Análisis Switch: The Coma Recut: Miedo al aburrimiento
23 enero, 2018Análisis Switch
En “The Coma” nos ponemos en la piel de Youngho, un adolescente coreano estresado por la época de los exámenes finales de fin de curso. El día del examen final Youngho se despierta tarde y corre hacia el instituto con el temor de no llegar a tiempo. A la entrada del mismo encuentra una ambulancia y unos cuantos compañeros alrededor husmeando; lo que augura que algo trágico ha ocurrido. Pero no se le da la más mínima importancia y el desarrollo de la jornada sigue con normalidad.
Aunque por los pelos, Youngho llega a su clase a tiempo de empezar el examen. Ahí se nos presenta a la señorita Song, una lolaza oriental que todos hubiéramos querido de profesora en nuestros tiempos de chavalería. Parece ser que la noche de antes Youngho no tomó bebida energética suficiente y durante el mismo examen se queda dormido; sumergiéndose en una terrible pesadilla en la que nuestra profesora (ahora con cierto aspecto demoniaco) nos querrá asesinar a manos de un cuchillo. Comienza así la aventura que tendrá como premisas básicas la supervivencia y la exploración.
El tratamiento del título no es otro que el de un juego en dos dimensiones en el que únicamente avanzaremos de izquierda a derecha, añadiendo a la ecuación la opción de poder entrar en las distintas aulas y habitaciones que conforman el instituto. De hecho, toda la aventura se desarrolla en el mismo, dividido este en 3 bloques (Norte, Oeste y Central) accediendo de uno a otro a través de una puerta de transición. Nuestra mayor amenaza será la señorita Song. Esta aparecerá de manera aleatoria y no podremos enfrentarnos a ella. Una música tensa nos avisará de su presencia y la única opción viable será la de correr para escondernos en uno de los numerosos armarios presentes en la zona o agacharnos en un sitio con la luz apagada aguantando la respiración.
Nuestro personaje cuenta con una linterna para abrirnos paso en la total oscuridad, vida representada por corazones y una barra de stamina que limitará el tiempo que podemos correr sin parar y para aguantar la respiración. Al agotar esta barra nuestro personaje se cansará y la siniestra Song nos matará sin ningún tipo de remordimiento. Además de Song, tendremos algún tipo más de enemigo del tipo cadáver que si pasamos por su lado despertará para darnos un zarpazo (luego desaparecen) o unas “plantas” que lanzan un gas tóxico que nos envenenarán limitándonos la reposición de uno de nuestros corazones de vida.
Para curarnos y reponer la barra de stamina, podemos encontrar en el escenario o bien comprar en una máquina expendedora diversos objetos:
- Botella de agua: recupera una parte de la stamina.
- Bebida Energética: stamina infinita por un tiempo.
- Chocolatinas: recupera un poco de vida.
- Patatas fritas: recupera más vida.
- Sándwiches: recupera gran parte de vida.
- Vendas: corta hemorragias causadas por los tajos de Song.
- Antídotos: nos cura de las intoxicaciones.
Poco más se añade al esquema jugable. Y aunque lo contado puede no sonar mal, el juego funciona a medias. La totalidad de la aventura se reduce a ir de una habitación a otra “looteando” todo lo que veamos hasta el punto en que suena la música de aviso de turno; momento en que buscaremos el armario para escondernos hasta que pase el peligro. Y así, una y otra vez hasta que termine la aventura, que no supera las 5 horas. Esta duración viene alargada por el hecho de que nuestro avance se detendrá tontamente por no haber cogido un determinado objeto en una habitación concreta. También podemos extender esta duración si no ponemos en plan “completistas” y comenzamos a buscar los distintos coleccionables que están presentes en forma de notas escritas escondidas por los escenarios. Un gran problema que tiene el juego es que durante todo su desarrollo no encontramos ningún puzzle que nos haga pensar un poco o ver alguna situación que suponga un reto y que nos saque del monótono “ir de un lado para otro” dando la mala sensación de no existir ningún reto dentro del juego..
En lo que a control se refiere nos encontramos con un esquema muy sencillo pero que no termina de responder tan bien como debería y explicamos por qué. El R1 para encender/apagar la linterna no siempre funciona a la primera y la acción ejecutada con el mando para escondernos (botón A) tampoco responde como debería, lo que provocará en ocasiones una muerte inmerecida que llega a frustrar bastante al jugador.
En el plano técnico, estamos en ante un juego que no puede ocultar sus orígenes honestos, incluso podríamos decir que no se molestas ni siquiera en maquillar ese origen un poco. Se opta por un estilo “cartoon” muy sencillo y estándar. Las distintas habitaciones que recorremos presentan un estilo muy similar entre ellas, casí clonicas, y vemos que no se han esmerado en los detalles que en ellas encontramos, como por ejemplo la misma pantalla de escritorio de Windows en todos y cada uno de los ordenadores que encontramos en cada una de las aulas. Las animaciones de los personajes también pecan de bruscas y muy limitadas. En cuanto al apartado sonoro, resulta ser lo mejor del título, aunque sin pasar de correctos. Podemos destacar del conjunto los ruidos extraños que oímos cuando Song no está acechando y la música psicótica que nos avisa de su presencia. Es realmente la música la que nos pondrá algo tensos.
Añadir que no hay doblaje alguno en ninguno de los personajes y que el título nos llega completamente en inglés; lo cual resiente aún más al título. Este hecho no ayuda a seguir la historia y hará que nos perdamos aún más en el devenir del juego por la razón de que no sabremos muy bien que hacer por no entender el texto. Por suerte el juego incorpora un mapa que en la mayoría de veces nos indica a que habitación hay que ir.
En resumen, “The Coma: Recut” es un juego que no pasa de correcto, con una interesante idea de partida que al final se queda en un juego que se pierde en un sencillo desarrollo que no ofrece ningún reto y que cuenta con algunos fallos en el control, que debido a la sencillez de estos, son imperdonables.
- Sam & Max: The Devil’s Playhouse. Análisis - 17 septiembre, 2024
- Análisis de Hogwarts Legacy - 10 marzo, 2023
- Análisis The Last Of Us Parte I - 12 septiembre, 2022