Nintendo, gracias por enseñarme cómo no quiero que me quieran

Nintendo, gracias por enseñarme cómo no quiero que me quieran

6 octubre, 2025 0 Por Oscar Garcia

Subida del precio de los juegos, descuidadas reediciones de juegos clásicos a precios de juego completo, mutilación de juegos para vender luego dlc, empuje casi obligado al formato digital… estas y otras muchas políticas son las que los usuarios de consolas hemos viniendo sufriendo desde hace algunos años por parte de las distintas marcas. Pero había una compañía que se resistía de manera más o menos estoica, cual irreductibles galos como escribía Albert Uderzo, a introducir estas practicas abusivas a sus usuarios.

Nintendo, hasta hace unos pocos años, ha sido una empresa que se erigía como el ultimo bastión en el que los usuarios “tradicionales” podían refugiarse. La gran N se aferraba a un tiempo que creíamos mejor, en el que los juegos se lanzaban terminados y pulidos, sin necesidad de parches día 1, se apostaba de manera fiel por el formato físico, donde se anteponía la diversión por encima de la potencia, pero sobre todo, era una marca a la que el usuario le importaba tanto como su cartera. Y es que Nintendo ha sido una compañía que era fiel, más o menos, a al espíritu de la empresa juguetera que un día fue. Su videojuegos buscaban la innovación, creatividad y calidad por encima de cualquier otro aspecto del producto y cuyo fin ultimo era el de sorprender y divertir. A ver, es cierto que no estabamos libes de sufrir alguna que otra «nintendada» pero no era lo habitual. Esa política se potenció con la llegada al «poder» de Satoru Iwata. La entrada del cuarto CEO de Nintendo supuso un antes y un después dentro de la empresa. En primer lugar por ser el primer presidente que no pertenecía a la familia que fundó la empresa a finales de los años ochenta, pero sobre todo por representar esa maravillosa utopía en la que los «jugadores tomaban el mando», por que Satoru Iwata era, ante todo, un apasionado de los videojuegos.

La llegada de Iwata sucedió en un momento difícil para la compañía tras el fracaso de su Game Cube. Iwata no entendía de excels, al menos no demasiado, pero si que tenía claro que las consolas Nintendo, buscando desbancar a sus contrincantes, habían dejado de ser lo que eran en esencia, juguetes para toda la familia. Quería recuperar la sencillez de las bajaras hanafuda, comprabas una baraja y acto seguido ya podías jugar, no importaba tu edad ni si nunca antes habías jugado con ellas, eran algo accesible para toda la familia. Un concepto que Iwata quiso recuperar y para ello recurrió a Gunpei Yokoi, padre de Game Boy, y a su «Pensamiento Lateral con Tecnología Marchita». El gran genio de Nintendo apostaba que la respuesta a las necesidades de la empresa se encontraban en saber usar tecnología que el resto de compañías habían desechado y darles un uso totalmente innovador. Con este pensamiento se podía crear hardware muy económico pero que supusiera un revulsivo en el mercado. Así nació una superventas como GameBoy y así nace, de mano de Iwata, la consola que pondría patas arriba el mundo de los videojugeos, Nintendo Wii, Nintendo DS y, de manera póstuma, Nintendo Switch. Consolas que tecnológicamente nacían obsoletas pero que lo apostaban  todo por la diversión. Juegos que año tras año eran aspirantes a los Goty sin necesidad de DLC, ni pases de temporada, sin necesidad de online para funcionar y por supuesto juegos que eran nuestros, no una licencia digital que vaya usted a saber cuando dejará de funcionar. Y mire usted por donde, la época en la que más dinero ha ganado Nintendo y mejor le ha ido al usuario ha sido esa.

Seguro que también te interesa nuestra review de Cronos: The New Dawn

Este pequeño repaso a la historia reciente de la compañía no es baladí ya que quiero poner contexto lo fue y lo que es. Porque la inesperada muerte de Iwata dejo la puerta de la empresa abierta a otro tipo de lideres, a los cracks de las excels, es decir, a los contables. Tatsumi Kimishima y Shuntaro Furukawa, quinto y sexto CEO de la empresa, son perfiles totalmente opuestos a la tradición de la empresa, no son desarrolladores, ni jugadores y ni siquiera apasionados del medio, son banqueros. Y esto no lo digo de manera despectiva, es que literalmente se dedicaban a eso, Kimisima trabajó durante casi 30 años en el Banco Sanwa de Japón antes de entrar a Nintendo y por su parte Furukawa era contable dentro de la compañía. Con estos dirigentes Nintendo da el paso a la «next gen» y empieza dar muestras de «la mentalidad de tiburón» ya en Switch, recordemos que fue una consola ideada por Iwata pero exprimida por Kimishima, con supuestas remasterizaciones que no eran más que roms adaptadas o politcas del servicio online bastante cuestionables. Pero no ha sido hasta el lanzamiento de Switch 2 donde Nintendo ha entrado en la novena generación,  como se diría coloquialmente, como un elefante en una cacharrería.

El atropello al usuario ha comenzado desde el mismo concepto de la consola. Es cierto que vuelve a usar la idea, acertada, de recuperar hardware ya superado pero en lugar de usarlo para crear una consola accesible como fue Game Boy o la propia Switch, la Nintendo de Furukawa ha optado por venderla a precio de hardware actual. Switch 2 ya no es una consola familiar que podías comprar para «jugar con tus críos» o para usarla como consola secundaría. Switch 2 se ha lanzado con precio de producto premium, algo que realmente no es y sienta un peligroso precedente ya que al obligar al usuario a pagar caro por tecnología desfasada hace que el resto de marcas que venden tecnología actual se vean validadas a cobrar más por su hardware, de hecho Sony ya ha subido, otra vez, el precio de su Play 5. Y los abusos no paran ahí. Amibos a 50€, un botón en la propia consola (el de chat) que solo funciona si estas suscrito, 80€ por un accesorio que necesita de suscripción online para funcionar, remakes a precios más abusivos que nunca, actualizaciones dentro del juego bloqueadas para que solo se puedan usar en temporadas atadas a suscripciones online… Toda una cadena de tropelías hacía el usuario que vienen enmascaradas, la gran mayoría de ellas, bajo el disfraz de la «nostalgia» pero que no son más que un paywall que la marca a levantado y que el usuario se verá obligado a superar si quiere jugar de nuevo a sus IP. Juegos por cierto que también han subido de precio pero que no vienen acompañados de una subida en calidad.

Suscríbete a nuestro canal de Youtube

Nintendo, ahora dirigida desde una tabla de excel en lugar desde un sillón de programador, esta enfocada a conseguir que la casilla de beneficios sea lo más abultada posible y para ello en lugar de lograrlo como lo hizo Iwata, con creatividad, amor y buenas ideas, lo esta intentado copiando lo peor  de las otras grandes marcas, Sony y Microsoft, y esta demostrando que puede hacerlo incluso peor que ellas. Lo que más me preocupa es que Nintendo, con Furukawa a la cabeza, no parece ver es que este tipo de estrategias tienen «las patas muy cortas», es cierto que dan beneficios pero también desgasta a su usuario y solo tiene que ver el panorama de las mismas consolas de las que esta copiando esas artes, con una Microsoft que ya es más que palpable que ha matado su propia consola y enterrado su marca o una Sony que pese a conseguir liquidar a su competencia directa no consigue superar a en ventas a sus anteriores modelos. Nintendo, si esta es la forma que tienes de demostrar tu amor y respeto por el usuario…. gracias por enseñarme cómo no quiero que me quieran.

Oscar Garcia