Symmetry. La belleza de lo difícil.

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Análisis PS4

Encontrarnos con un reto es algo muy gratificante para un jugón de los de la vieja escuela. Los que hemos aprendido a jugar y muriendo cruelmente al primer toque en nuestras añoradas 8 bits, cuando el respeto por el jugador, y su tiempo, eran un términos desconocidos y donde el tutorial se remontaba a solo dos líneas de texto al comienzo del juego, para todos nosotros la dificultad más que representar un hándicap representa un premio, un bien escaso en estos tiempo que corren. Fuera de la cada vez más nutrida categoría de los juegos “tipo Dark Souls” los juegos de supervivencia suponen un bastión irreductible de esas aventuras difíciles y crueles donde el error se paga caro y la victoria es sabroso manjar para nuestros egos.

Bajo la bandera de la ciencia ficción Sleepless nos trae un juego que, siguiendo la estela de lo visto en juegos como “This War of Mine”, llega para engrosar la lista de juegos  pertenecientes al este género. En esta ocasión la historia es a priori muy sencilla, una misión de exploración a un planeta desconocido, un aterrizaje forzoso del que solo sobreviven 3 tripulantes, al azar en cada partida…a partir de ahí un solo objetivo reparar la nave y salir de allí. Desde este punto el planteamiento es muy sencillo: recoger leña con la que calentarlos, comida para alimentarlos y chatarra tecnológica con la que reparar la nave y arreglar las distintas necesidades de nuestra precaria base. Todo esto mientras controlamos el bienestar de nuestros protagonistas procurándoles que nos les falte comida ni horas de sueño, evolucionando su pequeño árbol de habilidades y cuidándolos muy bien de las extremas condiciones meteorológicas de este inhóspito y duro planeta.

Todo parece sencillo, pero no te dejes engañar Symmetry es un juego muy difícil. Su curva de dificultad en sus primeros compases es muy elevada, tanto que es muy probable que muchos jugadores no acostumbrados huyan a las primeras de cambio. La inanición, la baja temperatura, la falta de chatarra con la que reparar las instalaciones…la lista de factores para que todo salga mal y muramos es muy larga, tanto que la promesa de ver un nuevo amanecer es un verdadero premio en este juego. Y es que en este planeta morirás muy a menudo, es más, hasta que consigas hacerte con sus mecánicas y consigas ver cuál de las habilidades has de mejorar para poder progresar en el juego, es posible que mueras 20 o 30 veces con el inconveniente de que hemos de empezar desde cero cada vez. Pero una vez llegamos a comprender como funciona “la vida” en este planeta y como debemos de hacer las cosas esta curva se aplana y es donde realmente comenzamos a disfrutar del juego aunque ya avisamos que la falta de variedad en las acciones a realizar puede llegar a dar sensación repetición y monotonia.

Pero es sin duda el apartado visual lo que más llama la atención de este juego. Estamos ante un juego que se desarrolla completamente en 2D y que con un acabado minimalista nos hará amar y odiar a partes iguales cada rincón de este planeta. Las condiciones meteorológicas están bien representadas y crea, junto con una banda sonora muy convincente, una ambientación muy absorbente.

Sleepless consigue crear una aventura espacial muy absorbente. Con un apartado visual muy llamativo y una narración de la historia muy correcta. Una experiencia muy interesante que hará la delicias de los más exigentes pero que por su exagerada curva de dificultad y lo austero de sus mecánicas tirará para atrás a los más inexpertos.