SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech

Análisis Switch.

Cuéntame un cuento y verás qué contento

Prólogo: de cómo un retoño cambia el plácido destino de nuestro redactor

Y ahí estaba Alberto, nuestro redactor, a punto de empezar a escribir, mejor o peor, una reseña cuando el azar quiso que su joven retoño pusiera las manos en la pantalla del ordenador para impedir que continuara trabajando  y, acto seguido, y viendo que no surtía efecto, las puso en el teclakavsfvñafoinadfvafvdñlkm

– Papá, papá, porfi, es hora de irme a dormir. ¿Me cuentas otra vez ese cuento? El de la guerrera y la maga que luchan contra un temible ejército comandado por…

– Vale, vale, pero antes ve a lavarte los dientes y cuando estés lista, me llamas.

Así, de este modo, sin que nada ni nadie hiciera presagiar los fantásticos y maravillosos sucesos que iban a ser narrados e imaginados por padre e hija, ambos se dispusieron a abrir uno de los cuentos más divertidos y entretenidos que el mundo de la ficción les podía deparar: SteamWorld Quest: Hand of Gilgamech.

Capítulo 1: ¡Más vapor!

¡Qué bello mundo el de SteamWorld! Cualquiera diría, en un profundo extásis tras pasear por su bucólica campiña, que había sido dibujado por la mano de grandes artistas; una preciosa acuarela llena de color y vida. Su luz, la candidez con que los distintos parajes estaban concebidos (desde los más preciosos puebluchos hasta, incluso, las lóbregas celdas de una prisión) por la visión de un creador enamorado de su propia creación.

Y entre tanta belleza, si nos fijamos allí en el camino que se dirige hacia el bosque, entre árboles frondosos y bajo un cálido sol de primavera, veremos aproximarse a Armilly y Copernica, nuestras valerosas e intrépidas protagonistas: vapor, tuercas, engranajes… Nuestras heroínas son mucho más que todo ello: son cándidas y fuertes, alegres y, sobre todo Armilly, un tanto alocadas, sin temor por lo que el futuro les pudiera traer.

“¡Pues menos mal!”, dirán aquellos que conozcan su venideras desventuras: pues al volver de un agradable paseo por el bosque encontrarán su idílico pueblo ocupado por una maligno ejército y a todo el Gremio de grandes Héroes desmantelado y sin uno sólo de ellos allí para defender los hogares repletos de familias asutadas. Con su determinación, y la ayuda de futuros compañeros, la alquimista Copernica y la guerrera Armilly liderarán la lucha por un mundo en paz.

¡Y qué bellamente conversan entre batalla y batalla! ¡Y con qué brío se sucederán sus futuros capítulos! No habrán grandes sustos ni revoluciones, ni en sus bocas fluirán las palabras tal que Shakespeare, pero reiremos con ellas y lucharemos junto a ellas porque su lucha será nuestra lucha. Así que, compañeros de armas, preparaos y templad vuestra bravura, mirad al enemigo cara a cara y gritad conmigo: “¡Más vapor, más tuercas, más engranajes!” Y, sobre todo, “¡MÁS CARTAS PERFORADAS!”

 

 

Capítulo 2: Repartiendo leña, repartiendo cartas

Hagamos un alto en el camino, vaporoso viajero, y detengámonos en una de las particularidades de este mundo antes de continuar el camino con Armilly y Copernica. Además, ahora se han sentado para descansar y hacer la siesta, así que poco ganaremos siguiéndolas tan de cerca…

 

Dicen las viejas escrituras, los antiguos textos del mundo que, desde tiempos inmemoriales, las disputas y peleas siempre se habían dirimido jugando a cartas. ¿Una broma, decís? ¿Que no puede ser cierto? Pues cualquiera que se aproxime a SteamWorld verá de primera mano que todas las peleas se solucionan jugando a cartas. ¿Cómo? ¿La brisca? No, nada de eso, ved y escuchad, pues las reglas son claras y claro es el camino del guerrero templado por la Carta Perforada:

1. Cada contendiente dispondrá, en su mazo, de ocho cartas perforadas en total. Estas serán mezcladas aleatoriamente. Al iniciar la batalla, se repartirán seis cartas, de las cuales se podrán descartar dos para recibir otras dos.

