceder a partes ocultas y mucho más. Por otro lado, la banda sonora está a la altura del resto del juego, teniendo música ambiental que nos acompaña de forma excelente, melodías pegadizas, y temas épicos que sonarán durante los exigentes combates. Siempre digo que la música puede ser la guinda al pastel, o lastrar un buen juego, pero en este caso hablamos del primer caso. Impagable cómo saltan las potentes melodías orquestradas cuando nos encontramos a nuestros colosales enemigos, como es el caso del Bazelgeuse, espectacular.

En definitiva, un juego superadictivo, un pozo de horas, el título ideal para jugar en cooperativo o en solitario, y un producto muy muy MUY cuidado. Capcom saca a relucir su mejor cara con la que posiblemente sea la mejor entrega de la franquicia. No lo dudéis y dadle una oportunidad a este juegazo.