Análisis Biomutant

Análisis Biomutant

1 junio, 2021 0 Por Jaime Brotons
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Me enfrento a este análisis con el cuerpo raro, porque no es fácil reseñar un juego que esperaba tanto, del que esperaba tanto, y que sabes, por lo que has visto y leído, y ahora jugado, que no ha salido bien. Porque querer que algo me guste, o creer que me va a gustar, no es suficiente para que lo haga, y mucho menos para decirle a un periodista que ha hecho mal su trabajo. Ya me he enfrentado en ocasiones anteriores a casos parecidos, pero para nada iguales, como No Man’s Sky, Fallout 76 o Anthem. Y digo parecidos por el hecho de que las expectativas se han visto sobrepasadas por mucho por la calidad final del producto en su lanzamiento, y esto no es sólo culpa de uno mismo. Y diferentes porque, pese a sus fallos, estos tres títulos son tres producciones muy disfrutables, dos de ellas provenientes de estudios enormes, y dos de ellas con un apoyo post lanzamiento que ha conseguido que ahora sean mucho más y mejor de lo que fueron cuando salieron a la venta. Por desgracia, no creo que este sea el futuro de Biomutant, aunque ojalá me equivoque porque de algún modo, también lo estoy disfrutando.

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Biomutant es una aventura de acción en mundo abierto, que combina elementos de hack and slash con RPG, en la que nosotros seremos un pequeño roedor/marsupial mutante que tendrá que salvar el Árbol de la Vida de unas bestias gigantes llamadas devoramundos, nombre muy buen puesto por cierto, ya que estos monstruos quieren destruir las raíces del árbol, que es lo único que mantiene con vida nuestro planeta. Mientras, diferentes tribus de mutantes están en guerra en lo que queda de un mundo postapocalíptico tan bello como enfermo, causa de una catástrofe tiempo ha.

En relación a estas guerras tribales que os comento, creo que es uno de los pocos aciertos del juego, tanto por las opciones que tenemos a la hora de elegir lo que sucede en la historia, como a nivel jugable. Y la verdad, las conquistas de los puestos de avanzada enemigos, pese a ser prácticamente clónicas, me han parecido súper entretenidas, y aportan variedad a base de trampas que destruir, pequeños puzles que resolver, y algún que otro enfrentamiento interesante, además de la recompensa en forma de objeto icónico de la tribu que acabamos de derrotar, y la más que satisfactoria sensación de progreso en el mapa ganando territorio para la causa. Como también resulta igual de reconfortante notar que tu personaje mejora, tanto en equipamiento como en características, técnicas y poderes. En este sentido, Biomutant lo hace relativamente bien. Realmente lo relacionado con el roleo, no está del todo mal, las opciones de respuesta en los diálogos, que no siempre son evidentes, la bifurcación de las misiones que van amoldando la historia a nuestra partida, y en general como digo, casi todo lo que es RPG funciona, o por lo menos a mí me funciona.

No les ha quedado tan bien por ejemplo lo relativo a la artesanía, creación y mejora de equipo. Cuando consigáis un buen set de armadura, y unas buenas armas, vais a tardar muchísimo tiempo en encontrar algo mejor, y cuando por fin lo encontráis, a través de recompensas o explorando las ruinas del gran mundo de Biomutant, seguramente os falten varios niveles hasta poder utilizarlo. Es increíble la cantidad de chatarra inútil que vamos a acumular, ya no sólo materiales de fabricación, sino directamente equipamiento y armas que no nos sirven absolutamente de nada, más allá de para desguazarlas y usar sus materiales para tratar de fabricar algo nuevo que podamos usar, o para mejorar lo que ya tenemos. Yo mismo por ejemplo encontré un casco de pato metálico muy al principio de la aventura, y que además estéticamente mola, y todavía no la he cambiado, llevando ya un buen montón de horas invertidas.

