Mooncrash. El nuevo DLC de Prey.

Análisis PC

Mooncrash es el nuevo DLC de Prey que ha sido lanzado por Bethesda coincidiendo con la celebración de la feria E3 de Los Ángeles y que se ha convertido en la excusa perfecta para reencontrarnos con este maravillo título de ciencia ficción en primera persona. Y lo mejor de todo es que podremos disfrutarlo tanto si nos quedamos con ganas de conocer más detalles acerca de este “universo” propio, como si somos jugadores noveles.

Mooncrash nos plantea un modo de juego totalmente diferente a la campaña de Prey transcurrida a bordo de la estación Talos I, ya que en esta ocasión asumiremos el papel de un operario de Kasma Corp, compañía rival de TranStar,  que está destinado en un satélite orbital y al que le encomiendan como última tarea antes de volver con su familia la misión de acceder a una simulación de escape ante una invasión de Tifón en la luna. Hay que decir que este DLC no ofrece una experiencia centrada en jugar una historia con una trama muy definida, si no que en su peculiar modo de juego de supervivencia condensa todo el jugo de su diversión.

En Prey: Mooncrash elegiremos entre cinco miembros de la tripulación de TranStar que iremos desbloqueando según avancemos y que contarán con un equipo inicial y características únicas diferentes en lo respectivo a niveles de salud o psi, así como un progreso de habilidades distinto entre sí.  Cada uno de ellos además tendrá un objetivo prefijado para escapar de la simulación de una manera concreta entre las cinco disponibles(usando cápsulas de evacuación o utilizando un portal mimético entre otras) con el objetivo de desvelar detalles de su historia personal, aunque podrán hacer uso del resto de medios de escape. Entre los personajes contaremos con perfiles tan distintos como un oficial, una científica, un conserje, un voluntario y una ingeniera.

Al finalizar cada una de las ramas individuales de cada personaje, algo que puede llevarnos relativamente poco tiempo o alargarse durante varias horas si somos completistas, recibiremos recompensas en forma de puntos de simulación. Esta puntuación se incrementará dependiendo de nuestros logros cosechados durante la huída como puedan ser el número de enemigos derribados, los cuerpos de la tripulación de TranStar encontrados o los poderes Tifón adquiridos, y nos servirán para comprar objetos al inicio de cada reencarnación, ya que si morimos tocará volver a equiparnos para revivir. Lejos de parecer simplista, la dificultad del juego se incrementará en función del camino elegido, volviéndose necesario en ocasiones evitar enfrentamientos inútiles con el objetivo de ahorrar munición, o bien dar un rodeo para sortear a según qué enemigos.

Entre estos enemigos tendremos alguna incorporación nueva como es el caso de los recolectores corruptos, pero volverán viejos conocidos como los “adorables” miméticos, los fantasmas, cistoides y demás polizones que ya vimos en la Talos I. Estos adversarios intentarán acabar con nosotros de la forma más rápida posible y he aquí uno de los grandes reclamos de Mooncrash, ya que no podremos guardar partida durante nuestro avance y en el supuesto de que muramos, nos veremos obligado  a empezar la simulación desde el principio o bien cambiar a un nuevo miembro de la tripulación que no haya huido y siga vivo. Por suerte contaremos con torretas, operadores y algún arma nueva con la espora Tifón con la hacer frente a estos peligros.

El gran objetivo será partir de cada una de estas mini-historias hasta lograr que todos nuestros personajes puedan salir con vida de la simulación en la misma partida, y si completamos todas las órdenes de Kasma terminaremos nuestro cometido y podremos regresar a casa. El punto diferenciador de este DLC es el estilo rogue-like que ArkaneStudios le ha querido dar con objetivos, enemigos y retos generador proceduralmente cada vez que iniciemos una nueva partida, alargando la rejugabilidadhasta el infinito.

Por si fuera poco, superficialmente tenemos una historia que como ya pasaba en Prey, esconde más secretos de los que aparenta en un primer momento y que eso sí, podremos ir desvelando leyendo e-mails o notas en terminales de acceso informáticos. Además contamos con cada sub-trama y misiones propias que se desbloquearán dependiendo del personaje y del camino que sigamos con cada uno, por lo que es difícil pedirle más a un DLC en este apartado.

En el apartado técnico tenemos un juego que ofrece pocos cambios con respecto al contenido original de Prey a excepción del diseño de algún escenario donde se desenvuelve la acción y que nos situará en una especie de módulo lunar, donde eso sí, tal vez se eche en falta algo más de diversidad. No obstante, sigue luciendo a gran nivel en el apartado artístico y también en el plano de sonido gracias a la banda sonora y a un magnífico doblaje al castellano que suele ser norma en los juegos de Bethesda.

Este gran DLC llega con novedades gratuitas para el Prey original como son el añadido de factores como el sangrado o el oxígeno para crear una  experiencia más extrema y el modo Nuevo Juego+. Prey: Mooncrash hará las delicias de los fans de esta joya de la ciencia ficción planteando un nuevo modo de juego más desenfadado y anárquico en comparación con la campaña tradicional.