Análisis de Might & Magic: Clash of Heroes – Definitive Edition

Rol, estrategia, puzles, y vicio puro, en edición definitiva.

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Todos tenemos una lista de juegos que consideramos infravalorados o injustamente olvidados. Y además, es maravilloso que, la mayoría de las veces, apenas hay solapamiento entre los elementos de tu lista y la mía. Esto hace que, cuando tenemos la enorme suerte de toparnos con uno de estos unicornios, tengamos la sensación de que sólo nosotros lo apreciamos y valoramos en la medida que consideramos justa, y el hecho de disfrutarlo como lo hacemos nos hace sentir como una suerte de erudito capaz de contemplar una dimensión de la realidad que le es negada a los demás. Por suerte, algunas veces esta percepción es completamente errónea, y apenas escarbamos un poco, nos damos cuenta de que al otro lado de la pantalla hay todo un ejercito de otros “eruditos” silenciosos, gozándoselo tanto o más que nosotros, que hacen que, gracias a las tanto prosaicas como imprescindibles ventas, el producto trascienda el tiempo y pueda llegar a tener reediciones. Y este es el caso que nos ocupa hoy, alabado sea.

Porque de la mano de los franceses DotEmu nos llega esta llamada “edición definitiva” del juego desarrollado originalmente por Capybara Games para Nintendo DS y cuya primera edición se publicó allá por 2009, en el marco de la famosísima y nunca suficientemente valorada saga Heroes of Might and Magic, como precuela argumental de su quinta entrega numerada. Entrecomillo la denominación de esta versión porque bien se podían haber apuntado a la moda y haberlo llamado “remaster”, o incluso “remake”. El juego ha sido completamente remozado a nivel gráfico, sonoro e incluso de jugabilidad. Se han reequilibrado aspectos de su gameplay, se han añadido características de calidad de vida que, de verdad, resultaban absolutamente necesarias y ya se echaban de menos en el producto original, e incluso se ha balanceado la progresión de dificultad a lo largo de la campaña. Y la conclusión es que esta edición definitiva es, si cabe, y DotEmu ha demostrado que cabe de sobra, aún mejor que la original.

Tras su rimbombante título, Might and Magic: Clash of Heroes – Definitive Edition (no intentéis decirlo en voz alta sin respirar) esconde una propuesta que cautiva por su arrolladora simplicidad. Se trata de un juego de estrategia y puzles con un conjunto de mecánicas muy limitado, y a la vez extraordinariamente bien llevadas a cabo. El personaje al que controlemos en cada momento, así como nuestro equipo, se irán desplazando por puntos discretos repartidos por un mapa compuesto por distintas pantallas. A lo largo de éstas iremos encontrando distintos elementos: PNJs que irán desarrollando la historia, otros que nos ofrecerán misiones secundarias y desafíos especiales, materiales y dinero con los que podremos mejorar nuestro ejército, y diversas localizaciones como santuarios y cuarteles donde reclutar a élites para nuestro ejército, tabernas, cuevas y otros lugares donde tendrán lugar encuentros con variados personajes, que generalmente se resolverán con un combate. El juego tiene también una marcada componente rolera, materializada en la progresión en puntos de vida, ataque, defensa, etc., que irá teniendo nuestro personaje a medida que vaya ganando puntos de experiencia con cada victoria en combate, así como en distintos talismanes y objetos que iremos encontrado a través de la exploración y la culminación de misiones secundarias que nos proporcionarán ventajas de distinta índole en el campo de batalla (más salud, resucitar una vez al quedarnos sin puntos de vida, mejorar la potencia de los ataques combinados, y un largo etcétera).

La premisa de los combates es sencilla: nuestro ejército está formado por distintos tipos de unidades, que además pueden ser de tres colores distintos. Nuestras tropas, así como las de nuestro rival, se distribuyen en un campo de batalla compuesto por casillas organizadas en una rejilla. Para cargar nuestros ataques, de forma que sean lanzados un número de turnos después que depende del tipo de unidad, necesitamos poner juntas unas determinadas unidades, y del mismo color. Lo mismo ocurre cuando queremos establecer estructuras defensivas. Ya está. No hay más. Pues bien, en torno a esto, se desarrolla una experiencia llena de color, de ingenio y de variaciones que no te dejará respirar ni un segundo hasta que te la acabes.