Otra cosa que me ha gustado moderadamente, es el hecho de conseguir diferentes vehículos como la moto de agua, nuestro mecha, o las monturas cuadrúpedas, desde una especie de cabra gigante hasta un caballo metálico, ya que todos aportan variedad jugable, sobre todo el mecha, y además son necesarios para avanzar en la historia de los Devoramundos. A esto habría que sumarle las mejoras de nuestro autómata, un pequeño grillo mecánico que nos acompaña, y que será nuestro complemento perfecto para curarnos, ayudarnos en combate convirtiéndose en torreta, o por ejemplo haciendo más versátiles nuestros viajes al poder convertirse en una especie de ala delta (o paravela). La forma de conseguir estas mejoras, los espejismos, ya es otro jardín, que de momento no quiero pisar.

Desde luego este es un juego me tiene desconcertado. Pensaba que los biomutantes me iban a encantar, me parecerían preciosos, y asquerosamente adorables o temibles, pero nada más lejos de la realidad. Por lo general, las criaturas que pueblan el mundo de Biomutant, exceptuando algún monstruo, son espantosas y carentes de personalidad. El primer chasco al respecto llegó con el extraño editor de personaje. Y es que a los amigos de Experiment 101 no se les ocurrió nada mejor para crear a nuestro biomutante que, en lugar de usar el sistema habitual para elegir los puntos de característica y los rasgos estéticos, tenemos que lidiar con una imprecisa esfera por la que nos movemos mediante el stick analógico, obteniendo unos resultados espeluznantes. Y digo yo, para hacer esto, quítame la opción de crear a mi furbo y  deja por defecto uno que esté bien hecho, como el que da imagen al juego, el gatete de la portada, vaya. Mención especial para los colores del pelaje, no he sabido encontrar una combinación que quedara medianamente bien. Terrible.

Y ojo que Biomutant gráficamente no es un mal juego, tiene una dirección artística muy acertada. Y pese a tener cosas bastante feas,  el mundo es atractivo, colorido, está bien diseñado, las hojas se mueven, hay variedad de entornos, así como una buena iluminación que maquilla parcialmente las carencias en texturas que sufren ciertos elementos de este gran mundo. Grande sí, pero es un mundo vacío y nada interactivo, otro de los problemas gordos del juego, y una de las eternas dudas que asolan a los analistas y jugadores en la última década. ¿Para qué quiero un mapa de estas dimensiones si no puedo hacer nada? Porque amigos, decir que un juego es enorme y con muchísimas posibilidades, es como decir que con un saco de arroz seguro que puedes hacer unas paellas increíbles. Y claro, para hacer esos manjares con denominación de origen, necesitas ingredientes, tiempo y mano con el fuego, tres cosas que yo no he sabido ver en Biomutant. Pero igualmente, me como el plato.

Otra parcela en la que también tenemos un claro suspenso es en el apartado sonoro, y esto lo escribo mientras tengo puesta de fondo su banda sonora de corte oriental. La música es un absoluto desastre, ya no porque sea mala, que tiene piezas muy bonitas, sino porque resulta totalmente intrascendente y bastante limitada, además de estar metida regular. El doblaje es directamente malo. Quién me iba a decir a mí que esa aterciopelada voz que nos recibe en la pantalla de inicio con un solemne, “Bienvenido a Biomutant”, sería la misma que iba a terminar aborreciendo unas cuantas horas (no muchas) después. Y es que, además de ser la única voz inteligible que nos acompañará durante toda esta aventura, ya que los biomutantes tienen su propio “idioma” inventado, resulta que la forma de narrar es la de un documental de animalicos, que para dos horas está muy bien (más aún si son las de la siesta), pero para cuarenta horas… Os aseguro que acabaréis queriendo estrangular, o más fácil, cambiar el idioma al actor de doblaje. Por si esto fuera poco, me da la sensación de que faltan pistas de audio. Hay golpes, disparos, explosiones, efectos de salto, o por ejemplo de viento, que no suenan. Es extraño, y queda mal, sobre todo en los combates, donde les resta contundencia y espectacularidad, algo que hace mucha falta.

