Spyro Reignited Trilogy. Vuelve el rey de los dragones.

Análisis PS4

Si hace veinte años alguien me dice que iba a estar jugando al primer Spyro de nuevo, al primer título de esta trilogía, probablemente le hubiera borrado de la agenda de mi Nokia 3315 para no mandarle un SMS ni hacerle una perdida nunca más. Pero ay, amigos, cómo cambian las cosas. En esta época en la que conviven nuevas ips, secuelas a paladas y ports/remakes/remasters/whatever, era una cuestión de tiempo que Activision removiera el cajón con la pegatina de “Licencias que trincamos y hundimos en la mierda” y sacara de él a Crash Bandicoot para traernos una edición remozadísima que para sorpresa del que aquí escribe fue un pelotazo en ventas que aún no me termino de creer.

Obviamente, la siguiente licencia del cajón con una trilogía en la primera PlayStation que había sido devaluada con títulos que iban desde reinicios pretendidamente adultos y oscuros hasta colecciones de juguetes que harían las delicias de los más peques y la desdicha de sus padres y sus carteras, es la que hoy nos ocupa. Con una trilogía de juegos desarrollados por Insomniac, hoy en boca de todos gracias a su excelente ‘Marvel’s Spiderman’, Spyro, el emblemático dragoncete morado, llenó un montón de tardes de un montón de chavales que crecieron, crecimos, con una PSX enchufada a la televisión. Y ahora vuelve en sus tres mejores aventuras y con una buena capa de chapa y pintura. Os cuento.

 

Lo primero que llama, y mucho, la atención cuando arrancamos cualquiera de los títulos que componen esta colección, es el renovado apartado gráfico. Los modelados que siguen la estela de cualquier película de animación CGI actual son excelentes, con semblantes enormemente expresivos y animaciones muy fluidas, y además se mueven por escenarios con multitud de elementos nuevos, que los proveen de volumen y cierta verticalidad. Todo ello coloreado en tonos pastel e iluminado de forma cálida para obtener la sensación de que estamos viendo una película de Dreamworks. Mención especial para los dragones que vamos rescatando en el primer título, que pasan de tener cuatro o cinco modelados genéricos a estar creados uno por uno de forma particular, con atuendos y actitudes acorde a su gremio. Un currazo. El enorme mérito obtenido en este apartado se agranda aún más sabiendo que los desarrolladores de esta trilogía, Toys for Bob, han creado todo esto desde cero, ya que el código original ya no existe, por lo que han tenido que jugar el juego de cabo a rabo y recrear cada uno de los assets que identificaban. Trabajito fino, oigan.

 

Claro que no tenían a un equipo de personas jugado al título original. En Toys for Bob tenían lo que ellos mismos llamaron “Spyro-Vision”, que no era otra cosa que un autómata que jugaba a los juegos originales en un emulador de PC e iba tomando métricas de todas y cada una de las cosas que ocurrían en pantalla, desde la distancia del salto, la posición en la que Spyro se encuentra en el séptimo frame de su walking-cycle, las coordenadas en las que los enemigos se mueven… creo que os podéis hacer una idea. Y es que sólo sabiendo esto se entiende la absoluta fidelidad con la que se han recreado las tres aventuras originales, con sus tremendos aciertos, aunque desgraciadamente, también con sus contrapartidas. Y es que los jugos son exactamente iguales a los que vimos hace veinte años y esto se nota. Se nota en una mecánica de salto extraña que a veces nos juega malas pasadas en las secciones más plataformeras. Se nota en unos jefes finales con muy muy poca chicha. Y sobre todo se nota en una primera entrega con fases demasiado planas y repetitivas. Todas las fases del Spyro the Dragon original consisten en buscar dragones, matar a todos los enemigos para obtener todos los tesoros y encontrar los huevos. Es una fórmula que se agota rápido y de la que sólo nos sacan las fases de vuelo, que no son precisamente la panacea. Afortunadamente, la segunda entrega varió este esquema, añadiendo fases con zonas inaccesibles en principio, que obligaban a ser revisitadas una vez se hubieran obtenido ciertas habilidades, y con misiones integradas en las mismas fases. Esto resta variedad a los escenarios pero añade mucha variedad de mecánicas, y da cohesión a cada una de ellas dentro de la fase. Esto alcanza su cénit en la tercera entrega, que añade la posibilidad de jugar con varios personajes en unos escenarios mucho más grandes, variados y complejos.

 

Así pues, aunque tengamos la parte mala de la trilogía, este pack sirve de testigo de la evolución de la saga y de Insomniac a la hora de diseñar y proponer desafíos al jugador, y esto, amiguetes, también tiene un gran valor.

 Por último, pero no por ello menos importante, quería hablar de la revisión que se ha hecho de la música. Y es que al no existir, de nuevo, el código original, los músicos de Toys for Bob han tenido que reimaginar la música escuchando la de los juegos al reproducirse e intuir los instrumentos para recomponer una suerte de reinterpretación de las melodías a las que, además, han añadido varias capas para diferenciar las melodías que cambian dinámicamente según estemos en interiores, exteriores, o enfrentándonos a enemigos. Esta opción además, se puede desactivar en el menú para jugar con nuestra melodía estática de toda la vida. Además, se pusieron en contacto con el compositor de la banda sonora original, Stewart Copeland, para que les hiciera el tema que suena el en menú de selección de juego, y que viene a ser una remezcla de los tres title theme originales. Ahí es nada.

 

Spyro Reignited Trilogy es un muy buen exponente de esto que los que me conocen saben que no me gusta. Un remake que sólo cambia lo superficial sin cambiar lo que hay debajo, me parece hacer de meno al material original. Pero de nuevo, ya que tenemos que comernos este tipo de productos, que al menos sean todos como el que nos ocupa. Porque dentro de que no deja de ser un remozado exterior, es uno que ha implicado un gran esfuerzo, trabajo y talento por parte de unos señores que han demostrado que respetan, aman y veneran el material original. Si vosotros sentís lo mismo que ellos, comprar esta trilogía es el mejor homenaje que podéis hacerle a Insomniac, y el mejor que podéis daros de cara a la Navidad.