2. En cada turno se podrá hacer uso de tres cartas en total. Si sois venturosos y combináis tres cartas de un mismo personaje podréis obtener una carta bonus con el que podréis realizar una acción extra estipulada por el arma que porte el contendiente.

3. Algunas cartas tendrán el rostros de alguno de nuestros compañeros: si éste actúa antes de dicha carta, podremos obtener un efecto extra. ¡Aprovechadlos!

4. Cada acción básica acumulará un Punto de Vapor que nos permitirán utilizar cartas más potentes y avanzadas que consumen 2, 3, 4 ó 5 Puntos de Vapor. Por ello, ¡pensad si os interesa acumular puntos para en la siguiente tirada realizar acciones más potentes!

5. Habrá cartas marcada con una X. ¿Cartas pornográficas? ¡No! No hay lugar para tales desfachateces aquí: dichas cartas consumirán todos los Puntos de Vapor acumulados y ello aumentará el efecto de dicha carta. Tan útil como peligroso, querido contendiente.

6. Podrá hacerse uso de objetos de curación en el combate, que no acumularán Puntos de Vapor.

 

Códice Real de Batallas y Cartas Perforadas, Tanqus Vapus”

La clave está en que el azar, joven combatiente, no importa a la hora de repartir cartas: lo importante es saber combinar la cartas de las que dispone cada contendiente en un mazo equilibrado. Dispondrás de múltiples cartas que podrás encontrar a lo largo y ancho de este mundo, en cofres que guardarán otros objetos importantes, o superando batallas árduas.  ¡Combina, equilibra, apuesta! No tengas miedo, pues perder una batalla conlleva sabiduría. ¡Lucha, reparte cartas, descarta, combrina y vencerás!

Capítulo 3: Aprendiendo en la lucha los secretos del alma

Armilly y Copernica se desperezaron tras la siesta. Y prosiguieron con su camino, no sin antes encontrarse, por tercera vez, con una extraña señora y su carromato. Ante tal espectáculo,  Armilly, ni corta ni perezosa, decidióse por preguntarle qué hacía allí y por qué las seguía. La respuesta no se hizo esperar:

– Vengo a aprovecharme de vuestra situación. Todo el oro que conseguís tras las batallas, y rebuscando en cada recoveco, quiero que lo utilicéis para comprar mis pócimas y ungüentos que os sanarán en vuestra futura aventura. También os ofreceré armas y accesorios que facilitará vuestro periplo por estas tierras.

Ambas compraron, pues lo que tan descaradamente ofrecía la señora era de utilidad, aunque un tanto caro, todo sea dicho. Compraron sin dudar y continuaron su camino.  Armilly y Copernica sabían que las armas, accesorios y objetos eran importantes, pero de nada servían sin la experiencia que ganaban tras cada combate. Una experiencia que les hacía crecer en todos los sentidos: se sentían más fuertes, más vitales. Capaces, incluso, de superar los retos que se proponían a aquello valientes que se acercaban a los campeonatos del Coliseo: cuanta mayor era la experiencia, más lejos podían llegar en esta competición en la que debían superar rondas y más rondas contra enemigos. Ello no les enseñaría nada nuevo pero les otorgaría oro y armas especiales para completar su odisea personal. ¡Y fama! ¿Quién no quiere fama?

Pero no divaguemos más, pues nuestras heroínas están a punto de…

 

Epílogo: de cómo un retoño da por acabada por hoy la aventura de Armilly y Copernica

El largo bostezo del retoño ya parecía indicar que el sueño ya había vencido. Alberto cerró el libro de Steamworld Quest: Hand of Gilgamech. No sin antes detenerse a mirar el bestiario que aparecía al final, en los anexos: no podía dejar de maravillarse de la imaginación que desprendían pero también lamentaba que no  hubieran más diseños diferentes, pues algunos no eran más que pequeñas variaciones de otros avistados con anterioridad.

Pero nada podía desdibujar la sonrisa al rememorar esa tierna y divertida aventura, escrita con solvencia y con unos combates perfectamente elaborados. Siempre tenía ganas de volver a ese universo, por mucho que cada lectura de cabo a rabo les llevara unas 15 horas.

Alberto tapó a su retoño, le dio las buenas noches y… Volvió a abrir de nuevo Steamworld para disfrutar de otro ratito en ese extraño universo.