Análisis Summer in Mara

Por fin llega el verano. Es tiempo de descansar, relajarse, y dedicarse a las tareas del día a día, sin prisa. Todo esto y mucho más es lo que nos propone el estudio valenciano Chibig en su nueva aventura de recolección, crafteo, pesca y exploración para PS4, Nintendo Switch y PC, Summer in Mara, que fue todo un éxito en su financiación a través de Kickstarter. En ella encarnaremos a Koa, una niña que vive en una pequeña isla tropical en compañía de Yaya, una anciana mujer de la raza Qüido, que hará el papel de abuela y mentora mientras aprendemos a cultivar, talar árboles, construir herramientas, cocinar, y avanzar en un mundo de fantasía divertido y entrañable.

La historia nos llevará a recorrer el archipiélago de Mara, en busca de Yaya Haku, que ha desaparecido de forma misteriosa. Una vez reparemos su barco, podremos recorrer las 28 islas distintas que componen el atolón, cada una con una ambientación distinta, y llena de personajes que son puro carisma. Nuestras tareas consistirán en cultivar verduras con las que cocinar, recolectar materiales para fabricar mejores herramientas, pescar, bucear en busca de tesoros ocultos, y relacionarnos con los personajes que vayamos encontrando. Como sus propios desarrolladores indican, disponemos de más de 300 misiones secundarias con las que complementar nuestro viaje por Mara. Sin embargo, la mayoría de ellas son las típicas misiones de “recadero”, que consisten en llevar objetos de un personaje a otro, y que debido a la ausencia de viaje rápido, pueden hacerse algo pesadas y repetitivas al cabo de varias horas. Mejorar nuestra isla será una tarea ardua, ya que tendremos que construir edificios como un establo o un granero con los que progresar y disponer de nuevas opciones de farmeo. El sistema de combate es bastante peculiar, ¡ya que no existe! Todo el juego se desarrolla de forma tranquila, sin luchas ni agobios, por lo que es perfecto para aquellos jugadores que están iniciándose en el mundillo de los videojuegos y todavía no dominan el uso de un mando.

A nivel técnico, nos encontramos con un título que cumple de manera modesta, sin alardes tecnológicos, pero que tampoco lo necesita para emocionarnos. Su apartado gráfico corresponde a una estética cartoon muy colorida, y verdaderamente bonita, con un uso muy inteligente del desenfoque en los fondos para dar profundidad y sensación de calor. Sus modelados son algo simples y de pocos polígonos, y aunque cumplen con su función, se habría agradecido algo más de detalle para alcanzar los estándares actuales. Por el contrario, su rendimiento es excelente. Todo el juego es estable y con una tasa de fps sólida como una roca, ya estemos navegando, corriendo, o picando roca en una mina. También hay que destacar las secuencias de animación que se intercalan para contarnos la historia, que son de una calidad impresionante. En el apartado sonoro, nos encontramos una música ambiental muy tranquila y que casi pasa desapercibida, como debe ser en un juego de estas características. Los efectos de sonido son muy variados, y bien integrados, tanto para el barco como para los distintos animales y personajes. En el tema lingüistico, el juego se encuentra traducido a siete idiomas, incluído el castellano, tanto en su interfaz como en todos los diálogos. Carece de voces, por lo que todos los diálogos se muestran como bocadillos de texto.

En conclusión, un juego tranquilo, bonito, y entretenido.