My Hero One’s Justice.
7 noviembre, 2018Análisis PS4
La fórmula para un shonen de éxito es aquella que todos creemos conocer pero que no muchos llegan a sintetizar. De hecho, la mayoría de las veces los ingredientes de la fórmula alquímica no terminan de casar, de permear sobre el público. Sin embargo, parece que Kohei Horikoshi ha encontrado su piedra filosofal con My Hero Academy, uno de los shonens más de moda, y con razón. Su forma de, digamos, deconstruir la idea del héroe moderno sin alejarse de las convenciones propias de un Shonen de combates y bañándolo además de un sentido del ritmo y el espectáculo de altísimo nivel gracias a un dibujo excelente que se ha trasladado al anime con erótico resultado, gracias al trabajo del reputado Estudio Bones. Así pues, era cuestión de tiempo que las aventuras de Dekuy sus colegas de la academia UA, en su camino para ser superhéroes profesionales, se vieran plasmadas en el correspondiente videojuego. Y como la mayoría de los mangas y animes de este tipo, el género escogido es la lucha.
My Hero One’s Justice propone unos combates basados más en los reflejos y en el timing que en aprenderse complicadas secuencias de combos y movimientos especiales, implementando un sencillo sistema de piedra-papel-tijera, con tres tipos de ataques que siguen este esquema de prevalencia cíclica. De esta manera, los ataques normales vencen a las proyecciones, las proyecciones vencen a los contraataques y los contraataques vencen a los ataques normal, y la clave para dominar los combates está en conocer el alcance y el timing de estos movimientos en el personaje que escojamos. La forma que tendremos de romper este círculo son los movimientos especiales, que sacan a relucir en pantalla los llamados en el manga kosei, o como los hemos conocido siempre por aquí, super poderes. Estas particularidades son las que añaden variedad, diferencian a los personajes y dotan de profundidad a un título que apuesta por combates de ritmo alto en arenas medianamente amplias, con multitud de elementos destructibles y con mucho fuego artificial. Es una pena que habiendo puesto esta atención en el apartado jugable, existan desequilibrios tan llamativos, ya que algunos personajes sobre el papel muy poderosos, como Bakugo, se sientan tan incómodos de manejar.
No es baladí esto que comento, porque cada vez que los combatientes ponen en práctica sus poderes la pantalla se llena de luces, estelas y nubes de polvo a unos estables 60fps que, aun estando bastante por debajo en calidad y espectacularidad de los últimos títulos de Naruto, sí que representan bastante fielmente el feel de los combates del anime, con personajes expresivos, detallados y bien animados, que cantan sus ataques con la misma pasión que en la pequeña pantalla gracias a las voces de los actores de doblaje de su versión animada. El fan service está, valga la redundancia, servido.
Es el anime, además, la fuente al que este juego refiere todo su contexto, puesto que el trabajo que se hace por introducir a los no versados en la obra original es absolutamente nulo, siendo necesario haber consumido al menos temporada y media para saber de dónde llegan los las situaciones que se narran (por llamarlo de alguna manera) en el modo historia, principal atractivo del juego y que desgraciadamente es poco menos que una recapitulación bastante deslucida de los últimos arcos argumentales adaptados al anime, y que podremos finalizar en unas 4 o 5 horas. No obstante, y como jugoso extra, tras completar el modo historia se desbloquea el Villain Mode, que nos permite revivir estos tres arcos argumentales desde la perspectiva de los antagonistas. Este añadido resulta muy interesante y agradecido, ya que si bien la mayoría de los acólitos no son especialmente interesantes, All for One y Shigaraki son dos personajes que resultan fascinantes para todo aficionado al material original.
Más disfrutable es, sin duda, el Mission Mode , que no deja de ser el típico compendio de desafíos consistentes en vencer el combate pero cumpliendo algunas condiciones, que nos obligan en muchas ocasiones a tirar de ingenio y a exprimir las posibilidades de nuestros personajes. Por lo demás, contamos con los clásicos modos multi en local, incluyendo combates cooperativos, y en línea, que al menos en PlayStation 4, funciona con bastante fluidez, encuentra partidas bastante rápido y no sufre, al menos en la experiencia del que aquí escribe, de lag ni de desconexiones.
Así pues, no me tiembla la mano al calificar My Hero One’s Justice de juego correcto, generoso en contenido, y digno a la hora de adaptar el material original. No obstante, queda lejos de títulos basados en animes del mismo género que están a un nivel ampliamente superior, como la saga Ultimate Ninja, ó Dragon Ball Fighter Z. Hay mucho margen de mejora para alcanzar las cotas de diversión y epicidad queMy Hero Academy, tanto en papel como en animación, nos brinda. Hasta entonces, tendremos que conformarnos con este correcto One’s Justice.
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My Hero One's Justice.
A Favor
- Combates, por lo general divertidos con luchadores bien diferenciados.
- Sistema de combate sencillo, pero con chicha suficiente.
- Doblaje con las voces originales de la serie de animación.
- Contenido para hacerte disfrutar durante bastante tiempo.
En Contra
- Los gráficos son correctos pero están lejos de adaptaciones shonen anteriores.
- Desequilibros incomprensibles en algunos personajes.
- Totalmente orientado a los que ya conozcan el universo de My Hero Academia