The Sinking City

The Sinking City

14 julio, 2019 0 Por furgonetero
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Análisis para Xbox One

Escribo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi provisión de droga, que es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando más esta tortura; me arrojaré desde esta ventana de la buhardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclavitud a la morfina, no me considero un débil ni un degenerado. Cuando hayan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quizá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué tengo que buscar el olvido o la muerte.

Dagón – H.P. Lovecraft

En NoesPaísparaFrikis.com, hemos tenido la oportunidad de jugar a “The Sinking City” el juego de acción, aventura y misterio en tercera persona con elementos de “Sandbox”, desarrollado por Frogwares y publicado por Bigben Interactive para PC, PlayStation 4 y Xbox One, y para inaugurarme como colaboradora en esta casa me sumergiré de lleno a analizar la edición de Xbox One. The Sinking City adapta, en su mayoría, obras de HP Lovecraft, pero no contentos con materializar de forma notable los relatos del maestro de Providence, la gente de Frogwares nos regalan una infinidad de referencias a autores y personajes de todo el círculo Lovecraftiano, como Chambers o Bierce por citar  algunos . Así que espero estéis listos para vivir la aventura del detective Reed tras las pistas de los tentáculos.

Si bien es cierto que han sido muchos los intentos por adaptar el universo ficticio de los Mitos de Cthulhu a diversos ámbitos de la industria de entretenimiento audiovisual, todo aquel que se haya acercado al trabajo de HP Lovecraft sabe de sobra que no es tarea fácil adaptarlas a un videojuego sin quedar en lo superficial de recrear atmósferas o aprovecharse de la imaginería creados por el maestro de Providence. Pero muy pocos han sido los que se han atrevido a profundizar de manera afortunada, o al menos intentarlo, como es el caso de “The Sinking City”; que aunque inevitablemente cae en el error de apresurarse en meternos de lleno en el estado de ánimo de nuestro protagonista, se esfuerza darle un buen trasfondo con notable éxito. No debe ser sencilla la tarea de transmitir los terroríficos elementos de los relatos originales: esas  pequeñas ciudades de los años 20 en el noreste de los Estados Unidos, la inminente presencia de las entidades en las profundidades del mar y los innsmouthianos (criaturas que son mitad humanos, mitad peces), los mitos y también personajes extravagantes.

Ambientado en la ficticia ciudad de Oakmont (Massachusetts), un lugar que no está marcado en los mapas y son pocas las personas que saben cómo encontrarlo debido a su lejanía en la década de 1920, la historia sigue al investigador privado y veterano de guerra Charles W. Reed, único superviviente de un naufragio y cuya cordura iba desvaneciendose por los inquietantes sueños de una enorme criatura con tentáculos y una ciudad sumergida en el agua. Reed establece correspondencia con Johannes Van der Berg, un hombre de carácter cuestionable que se compromete a investigar lo que le aflige. Después de recibir una carta de Van der Berg en la que se refiere a un brote de extrañas visiones en la población general que podría estar relacionada con una devastadora inundación de origen sobrenatural y que ha dejado a la ciudad completamente aislada del resto del país. Van der Berg le recomienda a Reed que viaje a la sombría y opresiva Oakmont que vive en decadencia entre la noche y el atardecer, el epicentro del fenómeno.

Oakmont, es una ciudad en la que abundan los oportunistas de mal corazón, almas torturadas y desesperadas, defensores de vidas que resultan los más miserables y quienes siempre están en busca de alguien para que les haga el trabajo sucio. Una ciudad que también ha estado ligada a una larga historia con lo oculto y muchos de sus ciudadanos no sólo resultan excéntricos sino que en su mayoría son practicantes del ocultismo de manera descarada. Este es el lúgubre escenario donde nuestro recién llegado detective deberá comenzar a seguir las pistas para descubrir la causa de las terribles visiones que lo acosan y el misterio que rodea a la implacable inundación de Oakmont.

En cuanto a la jugabilidad, nos encontramos ante un mundo abierto en una perspectiva en tercera persona. El mundo abierto que plantea “The Sinking City” esta excelentemente presentado pero con la pequeña pega de que solo podemos interactuar con una parte bastante limitada del entorno, con lo cual hace que todo ese detallado mundo se convierta únicamente en un espacio misterioso e intrigante por el que pasar mientras nos dirigimos del punto A al punto B. La ciudad de Oakmont está dividida en siete distritos (Advent, Coverside, Grimhaven Bay, Oldgrove, Reed Heights, Salvation Harbor, and The Shells), todos y cada uno de ellos han sido afectados por la inundación en mayor o menor medida por lo que disponemos de un pequeño bote para movernos entre las calles más inundadas, algunas de ellas podremos atravesarlas nadando pero como el agua está infestada esta osadía dañará no solo nuestra salud sino también la cordura de nuestro personaje, ambas representadas en sendas barras de color rojo para la salud y la otra de azul para la cordura. A nuestra disposición también tendremos herramientas y armas, que en ocasiones debemos usarlas para matar criaturas o incluso disipar alucinaciones, sin embargo, como Oakmont es un lugar aislado y los recursos resultan  cada vez más escasos y con el orden social en completo deterioro, las municiones son utilizadas como moneda de cambio; eso significa que hacer un uso controlado de nuestras municiones será la más sabia de las decisiones. Aún así, tenemos a nuestra disposición elementos que iremos recogiendo en diferentes localizaciones del juego que podremos ir acumulando en nuestro inventario para poder fabricar municiones, trampas, explosivos, botiquín y antipsicóticos, estos últimos muy útiles, ya que aunque nuestra cordura se regenera lentamente por sí sola, la podemos reponer más rápido con el uso de dicho medicamento. Al contrario de lo que ocurre en el caso de nuestra salud que únicamente se regenera con el uso del botiquín.