Porque además, Clash of Heroes (venga, va, dejadme llamarlo así nada más, que es más cortito y me tengo que ir a seguir jugando en cuanto acabe esta reseña) es un juego absolutamente ideal, diría que casi exclusivo en su concepción, para consolas portátiles. Sus combates rara vez duran más de 10 minutos, y siendo tan increíblemente satisfactorios, os podéis imaginar hasta qué horas de la madrugada nos puede llevar el efecto de “venga, uno más y lo dejo”.

Y os preguntaréis: pero, ¿y el argumento? ¿De qué va esto? ¿Del espacio, de criaturas submarinas, de mechas? Y mi respuesta es: ¿y qué más da? Siempre que la historia y la ambientación sirvan para soportar una propuesta jugable tan adictiva como la que tenemos entre manos, todo está bien. Fuera de bromas, Clash of Heroes cuenta una historia épica de fantasía medieval de lo más sencilla y directa, muy en la línea de todo el conjunto del título. Como hemos comentado antes, estamos en el universo de Heroes of Might and Magic V, concretamente en el mundo de Ashan, divido en cinco reinos entre los que surgirán tensiones bélicas al compás de una malévola conspiración demoniaca. A lo largo de la campaña, acompañaremos a los distintos héroes abanderados de cada región a luchar por su supervivencia y supremacía, cada uno con sus motivaciones e interrelaciones con los demás reinos. No esperéis una profundidad de la trama al estilo Juego de Tronos o de las historias que se cuentan en la vetusta Valisthea. El argumento y los personajes, como el resto del juego, son sencillos, pero enormemente funcionales, y el rediseño al que han sido sometidos estos últimos le ha sentado a su carisma mejor que bien, conquistándonos tras los primeros turnos que pasemos combatiendo a su lado.

En el apartado artístico, el trabajo de DotEmu para devolver a la vida a los heroes de Ashan es soberbio. La reinterpretación de los personajes del juego original entra por los ojos como cerveza fresquita en verano, y los escenarios reflejan a la perfección la ambientación mágica y fantástica que siempre ha acompañado a la saga Heroes of Might and Magic. Una única pega: el colorido aspecto y algunos diseños le dan al juego una estética que puede tener un cierto aroma a juego de móvil, lo que puede echar para atrás a algunos jugadores a la vista de las capturas de pantalla. Un consejo si os pasa esto: dadle una oportunidad, que este juego es muy guapo. La música, por su parte, es una auténtica gozada, y supone todo un impulso a la épica de los combates. Al nivel de rendimiento, el juego va como la seda, con la excepción de unos tiempos de carga extrañamente dilatados al cambiar de pantalla, y al salir o entrar de un combate. Resulta muy llamativo que estos tiempos de carga den la sensación de ser aún mayores que en el juego original, si bien no los he medido, y puede que sea un “efecto óptico” causado por lo que contrastan con la brillantez del resto de la experiencia.

Voy terminando y resumiendo, que este juego se merece una reseña tan directa y sencilla como él mismo. Might & Magic: Clash of Heroes – Definitive Edition es una auténtica gozada. Me dirijo a ti que aún no lo conoces y que no lo probaste en DS, porque sé que los que sí lo hicieron ya están todos viciándose de nuevo a este jueguito que parece inofensivo pero que no veas cómo engancha. Si te gustan los juegos de estrategia, rol y puzles, los combates por turnos, y por otro lado, si te atraen los juegos que se pueden disfrutar tanto en unos pocos atracones como en muchas sesiones cortas, qué haces que no corres a por él, que además ha salido a un precio muy bueno. Pruébalo y verás: te vas a enganchar como seguramente haga tiempo que no lo haces.