Final Fantasy VII. El juego que lo cambió todo.
3 diciembre, 2024Gracias por tantos recuerdos, Cloud, Aeris y compañía
En la, ya no tan joven, industria del entretenimiento digital existen cientos de títulos que han influido, de una forma u otra, en la manera de hacer los juegos. Algunos dejaron su huella por la introducción de nuevas mecánicas, otros por lo arriesgado de su planteamiento y otros por la calidad de sus historias. Otros títulos, muchos menos, no solo influyeron en la manera de hacer los juegos sino que fueron un paso más haya definiendo un genero por completo, e incluso, creando uno propio. No podemos imaginar el plataformas 2D actual sin que pensemos en el Super Mario que se lanzó en NES en 1983, ni los plataformas 3D sin referirnos a Mario 64 como su piedra angular. Pero hay otros títulos que no solo dejaron una huella imborrable en el genero al que pertenecían, redefiniéndolo por completo, si no que lograron modificar la industria del videojuego para siempre. De este tipo de juegos solo hay un puñado y el mayor exponente de todos es Final Fantasy VII. El juego que lanzó Square para PSX en 1997 no solo era la primera entrega 3D de la franquicia si no que trajo con sigo una serie de cambios que no solo permearon en todas las capas del videojuego si no que traspasaron las pantallas para dejar en su impronta en millones de jugadores.
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La quinta generación de consolas arrancaba con la brillante y excitante promesa de la inmersión del jugador en mundos completamente 3D. Los estudios, tanto First Party como externos, andaban debandose los sesos para llevar sus exitosas franquicias, los que las tenían, al terreno de las 3D y no morir en el intento. Un salto bastante complejo, ya no solo por la dificultad técnica que conllevaba el lidiar con polígonos tan afilados que podían sacarte un ojo, si no por el salto “jugable” al que tenía que hacer frente el propio jugador para adaptarse a este nuevo mundo tridimensional lleno, según nos decían, de posibilidades. Square fue una de estas empresas y para dar este salto generacional, el mayor hasta la fecha, puso a Hironobu Sakaguchi a trabajar en la siguiente entrega de su IP estrella, Final Fantasy XVII. Y por mucho empeño, dedicación y pasión que este hombre, y su equipo, le pusieran dudo mucho que ninguno de ellos pensará, ni por un momento, que estaban creando un juego que terminaría siendo determinante dentro del catalogo de PSX y que sentaría las bases de lo que seria el JRPG moderno. Y no tan solo hay que detenerse ahí ya que el juego de Square daba el pistoletazo de salida a las grandes superproducciones en los videojuegos.
Son varios los factores de los que vamos a hablar y que apuntalan a Final Fantasy XVII en esta posición. Para empezar por lo más evidente, Square fue pionero en el uso de gráficos 3D en un entorno hecho con fondos pre-renderizados. Pese a que ya habían algunos juegos que usaban esta técnica, la escala en la que la usaba el equipo de Sakaguchi para crear el mundo Gaia permitió una experiencia visual sin precedentes. La capacidad de poder usar un lenguaje más cercano al cinematográfico, gracias al uso de secuencias cinemáticas y escenas de video FMV, elevaron la narrativa visual de la obra a un nivel que nunca se había visto antes dejando anticuados, con tan solo 2 años de generación, a todos los JRPG publicados en ese momento y a los que ya estaban en desarrollo en el instante de su salida a la venta. Pero no era solo la manera en la que veíamos el juego sino también en la que se podía jugar. A la posibilidad de explorar un enorme mundo 3D se unía el nuevo sistema de materias creado expresamente para la ocasión. Gracias a este nuevo sistema el jugador podía personalizar a sus personajes y crear estrategias de combates sin precedentes en el combate por turnos. Localizaciones míticas llenas de personajes carismáticos y que nos ofrecían unas misiones secundarias que realmente aportaban contenido a la historia daban una vuelta de tuerca a un genero, el de los JRPG, que parecía estancado y sin ideas desde hace mucho tiempo.
Pero un gran apartado artístico o una experiencia jugable innovadora no sirven de nada si no se tiene una buena historia que contar. Kazushige Nojima crea una de las historias más complejas, si no la más, que se habían jugado antes en un videojuego. Poblada de personajes profundos, llenos de aristas y que eran capaces de abordar temas maduros y oscuros alejados de las historias infantiles, principalmente arraigadas en el mito de la damisela en apuros, que solían predominar en los videojuegos y sin miedo a tocar temas como el terrorismo, el corporativismo o el cambio climático. La historia de Cloud y Sephiroth impacto de manera única en un jugador que no esta acostumbrado a vivir este tipo de épicas en un videojuego, tanto es así que la conexión emocional que se creó en los niños que lo jugaron en su día permanece viva a día de hoy. Parte de culpa en esto la tiene Nobuo Uematsu ya que los momentos con carga más emocional iban acompañados de sus composiciones. Uematsu crea para la ocasión la que es considerada aun a día de hoy la mejor banda sonora de creada para un videojuego. Sus melodías no solo complementan la potente historia del guion de Nojima si no que, junto con las nuevas secuencias cinematograficas, creaba momentos épicos que arraigaban en los jugadores y que se establecían como iconos culturales.
Es imposible negar la importancia de Final Fantsy XVII, incluso para los que, como yo, no es su Final Fantasy favorito. La obra maestra de Sakaguchi marcó cientos de hitos, fue no solo un gran éxito de ventas, sino que tuvo un impacto sin precedentes en la cultura del momento. Cambió y sentó las bases del JRPG moderno y fue causante de introducir, de forma masiva, al jugador occidental en los JRPG, popularizando así un genero que hasta ese momento era un gran desconocido. Puso la primera piedra de la narrativa moderna en los videojuegos, su manera de contar historias se mantuvo durante generaciones y es una de las obras clave por las que hoy en día el videojuego se puede llegar a considerar un arte. Estableció los nuevos estándares de calidad en términos de narrativa, gráficos, música, jugabilidad y su influencia ha sido clave en el desarrollo de cientos de juegos que aparecieron posteriormente llegando incluso a poderse notar en juegos actuales, 29 años después de su lanzamiento, y ha conseguido permear en la cultura popular llegando a convertir a sus protagonistas en auténticos iconos POP. Hay demasiadas cosas que agradecerle a Final Fantasy VII y este pequeño articulo apenas rasca la superficie del iceberg de su importancia pero al menos es la manera que tiene Noespaisparafrikis.com, y este simple señor de Murcia, de hacerlo. Larga vida a Final Fantasy VII y por otros 29 años de recuerdos.
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