Análisis God of War Ragnarök

Análisis God of War Ragnarök

1 diciembre, 2022 0 Por Oscar Garcia
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El milagro del continuismo.

Se cuenta en alguna que otra entrevista que en 2014, tras la templada recepción por la critica y jugadores de God of War Ascension, en Santa Monica Studios se sentaron para dar forma al nuevo proyecto que debía enfrentarse el estudio. La mayoría de voces de la sala apuntaban a crear una nueva IP hacia donde dirigir los esfuerzos del estudio en busca, seguramente, de no encerrarse aun más en la alargada sombra de un Fantasma de Esparta ya más que amortizado. Pero en esas reuniones Cory Barlog apostaba por un camino intermedio. Si, estaba de acuerdo de que era hora de explorar las nuevas formas de narrativa que eran capaces de desarrollar en las nuevas plataformas y apostar por nuevos formalismos jugables dejando atrás el clásico hack&slash que el estudio había exprimido hasta casi la extenuación con sus 7 juegos anteriores. Pero es igual de cierto que también pensaba que el personaje de  Kratos podía aprovecharse aun y adaptarse a los nuevos lenguajes del videojuego para crear nuevas aventuras. Una especie de camino intermedio entre la continuación y la ruptura total. Con ese pensamiento en mente aparece en 2018 God of War.

El que no apareciera número alguno tras el nombre ya dejaba clara la intención del director de romper de forma abrupta con la franquicia presentando un nuevo Kratos totalmente  marcado por su pasado y con el traía un nuevo concepto de narrativa y jugabilidad a la saga. El reboot no dejó indiferente a nadie, que unió en los aplausos a critica y publico y que dejó claro que el Fantasma de Esparta aun tenía mucho que decir.  Casi 5 años después llega God of War Ragnarök y tiene la difícil tarea de igualar los hitos de la primea entrega, algo que ha conseguido con creces.

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Ragnarök, como buen exclusivo, no se libra de polémica: Los usuarios tachan la nueva entrega de ser un juego continuista. Digámoslo cuanto antes: Si, God of War Ragnarök es un juego continuista. Estamos ante un juego que “continua” la historia en el mismo, o casi, punto en donde acaba el anterior, “continua” con las mecánicas jugables del juego anterior e incluso “continua” con el impecable estilo narrativo haciendo uso de un eterno plano secuencia. Teniendo todo esto en cuenta negar que estamos ante una entrega continuista es poco menos que una tontería. Pero es que continuar en la estela marcada por un juego de 94 de media según Metacritic no tiene nada de malo, al contrario, si quieres repetir el exito del primero y convertirte en otro clásico instantáneo variar un ápice del planteamiento original no tendría sentido alguno. Fuera ya la espinita de la “polémica de turno” vamos con la review.

God of War Ragnarök arranca tres años tras los acontecimientos del 2018. El Fimbulwinter, el eterno invierno que precede al Ragnarök, ya ha llegado a los nueve reinos lo que indica que el fin del mundo ya esta cerca y Kratos y Atreus se embarcan en una nueva aventura para encontrar una solución para evitarlo aunque con ello tengan que acabar con Thor, Odin y todas las leyendas de la mitología nórdica. Por supuesto esta ocasión, al igual que pasaba en 2018, lo realmente importante es el viaje personal de los protagonistas. Ahora, al igual que antes, el fin del mundo es solo el telón de fondo para desarrollar la complicada relación de un Kratos que solo busca proteger a su hijo para que no tenga su mismo destino y la de un Atreus que busca respuestas y quiere forjar su futuro sobre los cimientos de sus propios errores y no sobre los de su padre. Una relación llevada con un cuidado exquisito que nos deparará momentos realmente conmovedores llenos de emoción e intensidad. El trabajo de guion es sobresaliente y supera con mucho al reboot. La pareja protagonista vuelven a estar llenos de aristas, luces y sombras. Kratos es un personaje más humanizado y en su escritura asoman miedos y temores que cualquier padre podría reconocer como propios pero sin duda alguna Atreus es el que mejor sale parado en esta entrega ya que deja de ser el “niño coñon” (perdónenme la expresión) de la primera entrega para convertirse en un personaje capital en esta aventura, ahora tiene una personalidad tridimensional con preguntas e inquietudes, que más allá del contexto de la aventura, podríamos reconocer en nuestros hijos. Pero el trabajo de los escritores no queda solo aquí ya que Mimir, Sindri, Brok, Tyr, Odin y el resto de secundarios que aparecen en la trama están tratados de manera excelente. Son carismáticos, interesantes y cualquiera de ellos podría llenar por si mismo una buena historia.

Por supuesto el guion se apoya en el excepcional trabajo de dirección de un Eric Williams que sabe recoger el testigo de Cory Balrog. Volvemos a tener un plano secuencia casi infinito que imprime personalidad y ritmo al juego. Volvemos a tener escenas de acción trepidantes, planos que nos dejarán boquiabiertos y momentos sumamente emotivos e íntimos.  Nunca perdemos de vista a los protagonistas y, al igual que en el mundo cinematográfico, se usan varios trucos para que la sensación de continuidad nunca se vea interrumpida salvo por el uso del menú. Este detalle es algo que me sigue sin gustar ya que se podría haber arreglado usando un menú con el fondo transparente que dejara ver la acción del juego y no pausara el mismo, salvo este detalle totalmente personal, no creo que nadie en su sano juicio pueda criticarle nada al juego en este apartado.