En lo referente al combate, que debería ser uno de los puntos fuertes del juego, echo de menos más combos, o más que sirvan para algo, porque habiendo cierta variedad de combinaciones, poderes y armas, sin volvernos locos, al final hacer el combate más o menos variado, o más o menos entretenido depende más de nosotros, y de lo que queramos complicárnoslo introduciendo diferentes elementos, que del juego en sí, que en este sentido aprueba por los pelos, resultando por lo general todo muy simple, y radicando su dificultad únicamente en llegar con el nivel adecuado a ese enfrentamiento contra un jefazo, porque los enemigos intermedios sólo precisan algo de paciencia esquivando, pero todos acaban cayendo con mayor o menor facilidad. Lo cual me parece bastante grave teniendo en cuenta que es un juego básicamente de partirse la cara. En definitiva, si ponemos de nuestra parte Biomutant puede ser un hack and slash muy divertido, pero lo cierto es que se puede quedar en un simple “machacabotones”.

Podría haber comentado muchos más aspectos negativos como los problemas de popping, lo ridículamente sencillos y repetitivos que son los puzles, las escenas de vídeo y los diálogos, la nefasta IA enemiga, escasa variedad de enemigos, o lo extremadamente sencillo que resulta el juego, en el que un servidor, que es más torpe jugando que escribiendo, no ha muerto todavía en combate. Sí lo he hecho por ejemplo en zonas a las que no podemos acceder “a pelo” porque están contaminadas de radiación, heladas, o sometidas a temperaturas muy elevadas, además de haber muerto también en el agua, claro está, porque en este juego nuestra técnica y aguante nadando le puede mirar a la cara a Eric Moussambani  sin sonrojarse.

¿Pero sabéis qué? Que pese a todas las cosas negativas que le veo y que os he intentado explicar, lo cierto es que por alguna extraña razón sigo jugando a Biomutant. Y digo extraña porque, y esto lo digo con una mano en el corazón y sin ningún atisbo de odio, Biomutant es un juego que está MAL hecho, aunque dentro de ese desastre de desarrollo que imagino que ha tenido, ese exceso de ambición sin disponer ni del talento, ni del dinero, ni de la mano de obra necesaria para llevar a cabo lo que pretendía Experiment 101, veo que hay buenas ideas, percibo cariño en lo poco salvable que considero que tiene el juego. Os aseguro que si me estuviera aburriendo, o me pareciera una tomadura de pelo, o algo injugable y roto, ya lo habría abandonado, como lo hice en su día con Elex o Extintction. Pero es que Biomutant me hace pasar un buen rato, es ágil y divertido moverse por el mundo postapocalíptico que nos plantean, aunque sus pocas fases de plataformeo sean un auténtico espanto. Me gusta desbloquear monturas y vehículos, disfruto explorando las ruinas de la antigua civilización del mundo, aunque siempre me ofrezca lo mismo, y sin ser yo un jugador completista, no me importa realizar misiones secundarias porque pese a no ser gran cosa en cuanto a complejidad y profundidad, son rápidas y directas, al igual que sus combates.

Biomutant tendrá muchas carencias y errores, que tal vez algún día se corrijan a base de parches y mucho trabajo, pero ha conseguido algo que no todos logran, tenerme enganchado al mando un buen puñado de horas y no querer soltarlo. Y es que en estos tiempos que corren, que un juego te entretenga, aunque no te entusiasme no es poca cosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

Biomutant

5.3

Historia

5.0/10

Jugabilidad

6.0/10

Diseño Artístico

7.0/10

Diseño de Sonido

3.0/10

A Favor

  • Un mundo precioso
  • La sensación de progreso
  • Las diferentes formas de resolver las guerras tribales

En Contra

  • Un mundo vacío y repetitivo
  • El combate y los puzzles simplones
  • Las cinemáticas y el sonido