Análisis Switch: Sonic Mania, la espera ha merecido la pena
29 agosto, 2017Decir que “Sonic Mania” es el mejor Sonic de los últimos 20 o 25 años o que es “uno de los mejores plataformas de la ultima decada” es algo que no se puede decir a la ligera. Para dar tal afirmación, en mi opinión, hay que tener cierto bagaje…cierta trayectoria. Ojo cuidao! no estoy diciendo que yo sea un experto o un gurú por escribir estas líneas o por pertenecer a un podcast con renombre crea que mi sabiduría es mayor que la de los demás mortales. Solo digo que esa afirmación tiene que ser dicha desde el entendimiento, desde la comprensión, de una saga de juegos que solo se puede tener si la has jugado en su época y dentro del contexto que en ese tiempo tenía y que cuyas sensaciones al jugarla poco o nada tienen que ver con las que se pueden tener al hacerlo desde un emulador o una copia de un store o app de móvil. Y aun así, y a sabiendas que muchos de los redactores y analistas que la escriben no son conscientes de esa realidad pues simplemente no tienen edad para haberla vivido, es un titular que se repite una y otra vez por la web.
Para entender la magnitud de esa afirmación hay que tener en cuenta que desde la salida de Sonic & Knuckles allá por el 1994,hace ya 23 años, no ha habido ningún otro juego del erizo azul que supusiera la misma experiencia jugable que supuso en su día cualquiera de los juegos de esa franquicia aka Sonic 1, 2, CD, 3 & Knuckles. Y no ha sido porque sega no lo haya intentado una y otra vez sacando año tras año títulos de su mascota ya sea en solitario o formando “team up” con algún otro personaje. Es cierto que hay ejemplos del buen hacer de la compañía nipona durante estos años pues tenemos los Sonic Adventure 1 y 2 que fueron un alarde de técnica en su momento o los mas que dignos Sonic Advance que se publicaron en la portátil de Nintendo o mas recientemente los Colors, pero todos ellos se desvanecían bajo la sombra de cualquiera de los 5 gigantes que dieron origen a la saga y no porque sean malos juegos, al contrario son excelentes plataformas, es porque el quinteto primigenio rayaba, nostalgias aparte, la perfección en todos los aspectos.
No han sido años fáciles para los fans de Sega y Sonic, sobre todo de Sonic. No ha sido una espera sencilla, hemos tenido que sufrir aberraciones como el Sonic Unleashed, Sonic el Caballero Oscuro o el lamentable tributo para su veinte cumpleaños que fue Sonic The Hedgehog 2006. Y es que por una razón u otra hemos tenido que esperar a que un fan, Christian Whitehead, se pusiera a hacer sus propias versiones de los clásicos llegando a crear su propio motor denominándolo “Retro Engine”, y que hacían palidecer todos los intentos de Sega que durante 20 años no podía, o sabia, retomar el pulso a una mascota que muchos ya dábamos como cosa perdida.
Y es que el bueno de Christian, a partir de ahora mi amigo Christian, ha conseguido a base de amor, respeto y cariño conseguir devolvernos a los jugones a la época de los 16 bits. Para que volvamos a jugar con esa ilusión y esa media sonrisa al igual que cuando éramos críos y poníamos en marcha nuestra Megadrive. Que mi amigo Christian apela a la nostalgia…pues sí, es un hecho que no se puede negar pero no es menos cierto que también ha creado un juego de plataformas exigente, ágil, variado , muy divertido y que funciona a la perfección y esto amigos míos poco o nada tiene que ver que la nostalgia.
Y es que desde el momento que en el nombre de “SEGA” sale por los altavoces y vemos el logo en pantalla sospechamos que “algo” grande está a punto de suceder y este “algo” se confirma cuando arranca la intro. Una secuencia que es un homenaje al, para mí, el mejor Sonic de todos… el genial “Sonic CD”. A partir de aquí ya no se puede bajar el listón, y el amigo Christian no lo hace.
Sonic Manía no es que sea un homenaje a los juegos de 16 bits….es un juego de 16 bits o al menos juega a serlo. Y nos damos cuenta de ello cuando comenzamos a manejar a Sonic…ahora sí lo han hecho bien. Tan bien que tienes que olvidar el stick y controlar al erizo con la cruceta. El control es magnífico, preciso y también muy natural, todos tenemos interiorizados los movimientos del personaje y por raro que parezca somos conscientes de las limitaciones del erizo y sabemos que salto es una locura intentar y cual no, donde debemos de acelerar o en que lugar ir con más calma, es como si de la última entrega no hubieran pasado 23 años si no solamente un par. El amigo Chris, a estas alturas ya hay confianza, se ha permitido el lujo de agregar un nuevo movimiento al personaje el “drop dash”, una especie de pequeño turbo que podemos hacer tras un salto, y que se integra a la perfección no solo con el personaje si no que a la jugabilidad le viene de perlas.