Los envergadura de los escenarios de God of War Ragnarök es impresionante.

En la capa jugable seguimos encontrando la misma mecánica de acción pausada en 3 persona heredada de la saga souls. Los combates siguen siendo una coreografía de ataques y bloqueos pero que ha sido, si cabe decirlo, aún más refinada. Se profundiza tanto en el uso de las armas de Kratos y Atreus como en la forma de usar el escenario a tu favor. Kratos ahora intercambia las armas de manera más ágil, puede atravesar los escenarios con un potente sprint para terminar con un potente golpe e incluso usar elementos del escenario para atacar a los enemigos. Atreus por su parte también tiene oportunidad de demostrar su valor y los combates con el son más agiles y teniendo en cuenta que su fuerza es menor se basan mas en los ataques a distancia. El número y variedad de enemigos también se ha multiplicado y cada uno de ellos esta pensado para que averigüemos cual es la mejor estrategia contra ellos. La IA si bien no es lo mejor que hemos visto si es cierto que se organizan entre ellos y coordinan sus ataques bastante bien poniéndonos en aprietos en bastantes ocasiones. A destacar, como no podría ser de otra forma, los enfrentamientos con los miniboses que encontramos a mitad de algunas fases y a los temibles enemigos finales. Para estos se han reservado los mejores planos, los mejores combos y las mejores escenas, solo por ver estos combates ya merece la pena jugar a Ragnarök. En definitiva los combates ganan en agilidad, dinamismo pero sobre todo en brutalidad. El único punto negativo en este apartado, y esto sería siendo muy quisquilloso, es que en las misiones secundarias se peca demasiado de abusar siempre de los mismos masillas “tipo” de cada reino.

La resolución de puzles también esta presente en God of War Ragnarök

Por supuesto no solo tendremos acción en el juego ya que también tendremos dosis de exploración gracias a es mundo semiabierto para dedicarnos a resolver las distintas misiones secundarias y trabajos que se nos propondrán y que nos vendrán bien para conseguir materiales para mejorar nuestras armas y experiencia para aumentar nuestras habilidades. Aunque todo esto ya lo encontrábamos en 2018 en esta entrega ahora todo es más grande, más abierto, más impresionante y más vertical. Los nueve reinos están puestos al servicio de Kratos para convertirse en un gigante campo de recreo donde poner en practica las nuevas mecánicas como la que permiten a Kratos “balancearse” gracias a sus espadas para atravesar obstáculos y nuevos y más enrevesados puzzles donde la coordinación y participación de ambos protagonistas se ha potenciado.

Otra gran aportación de esta entrega ha sido la personalización de nuestras armas y vestimentas. Podremos elegir entre escudos, mejorarlos, insertar runas a las armas, cambiar pomos, invertir en su desarrollo…todo un amplio abanico de opciones destinado a  mejorar nuestro equipamiento para ganar puntos de fuerza, defensa o agilidad. Estos cambios además no serán solo en las estadísticas sino que las distintas mejoras tendrán su reflejo visual con lo que podremos  ver a Kratos luciendo distintas armaduras y escudos durante la aventura. Por supuesto ambos protagonistas tendrán un árbol de habilidades que desbloquear y completar que les aportarán nuevas cualidades y ataques muy útiles en los combates. Sigue siendo un menú demasiado enrevesado para mi gusto pero sería injusto no decir que una vez te haces a el resulta bastante funcional.

God of War Ragnarök da un puntito más de personalización a la saga.

A nivel audiovisual estamos ante un juego soberbio. Pocos juegos lucen igual que God of War Ragnarök en PS5 y dudo mucho que se puede estrujar PS4 de la forma que Santa Mónica lo hace en esta entrega. Escenarios inmensos llenos de detalles, personajes con unos modelados impecables, animaciones exquisitas, expresiones faciales nunca antes vistas en una consola, efectos de iluminación y partículas, todo, y cuando digo todo es TODO, roza aquí la perfección. Mención especial hay que hacer a la dirección artística del juego que dan el do de pecho para representar con todo detalle los 9 reinos y todo lo relacionado con las tradiciones y leyendas nórdicas. El único punto negativo serían los tiempos de carga al comienzo del juego ya que durante la aventura están perfectamente disimulados, sobre todo en PS4.  Como toda buena superproducción de Sony el juego llega perfectamente localizado al castellano con unas actuaciones de los actores de doblaje perfectas y una música, de nuevo compuesta por Bear McCreary, que nos volverá a levantar del sillón en los momentos más épicos.

Con un guion impecable, un apartado técnico apabullante y una jugabilidad perfecta God of War Ragnarök tiene todas las papeletas para convertirse en uno de los mejores exclusivos que se podrán disfrutar en PS5. Un juego continuista que toma el relevo para pulir y mejorar el original y convertirse en un clásico imprescindible para cualquier usuario de PS5 y una excusa inevitable para adquirir, cuando se pueda, una PS5

God of War Ragnarök

€ 69.90
9.3

Historia

9.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Diseño Artístico

9.5/10

Diseño de Sonido

9.5/10

A Favor

  • Gráficamente espectacular.
  • Las mejoras en el combate.
  • El trabajo de la dirección artistica.
  • Su genial banda sonora.

En Contra

  • Algunas secundarias.
  • Menú algo enrevesado.