Old Man’s Journey. El viaje de una vida

Analisis

Pocas veces el título de un juego resulta tan descriptivo de su contenido como en este caso. Old Man’s Journey, que podríamos traducir como El Viaje del Anciano es precisamente eso: una aventura en la que acompañaremos a un anciano a lo largo de su viaje – en la distancia, en el tiempo, en lo sensorial y en lo emocional – ayudándole a superar los obstáculos que encontrará en el camino camino. ¿Cómo será ese viaje? ¿A dónde nos llevará? Lo iremos descubriendo en las siguientes líneas…

El juego, desarrollado por el pequeño estudio austríaco Broken Rules, ha llegado finalmente a nuestra PS4 tras vivir su particular viaje durante los últimos años. Lanzado a principios de 2017 para dispositivos móviles y PC, en poco tiempo alcanzó el reconocimiento tanto de público como de crítica, alzándose con múltiples galardones en el ámbito de los juegos para móviles, incluyendo la nominación a mejor juego del año tanto en los Game Awards como en los Golden Joystick.

Este reconocimiento le ha permitido dar el salto a consolas a lo largo de este año, primero a Nintendo Switch, la candidata más evidente gracias a su pantalla táctil, y más recientemente a PS4, la versión sobre la que estamos realizando el análisis y que ya se encuentra disponible como descarga digital a precio reducido.

El juego no se anda por las ramas, y ya desde el mismo arranque pone todas las cartas sobre la mesa, tanto en lo jugable como en lo artístico y narrativo. La aventura comienza cuando nuestro protagonista, un anciano que vive apaciblemente en una pintoresca casa junto al mar, recibe una misteriosa carta que le empuja a coger la mochila y emprender el viaje de su vida que le llevará por variados escenarios, desde la campiña francesa a lo más profundo del océano, hasta alcanzar su destino final.

A lo largo de este periplo irá reviviendo, a través de recuerdos y ensoñaciones, los momentos clave que han definido su vida y le han ido moldeando hasta convertirle en la persona que es hoy, construyendo un relato íntimo y melancólico pero universal sobre el amor, el dolor, la pasión y la pérdida… y en especial sobre la esperanza y la redención. Todo esto se narra sin necesidad de textos en pantalla o diálogos de ningún tipo, únicamente a través del preciosismo de unas imágenes y animaciones que hablan por sí solas, acompañadas de una gran banda sonora que envuelve perfectamente la narración.

Es ahí, en el apartado artístico – visual y sonoro – donde el juego brilla con luz propia. Las capturas que acompañan a este texto permiten intuir la calidad gráfica que atesora este título, pero no consiguen hacerle justicia. Más allá de los coloridos entornos o de los cuidados trazos que recuerdan a libros de ilustraciones infantiles, todos los escenarios transmiten vida a través de sus múltiples detalles. Haciendo click en prácticamete cualquier elemento desencadenaremos pequeñas animaciones cotidianas que insuflan vida a la escena y enriquecen la experiencia narrativa, al mismo tiempo que premian nuestra curiosidad como jugadores.

Mención especial merece el tratamiento visual de la climatología y de los ciclos día/noche, así como de los momentos más oníricos, perfectamente representados y que enlazan directamente con el estado emocional de nuestro anciano protagonista. La excelente banda sonora de Andrew Rohrmann (aka SCNTFC), a medio camino entre el minimalismo de Philip Glass y la energía de Yann Tiersen envuelve y amplifica el componente visual, logrando un efecto siérgico en el que el todo es mucho mejor que la suma de sus componentes.

Vale, sí. Todo muy bonito, todo muy emotivo, pero… ¿qué hay de lo jugable? El juego se presenta de forma lineal, en el que nuestra misión será ir avanzando en ese viaje, superando los distintos escenarios que se nos van presentando de forma correlativa. Con cada escenario superado, progresaremos en nuestro camino al mismo tiempo que iremos desbloqueando recuerdos del pasado de nuestro protagonista, gracias a los cuales podremos conocerle un poco más y entenderemos mejor las circunstancias que le rodean y que le han llevado a hacer este viaje.

Cada uno de los distintos escenarios está compuesto por diferentes planos, de forma similar a esos libros infantiles en los que podemos desplazar parte del escenario a través de pestañas. En el juego también podremos mover estos planos, normalmente asociados a colinas, simplemente pulsando el botón X del mando para “agarrar” el terreno y desplazándolo con el stick, dinámica heredada de la inferfaz móvil (pulsar y arrastar con el dedo) del juego original.

Así, la mecánica principal del juego consistirá en desplazar los distintos planos del escenario de forma que se vayan creando caminos a través de los cuales nuestro anciano pueda seguir avanzando. Esta mecánica también nos permitirá crear desniveles por los que puedan rodar grandes piedras circulares y así despejar algunos caminos bloqueados, o unir tramos de carreteras o vías de tren cuando nos utilicemos estos medio de transporte en momentos puntuales de nuestro viaje. En algunas ocasiones, además, tendremos que resolver pequeños puzzles consistentes en mover rebaños de ovejas para despejar partes del camino.

Aunque la variedad de mecánicas pueda parecer escasa, el juego no no llega a hacerse repetitivo gracias a la variedad de escenarios y a la corta duración del juego, que puede completarse sin mucho esfuerzo en menos de dos horas.

No debemos perder de vista que el juego es prácticamente un clon 1:1 del original para móviles, sustituyendo el control táctil por el DualShock, incluyendo soporte 4K para la PS4 Pro y anadiendo como única novedad la introducción de juego cooperativo local a través de un segundo mando.

Según sus propios creadores, el juego está diseñado para no generar ninguna tensión en el jugador, y que éste pueda centrarse en disfrutar de la historia relajadamente. No se puede morir, no hay enemigos y no hay límites de tiempo ni ninguna cuenta atrás que pueda poner nervioso al jugador. Tanto si eres fan de este tipo de títulos, como si lo que estás buscando es una experiencia corta pero preciosista y relajada, tal vez como desengrasante entre dos títulos más “grandes”, no te lo pienses y dale una oportunidad a este pequeño gran juego. El viaje de tu vida te está esperando…