Además, uno de los recursos más importantes del juego está ligado con la cordura, porque aunque Reed puede caminar e interactuar con cosas que están marcadas con un pequeño icono de una mano, sus conocimientos más importantes provienen de su habilidad especial para seguir las pistas de eventos pasados ​​llamado “Ojo de la Mente”, poder desarrollado tras haber sobrevivido a su traumático naufragio. Dicha habilidad va consumiendo lentamente la cordura de Reed y a medida que la cordura de va disminuyendo el entorno comienza a distorsionarse y oscurecerse a su alrededor. Con dicha habilidad es donde entra en juego la forma en que deducimos lo que sucedió en una escena en particular y su puesta en marcha resulta bastante curiosa: primero investigas todas  las evidencias y luego las secuenciamos a través de un recorrido con el ojo de la mente y una vez descubres lo ocurrido todos estos datos se agrupan en el “Palacio de la Mente” donde iremos resolviendo los casos y a partir de ahí se nos añadirán nuevas pistas.

Otro punto a mencionar es el tema del mapa. No disponemos de marcadores automáticos que nos digan “ve a tal sitio y habla con tal personaje”, ya que nuestro protagonista es un detective y lo normal es ser capaz de resolver las cosas por sí solo, por ello lo que nos ofrece el juego son datos que nos dan otros personajes como por ejemplo direcciones del tipo “tal persona que buscas vive en tal distrito , pero no sé exactamente dónde, entre esta carretera entre tal calle y esta otra calle”, es decir, tenemos que abrir el mapa, situarnos en el distrito, buscar los nombres de las calles y añadir manualmente un marcador. Esta es una interesante la mecánica en el sentido de que se adapta completamente al rol de “ser un detective”. Por otra parte lo que menos he disfrutado han sido los combates. Los movimientos de Charles resultan un tanto rígidos e incómodos, ciertamente no recuerda para nada a los movimientos que podrían ser de un ex militar que sabe cómo utilizar  un arma y hablando de armas, estas simplemente no parecen tener ningún impacto real contra los enemigos, me explico, da la sensación que disparar con una escopeta Winchester Modelo 1887 tiene el mismo resultado que disparar con una 38. Siempre, o casi, habrá que usar todos los cartuchos y dada la situación de escasez no es una buena opción.

En el apartado técnico nos encontramos con luces y sombras. Si bien este juego nos plantea un mundo abierto con un estilo visual impactante donde la ciudad de Oakmont, también protagonista del juego, se muestra siempre enigmática y acechadora gracias a un notable trabajo de diseño artística por otro lado se “siente” algo vacía. Ademas encontramos algunas difrencia notables entre texturas y la mayoría de NPC’s se muestran con movimientos demasiado torpes. Pero estamos ante el típico juego en el se debe de afirmar eso de “no todos son gráficos” y al igual que títulos anteriores de Frogwares lo que realmente cuenta es su historia, ambientación, su estilo visual y algunas de sus mecánicas mecánicas. Estos aspectos compensan gran parte de las deficiencias técnicas que se pueden encontrar. En cuanto al diseño de sonido, he de decir que el juego crea una perfecta inmersión a la hora de recrear sonoramente la sensación de humedad, suelos escurridizos y la decadencia de la húmeda ciudad de Oakmont en donde la lluvia no da tregua, incluida la voz que da vida a nuestro personaje. El doblaje de Reed es memorable ya que realmente transmite el tono de un detective sensato que lleva tiempo sin dormir bien y con muy poco humor, ganas y tiempo para los chanchullos…

Como conclusión final Frogwares ha creado un interesante y absorbente mundo de horror, y es deliciosamente rico en historias y construcción de mundos. A pesar de sus defectos, The Sinking City es probablemente, el mejor juego a la hora de recrear los Mitos de Cthulhu hasta el momento, que no es decir poco y encima es sin duda un gran juego de terror y un fascinante RPG detectivesco. Si eres, al igual que yo, un gran amante de Lovecraft y su universo ficticio, sin duda es el juego que querrás jugar y estoy segura de que no te arrepentirás de haberlo hecho. Pero si lo que buscas es un juego de aventura/terror más genérico es posible que no seas capaz de pasar por alto algunas de las carencias que hemos comentado y no puedas disfrutar de todo lo que esta ciudad hundida tiene para ofrecer.

The Sinking City

7.6

Historia

8.0/10

Jugabilidad

7.0/10

Diseño Artístico

7.5/10

Diseño de Sonido

8.0/10

A Favor

  • Es de agradecer el intento de Frogwares en dar profundidad al universo de Lovecraft y presentarnos una historia fiel y digna.
  • Algunas mecánicas resultan realmente hipnóticas y cautivadoras.

En Contra

  • El uso de armas a la hora de enfrentarnos a los monstruos resulta un poco torpe.
  • El mundo abierto tal y como nos lo plantean se queda a medias, por momentos el juego parece vacío.