Su control viene acompañado de un diseño de niveles que esta totalmente a la altura y con todos los componentes que esperábamos encontrar en un juego de Sonic: plataformas, rampas, loopins, trampas, saltos imposibles… Todo está puesto justo en el sitio donde tiene que estar para que el juego tenga la fluidez de la saga principal y donde todos sus antecesores fallaban estrepitosamente. Los niveles están brillantemente planteados conservando esa apariencia de laberinto que tanto nos gusta a los segueros de toda la vida pero siendo ahora tremendamente más verticales que los de antaño y donde la dificultad viene dada por el camino que elijas para llegar al final de la fase, aumentando esta conforme profundizamos, literalmente, en el nivel y llegando a ser endiablada en las profundidades de los niveles acuáticos. Este diseño de niveles añade el plus al poder rejugar el mismo nivel varias veces para descubrir todos los recovecos y ver que una partida es transversalmente diferente a la anterior. Si añadimos a esto la capacidad de jugar no solo con Sonic si no que también con sus amigos Tails y Knuckles (tanto en solitario como en cooperativo), cada uno con sus propias habilidades y junto con los diversos extras a desbloquear la longevidad del título se alarga bastante. Además de lo dicho hay que mencionar que se vuelve a recuperar esa sensación de falsa velocidad que nunca debió perder Sonic, es cierto que los loopins, rampas e impulsores invitan a pasar el nivel de forma alocada pero eso es solo “una sensación”, pues en realidad sólo hay pequeños tramos donde podemos dar rienda suelta a la velocidad del erizo y si queremos pasarnos el nivel sin complicaciones y sin perder nuestros preciosos anillos deberemos andarnos con pies de plomo midiendo cada paso y cada salto.
De las 12 fases que nos encontramos en a lo largo de “Sonic Mania”, 8 de ellas son re-imaginaciones de las que nos encontramos en los juegos de los cuales toma la inspiración. Zonas como Green Hill, Chemical Plant o Flying Battery estan puestas al día y aunque al principio nos pueda parecer que son las mismas a los pocos saltos ya comprobamos que están completamente cambiadas. Por otro lado las 4 nuevas fases conservan el espíritu de la saga del erizo y a la vez son un soplo de aire fresco. Todo esta puesto donde tiene que estar para hacerlas tan trepidantes y divertidas como antaño. Los saltos milimétricos, los enemigos que aparecen de repente, esa escapada en el último segundo o esa maldición cuando pierdes los anillos, todo se adapta perfectamente en estos nuevos niveles y no desentonan ni un ápice. Desde redacción estamos de acuerdo que si un profano en la saga juega no se percatara de cuales son basadas en los originales y cuales son de nuevo cuño. Son la precisión hecha videojuego.
Las pantallas de bonus siguen estando allí esperándonos, encontrándolas esta vez de dos variantes distintas. Por un lado tenemos un claro homenaje a las presentes en “Sonic Cd” y que encontraremos su portal escondido por las fases del juego en donde tendremos que recorrer una pista recogiendo unas bolas azules para ganar velocidad y atrapar un ovni que nos recompensará con nuestra preciada esmeralda. Las otras, accesibles desde los puntos de control siempre que tengamos en nuestro poder mas de 25 anillos, y que son una réplica de las que aparecían en la tercera entrega del erizo y en Knuckles donde tendremos que coger unas bolas azules para conseguir la medalla de oro. Ya avisamos que conseguirlas todas las medallas y todas las esmeraldas es una tarea hercúlea a la par que un autentico quebradero de cabeza.
No podemos olvidarnos de los jefes finales, puestos ahora al final de cada nivel y haciendo la suma nos encontramos con unos nada desdeñables venticinco Bosses. Todos ellos inspirados en los jefes míticos de la saga o incluso haciendo homenajes a juegos clásicos como el maravilloso Dr. Robotnik’s Mean Bean Machine. Un alarde de imaginación y buen gusto acompañado de unas mecánicas que harán de estos enfrentamientos una delicia para todos los jugadores.
A nivel gráfico el juego es poco más que impecable, ver a Sonic en alta definición y en “pixel perfect” es un completo placer. Los diseños de los personajes no se ha variado ni un ápice y las animaciones de los mismos son idénticas a las que nos encontramos en los juegos de la década de los 90. Los escenarios siguen siendo muy coloristas y los fondos igual de sencillos que en la época de los 16bits y ademas no se abusa en exceso de efectos 3D que pudieran desentonar con el espíritu del juego, es cierto, que hay efectos como el de la ola que hacen los anillos cuando nos golpean o la cantidad de capas de profundidad que tienen los escenarios y que era imposible de hacer en una Megadrive pero no destacan sobremanera en el conjunto del juego y todo fluye, como no, en unos endiablados 60 fps.
También quedamos rendidos ante el impecable acabado sonoro del juego a manos de Tee Lopes. Las melodías conservan su alma “chiptune” y nos encontramos con remixes y reinterpretaciones de los temas clásicos ademas de otros compuestos especialmente para los nuevos niveles, todos ellos son pegadizas y pronto andaremos tarareando sin darnos cuenta alguno de sus maravillosos temas. Los efectos de sonido están igual cuidados y parecen extraidos directamente de un cartucho de “Megadrive”.
Dicho todo esto y para no extendernos más en este, ya de por si, largo análisis solo podemos rendirnos ante “Sonic Manía”, estamos ante un juego orgulloso de sus orígenes, que respeta su pasado y que va un pasito mas allá. Un juego que mira a los juegos actuales a los ojos y les dice “Ey estoy aquí para quedarme y voy a aguantar el tipo mas tiempo que tú”, un juego del que solo podemos afirmar que es el MEJOR SONIC DE LOS ULTIMOS 25 AÑOS. El trabajo de Christian Whitehead es digno no solo de admiración sino que se tendría que tomar nota para los títulos venideros y esperamos que el próximo Sonic Forces este a la altura de este tremendo juego, aunque ya os decimos que lo va a tener muy difícil. Da igual la plataforma en el que lo juegues pero no lo dejes pasar por nada del mundo, este es un juego IMPRESCINDIBLE.
- Papetura contará con edición física para PlayStation 5 y Nintendo Switch - 3 julio, 2024
- Razer lanza Xanthus, su nueva linea de ropa - 21 julio, 2023
- Razer presenta los nuevos Razer Cobra - 30 junio, 2023