Análisis Beyond Blue
24 junio, 2020
Prodesse et delectare
Está claro que la mejor manera de aprender es divirtiéndose, algo sobre lo que los videojuegos tienen mucho que decir. Los serious games son una vertiente interesante dentro de esta industria, una vertiente a la que, quizás, sea interesante dedicarle algún artículo aquí en un futuro próximo. Beyond Blue es una propuesta que tiene mucho de estos “juegos formativos”, porque su objetivo fundamental es que aprendamos, partiendo de ese maravilloso documental que es Blue Planet II, sobre los fondos marinos y el ecosistema que representa.
¿Cuántos de nosotros hemos soñado alguna vez con nadar entre enormes cetáceos, ver pasar junto a nosotros bancos de peces o poder alcanzar una pequeña cueva submarina que alberga en su interior un paisaje asombroso? ¿Cuántos, en definitiva, hemos querido sumergirnos en los misterios que se esconden en ese enorme mundo que esconde el océano? Yo, desde luego, sí. Tiene algo de mágico, de retorno a un lugar donde nunca has estado pero del que siempre te has sentido parte: un espacio misterioso y casi místico, así es para mí esos inmensos espacios submarinos que se esconden a nuestra mirada. Y con Beyond Blue he podido ver saciada parte de curiosidad: he podido sentir cómo es ese universo acuático gracias a un diseño artístico y sonoro muy cuidado y a una propuesta jugable que lo da todo para que te sientas flotar en medio del inmenso océano.
El punto de partida de esta obra nos pone en la piel de Mirai y André, dos oceanógrafos que utilizan una avanzada tecnología para explorar los fondos marinos, así como su flora y fauna. Deberemos acompañar a Mirai en cada una de sus inmersiones para tratar de profundizar cada vez más en los aspectos más desconocidos del océano: Beyond Blue nos ofrece, así, una premisa muy sencilla pero que sabe sacar partido de unos diálogos fluidos, divertidos y bien interepretados. El argumento es, ciertamente, ligero, lo cual facilita que el jugador pueda verse más inmerso aún en los paisajes marinos: sí, la historia está ahí pero no tanto para robar protagonismo al ambiente, sino para dar las pinceladas necesarias para que el jugador se sienta partícipe dentro de ese grupo de investigadores.
E-Line Media, los desarrolladores de esta obra, ya demostraron, de manera notable, de lo que eran capaces con su anterior creación, Never Alone: un juego que, mediante una serie de mecánicas jugables muy sencillas, sabían transmitir de manera muy emotiva el acervo cultural del pueblo Iñupiaq, provenientes del Ártico. Aquella obra pecaba, en ocasiones, de primar el mensaje por encima de la jugabilidad, provocando un desequilibrio que, aquellos que quedaran maravillados por su historia, podían pasar más fácilmente por alto. Tenía la duda, a la hora de ponerme a los mandos en esta nueva creación, de si habrían sabido ajustar mejor el “qué” y el “cómo”: la respuesta es que sí. E-Line Media apuesta por proponer una serie de puntos de interés y objetivos a cumplir en sus capítulos, pero da libertad al jugador para moverse por el entorno, sin presionar, siendo conscientes de que disponiendo de un entorno tan único y maravilloso como es el del océano, no debían coartar la libertad del jugador.
Que no se me entienda mal, el mapeado de cada capítulo no es enorme, pero sí está lleno de vida. Y eso es clave para la propuesta: no se trata tanto de la extensión, como de la intensidad con la que se disfruta. Hay muchos rincones por descubrir y muchas especies por estudiar en Beyond Blue: dispondremos de una sencilla mecánica de análisis que podremos utilizar para ampliar nuestro pequeño atlas de la flora y fauna. Cuántas más animales analicemos de una misma especie, más datos recabaremos y podremos luego leer y contemplar. No es obligatorio, pero el sistema es tan sencillo y adictivo que vamos a querer analizarlo todo.
En nuestro pequeño submarino podremos visionar estos datos recolectados, así como ciertos videos (los, así llamados, Ocean Insights) que expanden, con material no visto hasta la fecha, el documental Blue Planet: videos sumamente cortos, no superan los 3 minutos, pero que permiten ahondar aún más, y de manera muy didáctica, en los misterios del océano. Pese a su interés, no puedo dejar de lamentar que no hayan sido incluídos dentro de la propia narrativa del juego para enriquecerla aún más: es decir, hubiera estado mejor haberlas podido integrar como parte de la historia y no como un extra optativo. Y lo lamento porque el objetivo último de E-Line es algo ciertamente interesante: hibridar los videojuegos y los documentales para crear un género nuevo. Les ha faltado un paso más, uno último que culminara esta ambición.
En lo que sí han dado un paso más, e importante, es en el aspecto gráfico: Beyond Blue, sin ser puntero, es capaz de representar con una belleza admirable el mundo que nos aguarda bajo el agua. El trabajo de iluminación, el movimiento de los distintos animales, los entornos que nos presentan… todo está muy bien representado. La guinda al pastel la hubiera puesto ver interactuar a unos animales con otros: en Beyond Blue se han cuidado mucho los detalles de cada animal, pero falta que sean un todo orgánico, que interactuen entre ellos como harían en la naturaleza. Aunque no quiero que se me malinterprete: la belleza que sabe transmitir este videojuego es, en ocasiones, abrumadora, y vamos a estar constantemente extrayendo capturas con las que poder deleitarnos luego. Es un juego muy bonito de ver en movimiento, pero, como digo, le falta esa interacción entre animales para hacernos ver que ese fondo marino es un todo orgánico.
Todo ello acompañado de una banda sonora que sirve de telón de fondo perfecto a la hora de acompañar nuestras peripecias. Destacan, sobre todo, en este apartado sonoro, el trabajo de voces: actores que han trabajado en Ant Man, Black Sails, Lost y Toy Story 4 realizan aquí una gran labor para dar vida a sus personajes y consiguen amenizar de manera muy grata nuestros solitarios paseos bajo el mar.
Beyond Blue es una propuesta tranquila, imnersiva y profundamente didáctica, con una jugabilidad muy sencilla que propicia que, poco a poco, vayamos cayendo en sus redes. Gracias a un apartado visual que retrata con suma belleza los entornos marinos y sus animales y a un casting de voces muy notable, es imposible no caer rendido a sus pies. Eso sí, la propuesta es corta, pues en unas 3 horas (algo más si investigamos en profundidad sus escenarios) habremos dado cuenta de su historia. E-Line sabe desdibujar, como pocos, esa fina línea que separa lo didáctico de lo lúdico: un videojuego tan rico en conocimiento como absorbente en su parte jugable.
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Beyond Blue
A Favor
- Su ambientación: el fondo marino es de una belleza sobrecogedora.
- Una obra perfecta para los que busquen una propuesta relajante.
- Su intención de combinar documental y videojuego...
En Contra
- ... aunque le falta un paso más para hibridarlos de manera efectiva.
- Falta interacción entre los animales.