Hombre muerto en una zanja, de Luke Arnold

Hombre muerto en una zanja, de Luke Arnold

12 junio, 2022 0 Por Alberto Martin
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La última sonrisa en Sunder City ya fue toda una sorpresa para servidor: una novela que mezclaba fantasía urbana con novela negra y en la que, sorprendentemente, todo funcionaba a las mil maravillas gracias a la prosa ágil e irónica de Luke Arnold, a un personaje protagonista, Fetch Phillips, absolutamente arrollador, a la construcción de un mundo decadente y oscuro que contrastaba con ese pasado glorioso repleto de magia y criaturas maravillosas.

 

Desde luego, no lo tenía nada fácil para volver a sorprender con esta mezcla tan curioso como bien hilvanada, pero uno debe rendirse ante lo evidente: Hombre muerto en una zanja, la segunda parte de la saga Los archivos de Fetch Phillips, no únicamente iguala la calidad de la primera entrega, sino que la supera en todos los sentidos: su trama, sus personajes, el mundo que nos dibuja… Todo brilla con luz propia en este mundo oscuro y que parece destinado a desaparecer entre terribles estertores y largos lamentos.

 

Para todos aquellos que nos se hubieran leído el primero (cosa que recomiendo encarecidamente para poder entender y disfrutar de esta segunda entrega), Luke Arnold nos presenta Sunder City, una ciudad repleta de calles de mala muerte, tugurios habitados por personajes de dudosa moral… Pero sobre todo es una ciudad, como el mundo en el que está ubicada, en la que tras la Coda la magia ha dejado de existir: muchos de los seres mágicos sufrieron un destino trágico tras aquel suceso y, aquellos que quedaron vivos, malviven en condiciones nada halagüeñas. Sin duda, un punto de partida tan interesante como sugerente y del que Arnold sabe sacar oro, aunque sea embrutecido.

 

Pero no sólo nos ofrece una construcción de mundo absolutamente apabullante y repleta de grandes y pequeñas historias. No. Además nos ofrece un protagonista que, pese a su cinismo y su condición de perdedor (como todo buen investigador de novela negra), nos encandila desde el minuto uno: Fetch está construido con mil y uno matices, dotado con una personalidad que hipnotiza a cualquier lector. Y en esta segunda parte vamos a sufrir constantemente con él, vamos a ser testigos, una y otra vez, de sus luces y sombras. Pero, sobre todo, vamos a tener el corazón en un puño tras cada giro de guion, tras cada esperanza que se hunde en un presente desesperante… Y nunca estaremos cien por cien seguros de si esa luz que se ve al final del pasillo va a ser la puerta de salida.

 

Hombre muerto en una zanja nos presenta a un Fetch enfrascado en la investigación de una serie de muertes que parecen perpetradas con magia: algo totalmente imposible puesto que la magia ha dejado de existir… ¿o no? Luke Arnold, junto a un argumento que no pierde fuelle ni ritmo, sino que va in crescendo de forma vertiginosa, nos propone una galería de secundarios brillantes y excepcionales, que enriquecen la trama y que dan nuevas pinceladas al viaje del (anti)héroe. Y ante todo, también, es una clara y acertada reflexión sobre el papel que toma la ciencia tras la desaparición de la magia: no hace falta ir muy lejos para encontrar los símiles con nuestra época y entender los peligros de la sacralización de la tecnología.

 

Así pues, con esta segunda entrega, Luke Arnold se consolida como un narrador talentoso que lleva esta hibridación de géneros un paso más allá. A través de una prosa prístina, irónica y emotiva, desarrolla y expande las premisas de La última sonrisa de Sunder City y nos lleva por caminos y callejuelas que jamás habríamos podido imaginar. Es cierto que en Sunder City la magia parece haber desaparecido, pero desde luego no hay duda de que Arnold sabe crearla: Hombre muerto en una zanja es pura magia literaria. Una delicia que, como siempre, viene en una edición maravillosa de Gamon Fantasy. No sé ustedes, pero yo me muero de ganas de zambullirme de nuevo en Sunder City… y más allá.

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